'(A)normales'. Puntuación: 7
Javier Fesser se distingue por ser un autor valiente, incluso a veces como en este caso hace mortales sin red de los que sale airoso, y trata desde el más exquisito humor blanco temas espinosos que podrían llegar a rayar el ofensivo mal gusto en ausencia de la habilidad y la sensibilidad con las que escribe y luego rueda. Como bien dice el cartel anunciante, se trata de una comedia muy seria.
La propuesta es la de un reputado entrenador profesional de baloncesto que por circunstancias de una crisis personal y problemas con la justicia se ve obligado a entrenar a un equipo de barrio de discapacitados intelectuales. Los susodichos participantes del programa de integración desde el deporte llevarán al principio al protagonista por el camino de la desesperación, con momentos reales de alta comedia que harán disfrutar al respetable; luego irá avanzando la trama para ir aportando un distinto enfoque de las capacidades humanas y de nuestros prejuicios hasta caer en la ternura tramposa perdonable y un final más convencional que la concepción de la idea y el resto del metraje.
Además de un guión inteligente, que nos ubica ante situaciones divertidísimas desde el absoluto respeto, Fesser nos acerca hasta un normalmente desconocido mundo de personas vulnerables, tan invisibles para la sociedad como necesarias, que tienen muchas cosas que aportar.
La figura de Javier Gutiérrez se antoja fundamental para la consolidación de la cinta, puesto que un actor superlativo como él es capaz de llevar el peso de una historia que destila humanidad y se torna por completo como clave del éxito en la figura de un solo actor principal que conduzca la relación grupal.
Gutiérrez logra con su corta estatura una alargada sombra profesional, alimentada por muchos tipos de registro y por factores como el de transmitir ese factor intangible de expresar verdades que no se dicen con palabras.
Recomiendo especialmente acudir a ver esta producción, de las mejores españolas del año, acompañado a ser posible de toda la familia, o al menos de aquellos en etapa de aprendizaje, puesto que más allá de las moralejas que nos pone Fesser encima de la mesa, Campeones tiene por sí misma esa capacidad de origen en su esencia, sin necesidad de enfatizar momentos o situaciones con un toque dulzón. De hecho, lo que mejor le sienta a la película es cuando la acidez y la naturalidad envuelven la historia con aroma socarrón.
Fui el otro día a acompañar a alguien al cine a ver una maxiproducción estadounidense y acabé de manera improvisada e inesperada viendo una española amable de trama entrañable. Y no me arrepiento de ello. Insto a probar la experiencia…
Me parece una peli muy buena...que toca la fibra sensible...y te hace que pensar en la forma que el munto trata a los demas....al termino de la pelicula , me dieron ganas de aplaudir....????