El portavoz del Gobierno de Ceuta reconoció ayer que al Ejecutivo local le hubiera gustado que de la Reunión de Alto Nivel (RAN) celebrada esta semana en Rabat por España y Marruecos hubiesen salido fechas “concretas” en lo que a la entrada en funcionamiento con plena normalidad de la aduana comercial se refiere. No es el único que lo echa de menos. También el resto de la ciudad y, sobre todo, el tejido empresarial local. El “hito” que supondrá su puesta en marcha tras la “prueba piloto” de finales del mes pasado debe ir perfilándose por mucho que su arranque se haya proyectado como “gradual”.
El Estado tiene la obligación de no generar falsas expectativas. Después de la apertura de una “nueva etapa” en las relaciones entre los dos países que debe ser especialmente positiva para las ciudades autónomas, que sufren más que ninguna otra parte de España la tensión bilateral, la materialización de los compromisos adquiridos en abril del año pasado no debe eternizarse para no frustrar las muchas expectativas generadas.
Sea cual sea el modelo de tránsito de mercancías que se prevea implantar entre Ceuta y Marruecos (cuando se sepa habrá que juzgarlo), el Gobierno central tiene que desgranarlo cuanto antes para que todo el mundo sepa a qué atenerse. La transparencia es, también en este ámbito, fundamental para tener la confianza y el respaldo de la ciudadanía.