Categorías: Opinión

Corrupción y justicia

Lo dice el  presidente del TSJA, Lorenzo del Río: “Cuando la eficacia de la justicia penal se relaja, se generan las condiciones para actos de corrupción”. Valiente, ha venido a decir lo que todos ya sabemos, haciendo público una especie de lamento a sabiendas de que la colectividad va a entender con celeridad el mensaje. Asegura Del Río que luchar contra la corrupción no es fácil para aclarar, después, que se debe trabajar para que nada quede impune.
Yo todavía creo en la justicia, y miren que hemos sido testigos de resoluciones judiciales difíciles de asumir. Pero debo creer, y debo pensar que todos somos iguales cuando nos sentamos delante de los señores de negro para responder de lo que se nos pueda acusar.
En unos tiempos en los que la corrupción ha invadido áreas que pensábamos eran sagradas, la justicia ha subido  en credibilidad. La ciudadanía debe aferrarse a lo que sea y delante tiene a los que se encargan de aplicar la justicia de forma independiente, sin tener miramiento alguno. O al menos así debe ser. El presidente del TSJA, en plena crisis social de todo, lanza esta aseveración, quizás como aliento hacia una ciudadanía que implora porque el chorizo termine entre rejas y clama por la igualdad a todos los niveles.
La justicia vive momentos de apego y querencia ciudadana, pero soporta a su vez el enorme peso de desarrollar su trabajo sin medios, sin las pretendidas reformas, sin  personal suficiente como para poder llevar a buen puerto las investigaciones debidas. La justicia, avergonzada, ve cómo los casos se retrasan, cómo los juzgados no se ponen de acuerdo, cómo los fiscales ven imposibilitada su labor investigadora, cómo se terminan provocando desigualdades porque la maquinaria quedó parada, obsoleta y arrinconada. Para el ciudadano, sin embargo, se ha convertido en la heroína de un sistema en el que el respeto a las instituciones se perdió hace tiempo, en el que los poderosos no dudaron en convertir las áreas de gestión globales en meros cortijos. Las palabras de Del Río vienen cargadas de sentido e incluso de deseo por poner orden en este caos en el que nos vemos inmersos. Hoy constituyen la esperanza de que esto puede funcionar, si se le dota con medios para conseguir que quienes han quebrado el sistema en el que nos movíamos paguen por ello, sin que al final consigan reírse de un poder a costa de todos.

Entradas recientes

Tráfico otorga un plazo excepcional a las autoescuelas para buscar pista

A partir del próximo 31 de octubre, las pruebas de destreza para los diferentes permisos…

15/10/2024

Arroja un cóctel molotov al paso del desfile real

Ha terminado ingresado en un centro psiquiátrico. Es el destino del joven detenido tras arrojar…

15/10/2024

Detenidos en Tánger-Med con lingotes de oro ocultos en su coche

Combatir e impedir el contrabando es uno de los objetivos de los agentes en Marruecos.…

15/10/2024

El Puerto ejecutará obras en la lonja pesquera

La Autoridad Portuaria de Ceuta va a ejecutar unas obras de adecuación de la lonja…

15/10/2024

Arrancan las obras en la N-352: una rotonda y carriles amplios

El proyecto para descongestionar el tráfico en la carretera N-352 avanza. Este lunes en Ceuta se…

15/10/2024

Un mes en la calle al llegar a la Península

Las pocas pertenencias que lleva consigo están agolpadas en una maleta. Tiene tan solo 20…

15/10/2024