Consuelo continúa entre rejas

Smain no está solo. No lo está en su cruzada particular por reclamar la puesta en libertad obtenida tras el indulto real. Hay más casos de presos españoles, que obtuvieron la gracia real, pero que siguen encarcelados. Sus casos están siendo denunciados por sus familias, por la prensa y, también, por la plataforma que defiende los derechos de los presos españoles y que a través del blog http://carcelesmarruecos.blogspot.com.es constituye el altavoz de quienes no pueden hablar.
La historia de Consuelo se asoma por esta ventana abierta en la red de redes. Es una de las dos mujeres cuya identidad aparecía en la lista de presos españoles indultados por Mohamed VI. Lo curioso es que la joven ya cumplió sus 15 meses de prisión pero todavía hoy sigue entre rejas. Ni el indulto ha servido para que abandone una prisión que se ha convertido en una auténtica tortura. Su caso es igual o más sangrante que el del ceutí Smain. Consuelo ha cumplido su pena, pero sigue presa. Ha obtenido el perdón del rey, pero sigue apartada del mundo. Como Smain, integra esa bolsa de perjudicados por una medida real que no es efectiva.
Los casos de la joven y el ceutí tienen algo en común. Ambos no han hecho frente a la multa a la que fueron condenados, que va pareja a los meses de prisión. Al no abonar el dinero, porque no pueden pagarlo, se extiende su prisión. El indulto permite la libertad carcelaria, pero no elimina la sanción económica que deben abonar tanto Smain como Consuelo, por eso siguen entre rejas.
La familia de Smain ha presentado toda la documentación requerida para demostrar que el joven carece de ingresos para pagar esa sanción. En el caso de Consuelo pasa lo mismo, no puede hacer frente al dinero y debe demostrar que es insolvente, sin certificado no hay prueba, y sin prueba no hay libertad.
Tal y como explica esta plataforma a través de su blog, Consuelo siempre se ha declarado inocente, asegura que no hay ninguna prueba en su contra después de que fuera detenida y acusada como cómplice en un pase de hachís. En el vehículo de una conocida que viajaba justo delante encontraron la droga, en el suyo nada. Sin embargo las dos fueron condenadas. Su compañera, a la que sí se le encontró la droga, está ya libre. Consuelo no. Es el mismo caso del ceutí Smain. Detenido por tráfico de drogas, su familia mantiene que nada sabía al respecto. Él ocupaba un vehículo conducido por otro ceutí en el que se encontró el hachís. Ambos fueron condenados y ambos se beneficiaron del indulto concedido por el rey a finales de julio. El conductor está libre y en Ceuta. Smain no.
La plataforma de presos españoles en Marruecos denuncia que el estado de salud de Consuelo es bastante grave, “tiene una fuerte hemorragia que no está siendo controlada. Anímicamente está destrozada después de ver que su libertad no va a llegar a pesar de tener la suerte de ser una beneficiada de este indulto real, siente mucha impotencia al saber que debería haber sido liberada en julio y ver que nadie la escucha ni la apoya. Se siente abandonada por su país, que permite que a día de hoy y conociendo su situación siga en prisión”.
El Gobierno no puede decir que desconoce la historia de Consuelo ni la de Smain. Ambas han sido publicadas incluso en medios nacionales y sobre las mismas se han pronunciado sus familiares. El inmovilismo es absoluto.
En la mente de las familias afectadas aparece la discriminación que, lamentan, existe. Dependiendo del preso hay una mayor o menor implicación política. El ejemplo más reciente está en Ángel Carromero, detenido en Cuba por un delito de mayor gravedad, y trasladado a España con una rapidez que para sí la quisieran quienes hoy lamentan ya no solo su encierro, sino también el destierro moral que padecen de su propio país.
En la ciudad autónoma se tiene constancia de al menos dos casos más de ceutíes que han sido indultados pero continúan en Marruecos. Constituyen el vivo ejemplo de que el sistema no funciona, ni con la gracia real.