Tiene solo 16 años. Pero eso no le ha impedido ser precoz en la comisión del delito. Tanto que el pasado martes no dudó en subir a un argelino a su moto de agua y pilotarla hasta las proximidades de la playa de la Potabilizadora de Ceuta, arrojándolo a 300 metros de la costa cuando huía de la Guardia Civil.
Este miércoles reconoció ante la autoridad judicial su delito y aceptó una conformidad de 3 meses internado en régimen semiabierto y otros 6 bajo libertad vigilada, controlado por el área de Menores. Junto a él la Benemérita detuvo a otro piloto, este adulto, que ingresó en prisión a la espera de juicio, debiendo responder de un delito de tráfico de inmigrantes con el añadido de que arrojó al otro argelino que quería colar en Ceuta también al mar. Los dos son de Marruecos.
Ambos no pudieron escapar del cerco que habían establecido los GEAS y el Servicio Marítimo como así lo han hecho otros pasadores de inmigrantes, que han aprovechado un cruce rápido por el espigón de Benzú o el Tarajal para hacer ‘el agosto’.
Y es que las motos de agua cuyos pilotos están dedicándose a la comisión de delitos están haciendo un auténtico negocio jugando con las vidas de los demás. Porque, tal y como sucedió en este caso, no tienen reparo en arrojar a los sin papeles al mar cuando se sienten perseguidos por las fuerzas de seguridad. Los primeros son ellos, los inmigrantes no son más que un mercadeo para quienes buscan lucrarse en una ciudad frontera.
En lo que va de verano la Guardia Civil ha conseguido detener a varios de estos pasadores, algunos son de Ceuta y otros de Marruecos, decomisando también los vehículos usados para la comisión del delito. Son acciones que se enmarcan en un verano de enorme presión en el mar, sobre todo por parte de las lanchas dedicadas al tráfico de hachís. La propia Asociación Española de la Guardia Civil -AEGC- denunciaba en declaraciones a este periódico la presión ejercida y cómo Ceuta se sitúa también en esa ruta del delito buscada por los pasadores de drogas o de personas.
aprovechandose de que es menor para DELINQUIR y jugar con la vida de una persona. Debería de juzgarse el delito y que fuese 10 años a la cárcel, ni mayor ni menor, DELINCUENTE. Ese mañana repite, que aqui no pasa nada.
¿ Y la comisión de derechos humanos no se pronuncia ante penas tan desproporcionadas ?.
¡ Ay , Gibraltar, cómo te envidio!