El mar que abraza Ceuta está aún por descubrir. Existen en él tesoros a nivel de flora y fauna que añaden aún más valor a su riqueza. Recientemente han sido descubiertas alrededor de 15 colonias de corales negros, una especie “muy rara” cuya historia se remonta a hace unos 500 millones de años.
Óscar Ocaña, director del Museo del Mar, expone que este grupo apareció antes de que la humanidad conociera el mar Mediterráneo. Se sabe que surgieron en el antiguo mar de Tetis. Este encuentro es de valor para la ciencia y añade un peso de más para considerar como espacios protegidos las zonas en las que están localizados.
Actualmente hay tres lugares propuestos para formar parte de la Red Natura 2000 a través del proyecto Intemares, una iniciativa que tiene por objetivo mejorar el estado de conservación de los mares a nivel nacional. Estas localizaciones corresponden a la playa de Fuentecaballos, la Peña del Pineo y el territorio delimitado desde la desaladora hasta Benzú.
“Son grupos de población completamente nuevos para la ciencia y en sí mismos forman un conjunto de corales relictos, lo que significa que son antiguos ejemplares del Mediterráneo”, explica Ocaña.
Se trata de un reducto de la época jurásica que ha evolucionado hasta nuestros días. “Ha sido espectacular. Tienen un tamaño bastante grande. Son bellísimos”, comenta. Incluso uno de ellos es parecido a otro localizado en las Islas Azores. “Hay una conexión entre ambas, una vía submarina”. Así, el agua del Mediterráneo llega a detectarse en estos archipiélagos, de ahí que se dé esta coincidencia.
Están esparcidos por distintos puntos del mar. Una exploración en Punta Almina también ha permitido identificarlos. Ha sido en parte gracias a la colaboración ciudadana, una participación que responde a un proyecto conjunto junto con buceadores y Burbujas. Tras visualizar las fotografías tomadas en una inmersión, reconocieron a estos corales negros. “Nos han indicado puntos en los que han descubierto, han explorado y los han visto. No los conocían”, apunta.
Estos hallazgos “van a ratificar la enorme riqueza de diversidad biológica”, apostilla Ocaña. Son numerosas las especies que confluyen bajo las aguas. “Esto viene todavía a reforzar más la necesidad de seguir explorando, sobre todo en estos ámbitos, bucear más, con torpedos de propulsión, y seguir avanzando en los proyectos con el Ministerio, también con la Fundación Biodiversidad”, especifica.
Ocaña aclara que, desde el Museo del Mar, se aboga por analizar los ecosistemas marinos con la finalidad de cuidarlos y conservarlos. Aunque juegan un papel fundamental en esta tarea, es imprescindible que otros actores se involucren en este proceso para proteger la naturaleza.
“Hay que hacer el esfuerzo entre todos, tanto la administración, las empresas como los conservacionistas para que todo se dé dentro de un equilibrio más o menos sostenible, que no se produzcan accidentes indeseables y que se cumplan las leyes ambientales”, asevera.
Este reguero negro deja una estampa de vida marina. Peces que rodean estos corales y otros tipos de floras que contribuyen al ciclo vital de otros seres vivos. Más allá del punto de vista científico, estas pueden constituirse como un aliciente para aquellos amantes de los fondos marinos. “Subsecuentemente, esto podría ser en un futuro un atractivo más para visitar Ceuta, en concreto, para los buceadores. Es una experiencia con la que pueden disfrutar de todo eso”, indica.
De hecho, de convertirse finalmente en una zona protegida no habría problema a la hora de plantear estas actividades. “Ser un lugar calificado como tal no quiere decir que no se pueda hacer. Es posible siempre que sea respetuoso con el medio”, aclara.
Esta particular especie abre una ventana al estudio científico y permite conocer mejor a ese manto azul que bordea la ciudad.
El mar, que acompaña en días soleados, baños y paseos es aún, en cierto modo, un desconocido. Los corales negros son un grano de arena más dentro de su mare mágnum de vida.
La Comisión Europea detectó, según sus criterios, insuficiencias en España en cuanto a la incorporación de espacios de la Red Natura 2000. Así se refleja en el BOE en una publicación en 2023. Es donde se encuentra “la mayor diversidad marina de Europa de hábitat y especies”, tal y como puntualiza Ocaña.
“España tenía que cumplir con la Unión Europea porque la primera atacada de la Red Natura 2000 quedó muy escasa en cuanto a la diversidad marina”, detalla. Ceuta es junto con Melilla y Canarias parte de las sugerencias susceptibles de entrar a la lista. Las tres zonas de la ciudad quedan, de momento, a la espera de una aceptación de forma oficial.
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