El Tarajal es uno de los puntos de tránsito de mayor presión y confluencia de todo tipo de picarescas.
Esa puerta de entrada, junto a la de salida en el puerto, constituyen una auténtica obsesión para las fuerzas de seguridad encargadas de detectar el uso de documentos falsificados o el intento de entrada de individuos que tienen órdenes de busca en vigor intentando combinar acertadamente ese complicado binomio de seguridad y agilidad.
La llegada, hace escasamente medio año, de nuevos sistemas de verificación de pasaportes para el puerto y la frontera comprometidos por la Dirección General de la Policía Nacional tras la visita de Ignacio Cosidó, ha servido para mejorar la capacidad de detección en ambos puntos. Se ha ganado no solo en efectividad sino también en agilidad a la hora de comprobar, en un control aleatorio, la documentación de aquellos que entran en Ceuta y cuyos objetivos se muevan al margen de la legalidad o los que quieran embarcar con destino a la península formando parte de los intentos de entrada irregular que se suceden de forma constante integrando un negocio millonario. Las máquinas nunca irán por delante de la sabiduría del agente, pero es evidente que la disposición de medios modernos y efectivos ayuda a que el trabajo sea mucho mejor.