Algunos que andamos por obligaciones del trabajo viviendo desde hace unos pocos años por la península, y que echamos el cuerpo que tenemos a base de las conchas finas que hacían en la Plaza Azcarate, las tapitas con las papas recién fritas, acompañadas de una África Star bien fría en el bar “El sin nombre”, los bocatas de corazones, los ligaillos de Casa Ortega en la Plaza Vieja; que vivimos la época de los paraguayos, “el chumbo”, los cines de verano… dejando ahí algunos buenos recuerdos y mejores amigos.
Cuando te preguntan eso de ¿y qué sabes de tu Ceuta? Pues comento que hace ya algún tiempo que no voy por allí y reaccionas como cuando te preguntan por alguno de tus hijos. Cual embajador improvisado contestas en todo paternalista, ya que sabemos sus defectos, pero en mi caso, prefiero hablar de sus virtudes; lo bonita que está la ciudad, el Parque del Mediterráneo, su nuevo auditorio, sus gentes, etc.
Que para darle caña ya hay demasiados voluntarios. En singular, intentando publicitar nuestra querida ciudad. Sin necesidad de acudir a grandes y bien subvencionadas ferias internacionales.
Lamentablemente, a veces, nos encontramos con la cara “partía” ante la realidad.
Hace ya un par de años una compañera del trabajo me comentó que su hija quería estudiar enfermería. Le recomendé que lo hiciera en Ceuta. La verdad es que después de aquel encuentro, las ocasiones en que la había visto me comentaba que estaba muy contenta y que le iba muy bien. Ayer fue muy diferente tenía un cabreo del quince. Me refería como de repente se han quedado prácticamente sin profesorado.
Según me han informado al parecer son cosas de las vendettas del politiqueo, que para eso cobran. Pues eso, y los estudiantes a pagar el peaje. Sería bueno que los responsables se dieran una vuelta por los foros de internet y leyeran algunos comentarios. Una ciudad que pretende atraer estudiantes con su nuevo Campus y Hospital Universitario debería poner cartas en el asunto. Y aunque me consta que ya están tratándolo, el daño ya está hecho. Espero que de quién sea la responsabilidad se encuentre muy orgulloso por su hazaña, y que casualmente no se había dado cuenta hasta ahora de la situación administrativa del profesorado.