Corea está lejos pero sus ruidos los oímos

Son muchos años los que han transcurrido desde la guerra en Corea - la guerra declarada y en acción - pero la realidad es que no acaba de creerse que allí exista verdadera aversión a que las armas vuelvan a medirse; incluso parece que hay quienes la desean, aunque esto sea un enorme disparate.
Por todas partes del mundo se habla de paz, de que la gente viva en armonía, de que se articule un sistema capaz de resolver todas las diferencias de la mejor forma posible; pero la realidad es que hay una enorme falta de buena sintonía en el mundo.
Hay una permanente diferencia en la posibilidad de vida entre unas y otras regiones: la abundancia y el derroche en unas parece que no quiere tener en cuenta el hambre y la miseria que hay en otras.
La educación y el sentido de la vida tienen diferencias abismales en unos y otros países, y no parece que esté en vías de arreglo ese tremendo y lamentable problema a pesar de lo mucho que se ha hablado de ello en los Organismos internacionales que fueron creados para atender y corregir esas lamentables y dolorosas diferencias.
Sin embargo en Corea del Norte - ese país tan lejano - se esfuerzan en mostrar la potencia de su Ejército, su capacidad de desarrollar armamento nuclear - si es que no lo poseen ya - y su afán de mostrar que sus cañones tienen buenos artilleros capaces de sembrar desolación en terreno que consideran enemigo. ¿Qué se pretende con todo eso?
En principio parece que hacerse notar y ganar peso en la confrontación internacional, a pesar de que la economía de ese país está por los suelos. En segundo lugar comprobar el grado de apoyo - por parte de Estados Unidos - con que cuenta su enemigo directo, Corea del Sur.
El equilibrio en aquella enorme zona del Pacífico está sometido a prueba de forma permanente y aunque esté tan lejos, geográficamente, nos afecta. El mundo es una unidad de la que todos formamos parte.
Estamos inmersos en una crisis económica, de ámbito muy amplio que afecta a las posibilidades de acción de los países involucrados en ella. ¿En que forma y medida pueden reaccionar Estados Unidos y Europa, ante problemas serios como el que parece desear desencadenar Corea del Norte?
Esos disparos de artillería son una prueba y las respuestas serán examinadas con todo detalle; también desde Europa, también desde la OTAN y organizaciones similares.
No parece que la tendencia general sea la de desencadenar conflictos armados que puedan llevar al mundo a la desolación, pero sí que es necesaria la atención sobre todo aquello que pueda llevar a esas circunstancias.
Una simple cerilla puede provocar un incendio enorme, e igual ocurre en el escenario de las apetencias internacionales en el que existen algunas tendencias de hacerse con el dominio de todo lo existente y de lo que pueda existir en el futuro. Esa atención existe, pero es necesario que todos nos demos cuenta de que es necesario no dormirse ni tener los oídos cerrados:
Los ruidos lejanos provocados por agresiones, aunque en principio sean pequeñas, hay que someterlos a consideración para que nuestro futuro y el de toda la humanidad pueda estar asegurado para vivir en paz y libertad. Como es natural los problemas propios - que son agobiantes - han de atenderse sin perder tiempo, pero sin olvidar lo otro.