Cosidó

El PP tiende a acordarse en la oposición de lo que se olvidó en el Gobierno. Un trauma que debería ser tratado para no tener que soportar mensajes tan hipócritas como los vertidos ayer por Ignacio Cosidó. Su propio partido me hace el trabajo cuando envía una nota de prensa en la que recalca esta frase: “La seguridad de las fronteras de Ceuta y Melilla es una prioridad para el PP”. Debe ser que los populares han visto y han cuidado otras fronteras distintas al esperpento tercermundista que tenemos en el Tarajal. Más que frontera deberíamos calificarla de colador, de trinchera en la que no ha habido inversión alguna y en la que el PP ‘vende’ como triunfo la colocación del techo de una particular nave espacial o la habilitación de unos pasillos inhumanos de los que policías y guardias civiles han salvado a porteadoras de una muerte segura. Sí, debe ser que la prioridad de la seguridad según el imaginario popular choca con la que pueda tener cualquier ciudadano a pie de calle.

Cosidó habla de MENA y de presión migratoria y denuncia el descontrol existente con el Gobierno del PSOE. Estamos ya en campaña oficiosa, pero hay que ser más Pinocho que Zoido para olvidar la crónica negra de un partido artífice de los viajes en avión con haloperidol, de los campamentos sin control o de las devoluciones más que cuestionadas. Pero al PP parece darle igual. Habla sin memoria, como si los ciudadanos fuéramos borregos.

Inmigración, frontera... y la mayor burla de todos: las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Cosidó se reúne en la hermandad del Rocío con el representante de AEGC para escuchar los problemas que tienen los guardias civiles. Al fondo la imagen de un Cristo crucificado en la pared. Quizá Cosidó aprovechó para pedir perdón por la forma en que se ha crucificado a guardias civiles a los que la derecha no ha reconocido ningún derecho, a los que ha perseguido, a los que ha investigado su asociacionismo. A guardias civiles como los que escucharon a Cosidó los quisieron linchar por defender los derechos de los compañeros, a asociaciones como las que ahora busca el PP las quisieron hundir. Esas mismas asociaciones fueron espiadas y a sus dirigentes, los del PSOE que tienen de rojo lo que yo de princesa, les arrebataron medallas ganadas a pulso, quizá porque querían ser más ejemplares que los peperos. A saber.

Pero estamos en elecciones y todo vale. Estamos en elecciones y nos ponemos como papagayos a hablar de la frontera, de la seguridad, de los agentes, de la inmigración... como si los votantes fuéramos ese tonto y olvidadizo género humano que no solo nos dejamos engañar sino que disfrutamos cuando se nos mean encima.

No. No todo vale. Ni titulares tan falsos como los que incluyen en notas oficiales ni reuniones de este calado. Ya no me queda espacio para hablar de las cloacas de Interior, de los espionajes, de la confabulación política-policial para hundir a personas con el beneplácito de cobardes ocultos tras puestos de trabajo conseguidos a base de peloteo. Para eso siempre habrá tiempo y memoria. La que tantos demuestran no tener en Ceuta.