La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 1 condenó este martes al llamado N.Y. por un delito de robo con violencia cometido en febrero de este año en las inmediaciones del centro de La Esperanza. La víctima fue un menor que, sobre las 17:30 horas de ese 23 de febrero, acudía hacia el centro que sirve de acogida para los MENA. La figura jurídica de la conformidad evitó la celebración de juicio, ya que el acusado reconoció los hechos aceptando una pena de 1 año de prisión que no cumplirá al carecer de antecedentes y que, por lo tanto, queda en suspenso. El otro acusado, A.E.H., se encuentra en situación de rebeldía.
Ambos, aprovechándose de la ventaja que suponía ser adultos ante el menor, le exhibieron una navaja para forzarle a que les entregara el teléfono móvil que portaba. El condenado llegó a golpear al menor en el rostro, apoderándose ambos del teléfono y escapando del lugar, mientras el adolescente regresaba al centro.
El acercamiento entre Fiscalía y Defensa se tradujo en la consecución de un acuerdo evitando así la celebración de la vista judicial. En su escrito de calificación inicial, el Ministerio Público solicitaba hasta cinco años de cárcel.
Por otro lado, este martes fue juzgado el llamado A.B. en dos ocasiones, para responder de dos delitos distintos. En el primero, estaba acusado de robo en casa habitada, vinculándole en un principio la Fiscalía con el acceso a una vivienda de la que se llevó unas zapatillas y una bicicleta. Pudo entrar trepando por un muro. Conforme el desarrollo del juicio, la fiscal varió su calificación al no haber prueba directa que vinculara al acusado con el robo, acusándole de receptación, ya que cuando lo detuvo la Policía llevaba las zapatillas robadas de la vivienda, que de hecho fueron reconocidas por su legítimo propietario. Cambiada la acusación se pasó de pedir una pena de 4 años a otra de 2, al considerar que sí había quedado probado que se aprovechó de ese robo al portar objetos del botín.
El juicio quedó visto para sentencia, como también el siguiente al que se sometería, con la representación de otro abogado, por un delito de robo en casa habitada. En este caso se introdujo en una vivienda en donde estaban sus dueños durmiendo, saltando por un muro para robar. Será la magistrada del Penal 1 la que tenga que dictar sentencia por dos robos diferentes pero con el mismo acusado, una persona además fichada por la Policía por su presunta relación con otros actos similares.