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“Con Marruecos tenemos un buen entendimiento pero todo es mejorable”

Ni efecto llamada, ni un repunte especial de entradas, ni desconsideración por parte de Marruecos. Según la secretaria de Estado de Inmigración, Anna Terrón, la inmigración en Ceuta se mueve por flujos de “bajísima intensidad”. Esa es la tesis que se encargó de defender durante la visita girada ayer a la ciudad autónoma. Una tesis que sustenta en datos y estadísticas adornadas con un lenguaje políticamente correcto. El que siempre ha mantenido España con el vecino país a pesar de las crisis itinerantes que nunca son reconocidas.
En esta entrevista con ‘El Faro’ Terrón defiende la labor del CETI y asegura que su funcionalidad no choca con la advertencia que lanza el Gobierno a los inmigrantes: sólo cabe la repatriación para aquellos que han entrado irregularmente en el país.
–Usted mantiene que la presión migratoria actual no es tal, la define como de “baja intensidad” y llega a cifrar en un 71% la caída en las entradas desde 2005 hasta 2010. ¿Cabe hacer esta comparativa cuando ahora se dispone de una valla de seguridad millonaria, de un SIVE que debería detectar cualquier intento de entrada y de más medios que años atrás?, ¿no es una comparación interesada puesto que las realidades que se toman de referencia son bien distintas?
–Hablamos de cifras en relación al año pasado y este muy parecidas y en todo caso pequeñas. En ningún caso hablamos de cifras del pasado y es verdad que por razones muy diversas puede darse, en un momento dado, más entradas, pero esperamos que esto no sea permanente y que no se consoliden. No considero que sea una visión interesada, sino que responde a las cifras que hay en este momento. Tenemos cifras que superan un poco a las del año pasado, pero siempre dentro del margen de entradas débiles y del flujo realmente poco intenso.
¿El CETI es suficiente? Hemos tenido algunos colectivos de larga duración pero el motivo de esto no es otro que el intentar que la salida del CETI fuese hacia la repatriación, no hacia circuitos que puedan consolidar determinadas entradas. Esos colectivos que llevaban largo tiempo en el CETI ya prácticamente han desaparecido y las salidas programadas hacia la repatriación se han producido y se  van a seguir produciendo.
–Dice que espera que el repunte de entradas no sea “permanente”, que “no se consolide”. ¿Y eso cómo lo puede garantizar después de un junio con más de 120 entradas y tan sólo seis días de julio con casi 50? Las fuerzas de seguridad, o al menos los agentes de a pie, hablan de efecto llamada, ¿cómo puede garantizar esas predicciones?
–Hemos estado con los mandos de la Policía y Guardia Civil y ellos no hablan de efecto llamada en ningún caso. Hablamos más de situaciones coyunturales más que de situaciones permanentes en todos los casos y hemos analizado información y datos de los últimos meses. En ningún caso hablamos de efecto llamada o de momento especialmente álgido porque, insisto, estamos en el contexto de menores entradas.
–¿Cree que Marruecos colabora todo lo que debe colaborar a pesar de favorecer que las fronteras marítimas sean tan permeables como lo son en la actualidad?
–Con Marruecos tenemos un buen nivel de entendimiento, estamos trabajando con ellos en múltiples frentes y los mecanismos de diálogo institucional en relación a la inmigración funcionan y evidentemente todo es mejorable. Cuando hay situaciones difíciles lo importante es que tenemos los canales abiertos para dialogar con Marruecos.
–¿En ese “todo es mejorable” que usted dice cabe una mayor implicación en el control marítimo a pesar de que en su comparativa de datos diga que la presión es menor...?
–No hemos cambiado la relación con Marruecos y no estamos en absoluto en un momento de dificultad en nuestras relaciones con ellos.
–Será que estamos hablando de impresiones subjetivas cuando denunciamos que no hay esa cooperación...entonces...
–Hay muchas variables que inciden en una situación que, insisto, depende de cuestiones muy coyunturales. Entre ellas el tiempo, las condiciones del mar... no nos despreocupamos porque estamos siempre atentos a la situación migratoria pero en ningún caso nos parece que estemos en un momento de extrema dificultad.
–En una de sus últimas manifestaciones criticaba al PP de no saber lo que quería en materia de inmigración, ¿lo sabe el PSOE?, ¿no están actuando en materia migratoria a golpe de impacto?
–Nosotros tenemos una postura muy clara, favorable a la inmigración regular. Nunca en nuestra época de gobierno ha habido entradas de irregulares como las que se habían producido anteriormente y reducidos. Somos absolutamente partidarios de la regularidad en materia migratoria, por eso estamos centrados en ver cómo la entrada en Ceuta o en península de forma irregular no se convierta en permanencia. La entrada irregular quiere decir que se ponen en marcha los mecanismos para la repatriación de estas personas. Igual que decimos esto, igual hablamos de la necesidad de la lucha contra la inmigración irregular, también pensamos que es un problema para la sociedad que haya zonas de exclusión de derechos. Esa es una política migratoria clara que llevamos aplicando desde 2004.
–Entendiendo esta política migratoria, ¿qué explicación tiene el CETI como tal?, ¿cómo se puede cuadrar la funcionalidad que se le presupone a un centro de estas condiciones, mucho más social, con la política migratoria que usted defiende, basada en la repatriación?
–El CETI es un centro de acogida, que existe tanto en Ceuta como en Melilla, que tiene que ver con una situación de excepcionalidad de las dos ciudades que son de frontera, de primera línea. Desde Ceuta y Melilla no siempre es fácil proceder a la expulsión de los ciudadanos que llegan, no hay un CIE aquí y a las personas para ser repatriadas se les traslada a la península. Dicho todo esto, me reitero en que la forma de entrar no es la irregular y cualquier entrada así debe significar imposibilidad de permanencia en nuestro territorio... pero dicho esto es evidente que hay que trabajar en el caso por caso. Hay personas que llegan aquí, que piden asilo, tenemos personas que se les atiende esa petición, tenemos personas que tienen unas circunstancias que hacen que actuemos de forma excepcional con ellas y que hacen que necesitemos gestionar y procesar cuál es la realidad de esas personas que llegan.
Lo importante para mí sería poder actuar en el cortísimo plazo, me parece más responsable desde el punto de vista humanitario devolver a una persona cuando ha llegado que después de tres años, pero la realidad es la que es, no la marcamos nosotros, y hay veces que es muy difícil trabajar en el cortísimo plazo. El CETI cumple un papel de garantía de los derechos de las personas que están aquí porque creo que por excepcional que sea la situación de primera línea de frontera, la gente que está en nuestro territorio debe tener garantizadas las condiciones de dignidad de vida y trato. El CETI cumple este papel, las funciones son múltiples y varían en función de las circunstancias personales en las que llegan.
–Esa visión del CETI que usted nos hace, esa funcionalidad que nos presenta es la que luego fundamenta los informes que han publicado varias oenegés con los que se concluye que el centro del Jaral no es más que un centro de internamiento dentro de una Ceuta llamada ‘la dulce prisión’...
–En ningún caso los CETI son centros de internamiento, en absoluto. Las situaciones pueden ser más o menos difíciles, no he dicho nunca que fueran fáciles, pero en ningún caso son centros de internamiento. Dicho sea de paso que en esos centros las condiciones son dignas y su existencia responde a la necesidad de poder trabajar con las personas que se va a expulsar. Los CETIs no son centros de internamiento, son facilidades que existen en dos territorios y en condiciones diferentes al resto.
–Insisto, ¿cómo defender esto ante un inmigrante que permanece dos años o tres en el CETI, aprende español, una profesión, se integra... y piensa en un futuro en Europa, no en su país?, ¿cómo se le orienta a un inmigrante como los que usted ha entregado diplomas en la UNED en esa formación si al final va a obtener una expulsión igual que el que daba cartonazos el pasado verano?
–Vamos a darle la vuelta al argumento. Lo que no merece la pena es la vía de la inmigración irregular porque les ponen en una situación de enorme vulnerabilidad y no tiene ninguna garantía. Otra cosa es que en nuestro territorio les podamos ofrecer una serie de facilidades que tienen que ver con su situación de facto, pero nadie puede pensar que el procedimiento para llegar a residir en nuestro país es entrar irregularmente, por mucho que después cumplan con determinadas obligaciones o principios. Desde luego que una vez que están aquí vamos a tener con ellos un trato de absoluta dignidad y si mientras están aquí pueden hacer actividades, pueden hacer formación... les puede servir igual en España, que en su país de origen o que en otros sitios a los que puedan llegar por otras vías, pues mejor. Lo vamos a seguir haciendo, pero no es la manera de entrar en nuestro país. Las maneras de entrar son las que establece la ley.
–¿Hay un compromiso claro de intentar trasladar a los que forman parte de los colectivos vulnerables?... enfermos, familias...
–Lo hemos hecho siempre. Se trabaja en el caso por caso. En lo que va de año ha habido salidas programadas hasta marzo del CETI y eso va a seguir pasando. Insisto, trabajamos en el caso por caso de situaciones de facto.
–Usted que ha sido secretaria de la Generalitat para la UE, ¿qué opinión le merecen argumentos como los que pone encima de la mesa países como Francia o Italia para garantizarse un cierre de fronteras ante situaciones de colapso?
–Nosotros hemos tenido una posición muy clara de España y nos hemos manifestado en el sentido de lo que dicen las conclusiones del Consejo europeo. Puede haber control de las fronteras interiores siempre y cuando en algún punto de la frontera exterior de la Unión Europea se quiebre el control y dejen de ejercerse las obligaciones de control de fronteras exteriores por parte de aquel estado miembro. No es nuestro caso, no ha sucedido nunca. Nosotros hemos tenido crisis comparables a las que ha vivido Italia y nunca hemos dejado de gestionar la situación y siempre hemos pedido más Europa para poder hacerlo. Esto quiere decir consolidación en el refuerzo de Frontex, más solidaridad europea para gestionar nuestras fronteras. La solidaridad europea requiere que uno sea el primero en cumplir sus obligaciones y nosotros lo hemos hecho.

 

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