La magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta condenó ayer a cuatro personas, procedentes de Málaga, a una pena de dos años de cárcel y al pago de una multa de 12.547 euros cada uno de ellos por un delito contra la salud pública, consistente en la localización de fardos de droga en los fondos marinos de la costa malagueña mediante inmersiones submarinas.
La investigación de los hechos se inició cuando el 9 de noviembre de 2012 una mujer fue detenida en la estación marítima mientras transportaba oculta bajo la cintura un total de 200 cápsulas de resina de hachís, con un peso de dos kilos y un THC superior al 4%, cuyo valor superaba los 3.000 euros de venta en el mercado. Esta persona, sobre la que no recayó ninguna acusación en el procedimiento celebrado ayer, trasladaba la droga para entregarla a F.M., quien le había abonado una cantidad de dinero por su transporte. Este último se encargaba de captar a personas denominadas ‘muleros-pasadores’ dispuestas a transportar droga desde Ceuta hasta la Península.
Tras su detención y confesión por parte de la mujer, la Udyco de la Policía Nacional digirió una solicitud al Juzgado de Instrucción para llevar a cabo la intervención, escucha y grabación de dos líneas telefónicas de las cuales era titular F.M., basando dicha solicitud en precedentes investigaciones policiales en torno a la detención de la mujer en la estación marítima.
A partir de esa petición inicial, la investigación emprendida determinó nuevas solicitudes policiales y autorizaciones judiciales para numerosas intervenciones telefónicas, dado el entramado de implicados en las actividades delictivas mencionadas, derivando en la vista oral que ayer sentó a los cinco acusados en el banquillo.
Su modus operandi se basaba en la recuperación de los fardos de droga lanzados al mar por narcotraficantes al ser localizados por patrulleras de la Guardia Civil en la costa malagueña. Aficionados a la pesca submarina, los cinco acusados tenían emplazadas varias zonas en las que se habían hundido estos fardos, por lo que acordaron recuperar estos bultos para su posterior distribución y comercialización de la sustancia.
Una vez recuperada la droga, los acusados la ocultaban en sus domicilios a partir de lo cual buscaban vendedores que introdujeran la sustancia en el mercado.
En el domicilio de uno de los acusados se llevó a cabo un registro tras el que se encontraron 82 tabletas de hachís con un peso de ocho kilos que en el mercado hubiera alcanzado los 12.547 euros.
Solo la mujer del propietario de la vivienda registrada ha sido absuelta al no haber quedado probado que tuviera conocimiento de la presencia de droga en su hogar.
El resto de acusados no deberá cumplir la pena de prisión impuesta que ha sido sustituida por una responsabilidad civil personal de dos años.