El Consejo de Ministros dio luz verde ayer al plan de medidas para modernizar y reforzar el perímetro fronterizo y el Tarajal. Supone el paso definitivo para ejecutar todo lo que se ha comprometido en estos meses, que pasa por garantizar el funcionamiento de blindaje del vallado retirando las concertinas y por terminar con la permeabilidad que presenta actualmente la frontera, en donde se van a implantar medidas de reconocimiento facial.
El Gobierno de Pedro Sánchez busca la cuadratura del círculo: asegurar el respeto a los derechos humanos mientras se garantiza la eficiencia de las fuerzas de seguridad y se mejoran los sistemas. Cuenta con un presupuesto de 32.719.236 euros para Ceuta y Melilla y es susceptible de ser cofinanciado hasta el 75 por ciento de su importe con fondos europeos, a través del Fondo de Seguridad Interior o del Fondo de Asilo, Migración e Integración.
Al PSOE le interesó desde un principio incluir entre sus compromisos la retirada de las concertinas. Los elementos que este mismo partido colocó en los vallados de las dos ciudades hermanas y que han causado heridos y muertes. Con este plan se anuncia su retirada, aunque no se incluye lo que más interesa: los plazos. Y es que hoy por hoy sigue sin haber una elección concreta del medio que se colocará. Sobre la mesa del Ministerio de Interior están los informes elaborados por la Guardia Civil con las alternativas que consideran mejores, entre ellas la instalación de planchas como las ya existentes en el puerto.
El plan respaldado por el Consejo de Ministros recalca que en un primer plazo se abordará el refuerzo de la seguridad en determinados tramos de los perímetros, con la consiguiente sustitución de las concertinas, para ejecutar el resto de los cambios en un segundo término. Entre finales de diciembre y este verano ha habido varias visitas al perímetro para trabajar sobre el terreno y, de momento, lo único que se tiene claro y que se va a empezar a hacer es la sustitución de cámaras por otras de mejor visión, la ubicación de térmicas móviles y la eliminación de los considerados puntos ciegos, que anulan cualquier posibilidad de reacción a tiempo.
“La necesidad de implementar este plan nace del hecho de que, en la actualidad, las infraestructuras fronterizas de Ceuta y Melilla, junto con los sistemas de seguridad incorporados a las mismas, presentan un importante grado de obsolescencia y deterioro. Estas infraestructuras fueron construidas en 1988 y la última gran reforma se remonta a un plan de 2005, después de la cual sólo se han realizado obras y reformas puntuales. Algunos elementos, como la concertina, no están siendo hoy en día un obstáculo de relevancia para impedir las entradas irregulares y, sin embargo, suponen un alto riesgo para la integridad física de las personas”, explicó en una nota oficial la Delegación.
La Guardia Civil pide que los medios que se apliquen retarden la entrada de inmigrantes los mismos minutos que ahora consiguen las concertinas. Mientras España debate este asunto, Marruecos sigue colocando alambres en sus vallados y construyendo fosos además de instalando más campamentos, así que el daño sobre los inmigrantes que intenten cruzar la doble valla será el mismo.
“El plan también supondrá la mejora de los sistemas de circuito cerrado de televisión (CCTV) en ambas fronteras. En Ceuta se implementará un nuevo sistema CCTV, mientras que en Melilla se ampliará el mismo y se mejorará la red de fibra óptica. En ambas ciudades autónomas se va a proceder igualmente a la modernización y refuerzo de las infraestructuras de seguridad de la frontera”, se explica en la nota oficial.
A nivel de aduana, las obras se acometerán en el Tarajal incluyendo medidas de reconocimiento fácil, así como en el paso de Beni Enzar en Melilla. Todas estas actuaciones llevan de la mano la necesaria colaboración de Marruecos. Con las actuaciones se persigue mejorar en la ansiada impermeabilización del paso fronterizo que separa Ceuta del vecino país para controlar, esta vez sí, quiénes son las personas que entran y salen así como el destino y origen de los vehículos que usan la denominada frontera sur de Europa.
850 millones se invertirán en la reforma y mejora de infraestructuras de seguridad en todo el país. Un dinero que también contó con el visto bueno del Consejo de Ministros y que se materializará en mejoras en prisiones, en centros de internamiento de la península y en comisarías y comandancias de la Guardia Civil. Lo que no consta en el compromiso del Gobierno, ni tampoco la Delegación lo ha sabido aclarar, es si habrá alguna partida de mejora para la Jefatura Superior o para la casa cuartel de Hadú.
En el caso de la prisión de Mendizábal sí que los Presupuestos contemplan una actuación. Nada nuevo en cuanto a la mejora de infraestructuras que aporten dignidad a los componentes de ambos Cuerpos.
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