Las
precipitaciones que este
Lunes Santo sorprendieron a los ceutíes en el comienzo de la procesión del
Medinaceli en Ceuta no han causado estragos en los dos titulares. La Virgen de los Dolores no llegó a mojarse, tal y como indica Juan José Carnero, hermano mayor de la cofradía.
El Cristo de Medinaceli sí se vio afectado por la repentina lluvia, pero Carnero asegura que fue “mínimo”. El Señor de Ceuta descansa en la casa de Hermandad mientras se seca. Una intervención sería un grave error, según Carnero. “El pan de oro una vez mojado no se puede tocar porque se quitan las capas de láminas de oro del paso”, explica. La Hermandad llevó consigo unos toldos de plástico reguardados bajo el paso como medida de precaución. Sin embargo, el hermano mayor de la cofradía consideró que lo más adecuado era regresar a la casa Hermandad. “Fue todo tan repentino y tan rápido que no había tiempo. La cantidad de agua era tan pequeña y estábamos tan cerca de la casa de Hermandad que iba a ser más el tiempo empleado en colocar los toldos”. No es la primera vez que guardan bajo los pasos estas estructuras, de hecho, Carnero comenta que en más de una ocasión han contado con ellas en las procesiones por si surgiera la necesidad de utilizarlas.
Reunión previa a la procesión
La Junta de Gobierno mantuvo un encuentro momentos antes de la Estación de penitencia para estudiar el parte meteorológico de las próximas horas. Se aprobó por unanimidad la salida en procesión a excepción de uno de sus integrantes que prefería suspenderla. “Todas las predicciones, comprobamos varias, eran buenas. No había nada que indicara que iba a llover”, comenta Carnero. “Se decidió salir y si había algún tipo de precipitación, que es lo que ocurrió, refugiarse en el lugar más cercano”, explica. “En este caso si caía algo de agua era sobre las diez de la noche. Nos pillaba en la Catedral por lo que nos hubiéramos refugiado allí hasta pasar el chaparrón”. El hermano mayor asegura que estuvieron en contacto con Protección civil y que consultaron distintas páginas webs para ver las predicciones. “Estuvimos en comunicación con la otra hermandad que salía y no había ningún tipo de precipitación. Con toda esa información que teníamos, reunidos en la sala de la Junta, con el director espiritual, se analizó y se pidieron opiniones”, señala. Solo uno de ellos se opuso a esta unanimidad, que consideró que lo mejor era “no arriesgarse”.
Sensaciones agridulces
“Es el trabajo de un año entero, de muchos hermanos y de los miembros de la Junta. Es frustrante y es amargo que, en un momento dado, el día señalado, cuando salen los titulares, llueva después del año que hemos tenido”, expresa Carnero. Los hermanos de la cofradía comparten este pesar. “Hay que llevarlo con resignación y de la mejor manera posible”, resalta el hermano mayor. “Siempre digo una cosa. El que decide es él. Si ha llovido el día de salida es porque el no quería salir o no lo veía conveniente. Estamos en sus manos”, concluye.