Señor Obispo de Cádiz y Ceuta. Este que escribe las siguientes líneas, con torpeza pero con el cariño y sentimiento de un Ceutí Cristiano, se dirige a usted con toda humildad, para comentarle lo vivido el Viernes 6 de Julio de 2018, 12 del mediodía, en la Iglesia de San Ildefonso de Ceuta.
Una vez en la puerta de la Iglesia, cerrada, le recuerdo que el Viernes es el día del Señor, viene hacia mi un hombre muy amable vecino del barrio, que me dice que es una pena como está el Cristo, solo, sin que nadie venga a verlo.
En esto llamo a un timbre que hay al lado de la puerta y consigo que un hombre me abra para poder ver y rezar al Señor.
Lo que veo es desolador, Las dos Imágenes, E l señor de Ceuta (Medinaceli) y Su Madre, María Santísima de los Dolores, sin una triste flor que les acompañe en su soledad. Dos jarrones vacíos y sin rastro alguno de que hubiese habido clavel que se precie en días, semanas…que se yo.
Sin poder contenerme y alentado por las palabras que me dijese el vecino de la barriada, comento mi pena y la desazón que me produce aquella visita, y acordándome de una conversación que tuve, no hace mucho, con un amigo sobre las Imágenes Cristianas, en la que venía a decirme que no se explicaba como adorábamos a figuras de madera y que eran esculturas sin más.
“Una Imagen Cristiana toma verdadera fuerza y devoción cuando se impregna de oraciones, peticiones, lloros, alegrías, súplicas, alegrías y arrepentimientos, confesiones íntimas en las que se llega a desnudar el Alma”
A lo que yo le respondí con todo respeto a su creencia, que, efectivamente eran Imágenes de madera pero que al ser consagradas por su capacidad de transmisión a los fieles, se hacían merecedoras de ponerse al culto .
Pero voy más lejos en mi apreciación Sr. Obispo. Una Imagen Cristiana toma verdadera fuerza y devoción cuando se impregna de oraciones, peticiones, lloros, alegrías, súplicas, alegrías y arrepentimientos, confesiones íntimas en las que se llega a desnudar el Alma, si Sr. Obispo, el Alma, para entregársela por entero a la Imagen venerada, porque, las Imágenes tienen Alma , sino, como nos explicamos cuando vemos a la del Señor o la Virgen día a día, si Sr. Obispo, día a día con tantos fieles rezándoles y ofreciéndoles sus flores y plegarias en gratitud y esperanza.
Pues dicho lo anterior, Sr. Obispo, permítame decirle que el Señor de Ceuta , el Cristo de Medinaceli, poco a poco se está quedando sin Alma, no le visita nadie en su Iglesia de San Ildefonso, está pasando a ser una figura de madera sin más, que sólo, eso si, una vez al año, se le saca de su Iglesia para el triduo y besapiés en la Catedral, ¿por qué? ¿para que todos le veamos y nos acordemos de que existe?, que pena. Me preguntarán por qué hago ahora este escrito, pues, no lo sé, quizás sea porque El me lo ha pedido, no lo sé, pero llevaba tiempo queriendo expresarme, como ceutí y cristiano que soy, sobre ésta sinrazón.
No soy nadie para decir lo que se tiene o no que hacer, pero por favor y sobre todo por el Amor y el cariño que necesitan nuestras Imágenes Cristianas, hagan algo para que el Señor de Ceuta, el Cristo de Medinaceli vuelva a recuperar poco a poco el Alma, ese Alma que los caballas le dotamos con nuestra cercanía, nuestras oraciones diarias , nuestro roce diario. Sr. Obispo de Cádiz y Ceuta, siempre se ha dicho que el roce hace el cariño.
Y creo que cientos, miles de ceutíes estamos necesitados del roce diario y cercano con el Cristo de Medinaceli. Mi corazón ha sido el que me ha dictado éstas líneas, espero que el suyo entienda lo que he querido expresar en ellas.