Si respecto a los datos del desempleo de octubre se decía que a pesar de la subida de la inflación y de la incertidumbre, el mercado de trabajo en España mantenía un comportamiento favorable, en el presente mes de noviembre, el paro se reduce y cae el nivel más bajo en un mes de noviembre desde 2007. Efectivamente, la causa sigue siendo el buen resultado de la reforma laboral y el mayor uso de los contratos fijos discontinuos, que han permitido que miles de trabajadores de sectores con especiales necesidades estacionales (turismo, agricultura, educación…) gocen de una estabilidad en el empleo que anteriormente no la tenían.
Los datos siguen siendo claros. En noviembre el paro se sitúa en 2.881.380 personas, 33.512 menos que en el mes anterior y 301307 en el mismo mes del año anterior (-9,47%). Este es el mejor dato de un mes de noviembre en la serie histórica desde 2007, pues éste suele ser un mes en el que se incrementa el desempleo. De estos datos es importante fijarse en que el paro en mujeres baja en 19.199, la cifra más baja en un mes de noviembre desde 2008. Y el paro juvenil en menores de 25 años se reduce en 4.182 personas. En términos de predicciones econométricas, nuestros modelos nos daban unas cifras para el mes de noviembre situadas en un intervalo de confianza de entre 2.173 mil y 3.071 mil parados, que coinciden totalmente con la realidad.
Respecto al empleo, medido en términos de población media afiliada a la Seguridad Social, aumenta en 480.000 personas respecto al mes anterior, situándose en más de 20 millones de afiliados. Pero lo más interesante ha sido que el 43,2% de todos los contratos firmados (1.424.283) han sido indefinidos. En total se han creado 78.000 nuevos empleos. Aunque muchos de estos contratos son fijos discontinuos, es decir, a tiempo parcial, dan a los trabajadores mayor seguridad que antes de la reforma laboral, pues las empresas han sustituido temporalidad por parcialidad indefinida, lo que contribuye a la estabilidad personal y familiar de los trabajadores, que así cuentan con cierta seguridad en su futuro, y a la estabilidad de las propias empresas, que así pueden contar con una plantilla fiel y experimentada. Es lo que se pretendía.
Llegados a este punto es importante pararse en la polémica que se ha creado a raíz de un estudio de FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada), en cuyo patronato se encuentra las grandes empresas financieras de este país, además del propio Banco de España. Nos dice FEDEA que hay un desfase entre los datos de octubre del paro registrado y el paro efectivo (que suma a los parados los demandantes de empleo con relación laboral). Según sus cálculos, la brecha está en 160.000 personas. De aquí algunos partidos políticos de la derecha llegan a la conclusión de que se están maquillando y ocultando los verdaderos datos del paro.
Como se ha explicado en diversos medios, la forma de contabilizar los contratos fijos discontinuos no ha variado desde 1985, que considera que los contratos fijos discontinuos no cuentan como parados en los periodos en los que no están trabajando. Sin embargo, la afiliación a la Seguridad Social no contabiliza a los trabajadores fijos discontinuos que no están activos. Este sería el posible desfase. Los trabajadores fijos discontinuos que se registran como demandantes de empleo no ocupados durante su periodo de inactividad. En un contexto en el que, además, el crecimiento económico se sitúa en el 3,8% y la inflación en el 6,5% (la menor de los países de la eurozona), utilizar algo que viene haciéndose igual desde hace más de 30 años como arma arrojadiza contra la actuación del gobierno, es altamente llamativo sobre la calidad de ciertos análisis económicos.
Es decir, seguimos estando ante datos muy positivos que avalan una reforma laboral muy favorable para que muchos trabajadores hayan recuperado parte de su dignidad, y ante una positiva evolución de nuestra economía. Pero también hay un dato positivo respecto al desempleo en la población menor de 25 años, aunque sigue teniendo problemas importantes que hay que atender de forma prioritaria. Negar estas evidencias empíricas, y que además se haga desde instituciones en cuyo patronato está el Banco de España, da mucha luz sobre lo que está ocurriendo.
Como ya dijimos en un artículo anterior, es legítimo ver y entender el mercado laboral de diversas formas. Mientras que los conservadores (junto a sus fundaciones de estudio) suelen creer que la precariedad ayuda a que haya más oportunidades de empleo y a que haya menos paro, los partidos de tendencia socialdemócrata consideran todo lo contrario. Pero de lo que no hay ninguna duda es de la realidad de las cifras de paro en nuestro país, y del crecimiento económico que sigue habiendo, pese a la crisis internacional. Sería importante, y saludable para la democracia, que los partidos de la oposición tomaran buena nota de esto y que fueran más rigurosos en sus propuestas y en sus críticas.
Por tanto, vamos a seguir pensando en positivo. España, ni se hunde, ni se fracciona. Goza de buena salud democrática.
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