Soukaina E.H. por fin pudo ser condenada ayer. Ni las restricciones del coronavirus impidieron que, a través de videoconferencia, pudiera aceptar la pena de 3 años y 10 meses impuesta por la magistrada del Juzgado de lo Penal número 1. Hace bien poco no pudo hacerlo, después de que en los calabozos del Ceuta Center se pusiera de parto antes de confesarse culpable de un delito de tráfico de drogas.
En la mañana de ayer aceptó una conformidad que lleva pareja una pena de multa, en concreto de 108.509 euros por el tráfico de 74 kilos de hachís.
La Guardia Civil la detuvo el 8 de diciembre de 2019 cuando pretendía embarcar con destino a Algeciras ocultando la droga en el vehículo que conducía. La acusada, que se encuentra en prisión preventiva en la Península, pudo escuchar a través de videoconferencia la conformidad alcanzada entre Ministerio Fiscal y Defensa, aceptando la pena y reconociendo ser culpable de un delito contra la salud pública.
Lo mismo hizo el acusado M.L.K., reincidente en este delito, que aceptó una pena de 3 años y 9 meses de cárcel amén del pago de una multa de 121.067 euros en concepto de responsabilidad civil subsidiaria. El 1 de marzo de este año fue detenido a bordo de un vehículo en el control de embarque realizado por la Guardia Civil del puerto. Llevaba escondidos poco más de 31 kilos de hachís en el interior del salpicadero del coche cuando los agentes de servicio adscritos a la Compañía Fiscal dieron con los hasta 82 bloques de droga.
Ayer, también a través de videoconferencia, aceptó la pena dictada por conformidad entre las partes, admitiendo su implicación en un delito contra la salud pública. Estos fueron los dos únicos juicios señalados puesto que todas las demás vistas han sido suspendidas tras el decreto derivado del estado de alarma para evitar la propagación del coronavirus.
Las únicas vistas que se celebran son causas con preso y las declaraciones se hacen a través de videoconferencias con los acusados en las cárceles. En los únicos tres casos que han pasado esta semana por el Juzgado de lo Penal todas las vistas han sido por conformidad.
Los juzgados vacíos y los pocos profesionales del sector celebrando las vistas mínimas: las urgentes o las causas con preso. Todo parado y bloqueado. Los funcionarios trabajando también a medio gas, repartidos en turnos o a través del teletrabajo. Medidas de seguridad pocas: hasta esta misma semana los funcionarios de seguridad no habían recibido un kit básico de protección, teniendo que llevarse guantes y mascarilla de sus propias casas. Todo funciona a contrarreloj y por impulso, sin que haya medios de protección para todos mientras que las cifras de afectados en todo el país y de fallecimientos no cesan.
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