Una vecina de Ceuta está esperando la realización de una resonancia con carácter urgente, según indica, desde el 12 de noviembre. Esta ceutí fue diagnosticada de cáncer de mama el pasado 29 de octubre, tras varias pruebas realizadas con anterioridad. En la biopsia que le hicieron le indicaron que se necesitaba “con urgencia” una resonancia para poder localizar el carcinoma oculto. Como ella sufre de claustrofobia, para poder realizarse esta prueba le mandó que se la realizaran con sedación, que se hace en la Clínica Septem.
Por tanto, esta vecina quedó a la espera de esa prueba porque "necesitaba la firma del director para que mandara un anestesista", señala la paciente. Sin embargo, esa firma a la que ella hace referencia no es necesaria.
Desde la Clínica Septem indican que “las pruebas con sedación están concertadas con personal de la clínica, salvo que en algún momento en algún acuerdo previo se haya podido realizar en otro sentido”. Asimismo, el pasado 13 y 14 de noviembre, se realizaron todas las pruebas pendientes que incluían sedación con personal privado, ajeno al hospital.
Esta clínica, además, cuenta con un acuerdo con el HUCE, por lo que no es necesaria ninguna firma del director para que acuda un anestesista del hospital a la Clínica, ya que, como señalaron tanto Ingesa como la propia Septem se hace con los medios de la propia clínica. “Si ya tiene todo el preoperatorio hecho y toda la documentación que necesita, nos lo mandarán en tiempo y forma para poder hacérsela, que es lo que realmente importa”, señalan desde Septem.
El Ingesa, por su parte, verifica a este periódico lo que indica la clínica al explicar que “las resonancias con sedación están concertadas por lo que tiene que ser la Septem o la clínica privada en cuestión la que debe poner todos los medios materiales y técnicos para dicha prueba”.
“Vale, estamos en una situación de alerta. Sé que hay que trasladar a un anestesista desde el hospital para que me pongan la anestesia o algún sedante para que me pueda dormir. Pero yo no creo que sea tan complicado. Todo no es covid”, explica la paciente.
Esta vecina de Ceuta está pasando por un calvario desde principios del mes pasado. El 9 de octubre le realizaron una mamografía. Una semana después, su médico de cabecera le llama para decirle que tiene que hacerse una ecografía porque se podían apreciar unas calcificaciones y tenían que ver de qué se trataba. El día 20 de octubre le realizaron la biopsia y los resultados se los dieron el 29. “Había uno que me había producido la metástasis en la axila, pero que no se veía bien y necesitaban esa resonancia”, comenta.
Tras este resultado, esta mujer tuvo que seguir realizándose analíticas. El 6 de noviembre, ocho días después de los resultados que le indicaban que tenía cáncer de mama, le hicieron la analítica de sangre y un electro. “Ya estamos a día 20 y aún no tengo los papeles para la resonancia”, cuenta.
El jueves, esta vecina acudió al oncólogo porque tenían que hacerle un marcador en la axila, pero “no han querido hacérmelo porque no tengo la resonancia y ya no sé dónde acudir”, indica. Esta vecina de la ciudad, además, sufre de insuficiencia respiratoria, por lo que se encuentra dentro del grupo de riesgo. Sin embargo, ella se tiene que encargar de sus asuntos médicos. “Me siento como una pelota. Me siento indefensa y siento que se me va la vida. Estoy desesperada”, expresa.
Su queja, no obstante, no va contra los médicos. “Ellos se están portando muy bien”, quiso aclarar. Esta mujer es consciente de la situación sanitaria en la que nos encontramos ahora mismo, pero también sabe “que sigue habiendo personas enfermas que necesitamos de la ayuda de los profesionales”.
El temor de esta mujer se encuentra en el tiempo que están tardando en realizarle las pruebas que faltan, que se resume en tiempo perdido de poder hacer algo antes de que sea más tarde. “Es un mes desde la biopsia. Y un mes en esta enfermedad, corre el tiempo y corren minutos importantes”, confiesa.