Siempre ha sido descrito con aires chulescos, fruto quizá de haber sido el líder y la voz de uno de los grupos más gamberros y descarados del panorama español, Los Ronaldos. Con ellos cantaba a un padre para despedirse y pedirle dinero. Fue un rockero precoz que también echaba en cara que nadie quería a un individuo porque era un ‘Idiota’.
Han pasado muchos años y, por inevitable que parezca hablar del tema, a Coque Malla no le apetece dialogar mucho sobre Los Ronaldos, ni de su pasado. El es un hombre que mira al presente y al futuro, asegura durante su conversación con El Faro. De hecho atraviesa uno de sus “mejores momentos profesionales” y, por mucho que se contenga y evite hablar de éxito, la ilusión se desprende de sus palabras. Tiene la miel en los labios y quiere seguir saboreándola a base de mucho esfuerzo, trabajo duro y pasión por la música.
Precisamente de este ‘reciente’ resurgimiento y éxito musical bebe su último trabajo, ‘Irrepetible’, con el que esta noche regresa a la ciudad después de ocho años en los que ha experimentado un “enorme giro”. Un trabajo del que se podrá disfrutar a partir de las 22.30 horas en Las Murallas Reales y que define como “el colofón de un fascinante viaje musical que arrancó justo tres décadas atrás, en 1987”.
–Es un concierto de una banda de rock, sin complejos. Teníamos claro que ese sonido era para el disco, un sonido que se fundamentaba en canciones muy sólidas. Con 'Irrepetible', nos dimos el gusto de poner sobre el escenario por una ocasión ese sonido de ‘El último hombre en la tierra’. Y eso lo tuvimos después claro de cara la gira: somos una banda de rock e íbamos hacer una gira de rock.
–Todos los conciertos tienen sorpresas, pero si se dicen pierden el sentido. Lo afronto como muy especial porque la banda está como nunca.
–Está siendo una gira muy potente en la que vamos a llegar a más de 40 conciertos, es una cifra increíble que pone de manifiesto algo que venía creciendo y acabó de explotar. Sin duda es una de nuestras mejores giras que ha sido el resultado de los últimos tres años en los que el ritmo ha ido creciendo.
–Bueno... pero desde muy al principio, cuando los ayuntamientos tenían dinero y daba igual que no tuvieras un gran éxito, quitando eso, no vivía algo así desde hace mucho tiempo. Sin embargo ahora siento que he encontrado la libertad creativa, creo que esa ha sido la clave. No atarme a ningún estilo ni obligarme a hacer un determinado número de discos, sino darme la libertar de investigar y viajar.
–No es algo planeado. Fue un proceso natural que llegó como resultado de un trabajo a base de escuchar música, investigar, probar nuevos sonidos y arreglos.
–Como le digo no es algo premeditado. Fue un proceso que comenzó con ‘La hora de los gigantes’ en el que todo empezó a cambiar, el público se interesó, fue un disco sólido y serio. Dimos un paso artístico y musical importante, con otros arreglos y armonías que no son habituales en el pop actual español.
–Es cierto que el éxito se disfruta pero no se persigue. Busco estar contento con mis canciones, con mi trabajo, pero hacerlo con el éxito es como buscar a la ballena blanca de Moby Dick. Es un asunto muy peligroso, porque el éxito es un monstruo de siete cabezas que te puede volver loco.
–Fue un concierto en una dimensión muy grande, porque el planteamiento era abismal, desde el instrumental hasta los artistas invitados, en conjunto se planteaba un maridaje de elementos que lo complicaba mucho y cualquier fallo en uno de ellos sellaría el resto del espectáculo. Fue, sin duda, muy importante porque todo salió bien, pero no es de los que más he disfrutado por la carga de responsabilidad que suponía.
–Fue una foto que quería hacer al momento que estábamos viviendo, porque era irrepetible. Hay una retrospectiva porque la mayoría de las canciones pertenecen al último disco y esto no suele ser habitual en este tipo de trabajos en los que se hace un recorrido por toda la carrera, pero queríamos grabar y filmar este momento único que estábamos viviendo. Precisamente lo que hace irrepetible al disco es el presente, que es la lente que quiero mirar porque de viejas glorias ni se hacen discos ni se pagan facturas.
–Musicalmente no hay que envejecer, hay que mantenerse joven. Se envejece con la edad pero, musicalmente, hay que conservar viva y joven la vena artística, de hecho creo que este último trabajo es mucho más fresco que los anteriores.
–Estamos empezando a trabajar en un nuevo trabajo para el que contamos con la incorporación de Toni Brunet. Todavía es muy pronto para decir de qué habla, pero vamos a partir del espíritu de ‘El último hombre en la tierra’ con la incorporación de nuevos arreglos e, incluso estilos, puede que experimentemos con la electrónica.
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