Hace apenas dos años, en una operación policial conjunta y sin precedentes, se toparon en las costas gallegas con una embarcación semisumergible a la que denominaron “narcosubmarino”, de manufactura casera, que había cruzado el Atlántico con más de tres toneladas de cocaína en su interior. Puede parecer de película, y de las que se exceden en fantasía, incluso con pincelada surrealista y si no se tratara de los siniestros intereses que mueve semejante aventura insensata, tendría hasta un punto de comicidad el hecho de meterse en un cacharro destartalado a cruzar un océano.
Si le hacen memoria a la noticia o investigan un mínimo, sabrán el desenlace de esta rocambolesca historia (no lo menciono aquí por respeto a aquellos que prefieran no saber), pero la curiosa trama no da para mucho más (ni menos), que los escasos 4 episodios de unos 40 minutos en los que está dividida esta miniserie.
Daniel Carparsoro, especialista en género de thriller de acción, uno de los grandes nombres del panorama español, y la infraestructura de distribución de Amazon Prime al servicio del producto se alían para ponerlo a disposición de los suscriptores de la cada vez más popular plataforma en streaming.
Para el reparto se ha contado con gallegos ilustres (y otros que no lo son pero tienen que parecerlo), y portugueses principalmente, con algún colombiano por ahí, pueden imaginarse por qué… En el papel protagonista tenemos a Álex González (especialmente conocido por haber participado en series de televisión muy populares como El Príncipe o Vivir sin permiso), y en torno a él gira la acción. Da bastante el pego como gallego dicho por alguien que no tiene demasiado pillado el acento y vive en la otra punta de España, claro está, pero muestra convicción defendiendo un papel que a veces se muestra algo inverosímil por definición, aunque la necesidad de hacerse rico que tiene el ser humano todo lo pueda. Luis Zahera, Manuel Manquiña, Nerea Barros, Miquel Insúa, o Xosé Barato completan el reparto.
Si algo bueno tiene la producción, es que no comete el error de tomarse demasiado en serio con la solemnidad que promete el cartel anunciante, y tampoco toca el ridículo, surfeando a la perfección en la cresta del tono narrativo más adecuado.
No podemos, eso sí, todo hay que decirlo, hablar de una serie que residirá demasiado en nuestra memoria (más bien “de usar y tirar”, podríamos decir), y con un primer capítulo más que notable y un segundo bastante más flojo, transmite en todo momento una sensación de no saber bien si merece la pena dedicarle el rato o no hasta un capítulo final en el que parece cerrarse todo en el adecuado envoltorio para poder recomendársela al respetable para una sesión medianamente intensiva de sillón y tele en fin de semana lluvioso.
Puntuación: 5