Que la ‘Fase II’ no quiere compartir sus ingresos con el resto de comunidades ya ha quedado de manifiesto en reiteradas ocasiones. Una postura que le costó un enfrentamiento con el resto de propietarios y la Delegación del Gobierno que, incluso, amenazó con sanciones. Su presidente, Bilal Dadi, se ampara en que se trata de un recinto privado que no obedece a condicionantes de esta naturaleza y continúa inamovible en su decisión a menos de un mes de que el resto de polígonos implanten sus planes y, con ello, se mancomunen, requisito indispensable para que comiencen a funcionar. Todo ello se ha traducido en un puenteo al polígono de Dadi que, según la decisión adoptada entre todos los agentes implicados, desencadenaría en la creación de un recorrido alternativo al porteo que excluiría a la ‘Fase II’.
Este nuevo recorrido conllevará el cierre a la actual salida del ‘Tarajal II’ anexa al polígono de Dadi e implicaría la apertura de un acceso por el ‘Tarajal I’ como nuevo punto de entrada para los porteadores. La ruta continuaría por La Chimenea hasta llegar a Alborán, y efectuarían su salida por el mismo lugar de la entrada. Es el primer esbozo de este proyecto que los presidentes esperan pulir a la mayor celeridad, ya que su intención es implantar los planes antes del próximo mes.
En cuanto al circuito de seguridad que concierne a los vehículos de mercancías se ha planteado que el acceso se efectúe por Alborán, en la zona de la ITV, y la salida se realice por el mismo polígono en la zona donde se encuentra ‘Línea Cocina’.
El método de financiación de la seguridad sería a través de un pago aún por definir. No obstante, la intención es incrementar el ‘peaje’ que abonan los porteadores en base al proyecto planteado para todas las naves. De esta forma, con un único tique podrán trabajar libremente por los diferentes polígonos.
La Unidad Central de Seguridad Privada de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana acaba de remitir a los presidentes del ‘Tarajal I’, Chimenea y Alborán el informe de idoneidad sobre los planes de seguridad presentados. En el mismo se plantean una serie de objeciones y recomendaciones que deberán rectificar para su definitiva implantación y, en la cual, ya se encuentran trabajando. Dicho informe distingue una ausencia en la ubicación de las medidas o elementos físicos específicos relativos a la canalización de los flujos de personas, así como una descripción más exhaustiva relativa a las medidas de seguridad concretas a adoptar. “Se aprecia que en los tres planes se hacen propuestas o se aconseja la disposición de determinadas medidas o actuaciones, cuando quizás lo acertado sería describir las medidas concretas, ya sean de tipo personal organizativas físicas y electrónicas, y en su caso dedicar otros apartados a las posibles medidas de mejora”, reza el documento.
El informe emitido alude, además, a la recomendación de construir un Departamento de Seguridad “para los cuatro polígonos” que conforman el Tarajal, al frente del cual se encontraría el Director de Seguridad, “que se encargaría de la supervisión y la correcta aplicación de los Planes de Seguridad analizados”. Una figura que aspiraría a convertirse en el “interlocutor válido” en sus relaciones con la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad conforme a los dispuesto en la Ley 5/2014 del 4 de abril, de Seguridad Privada.
La ronda de contactos que en los últimos meses han mantenido representantes de las comunidades de propietarios y la sede de la plaza de los Reyes parece dar sus frutos. Entre los acuerdos mantenidos por ambas partes, los polígonos acataron la obligatoriedad de presentar su plan de seguridad antes de que finalizase el 2018, requisito fundamental impuesto por la Delegación del Gobierno cuyo incumplimiento hubiese conllevado la apertura de un expediente sancionador que contemplaba desde una multa de 600.000 euros hasta el cierre de todas las naves.
La creación de una mancomunidad de propietarios es el fin último de los planes de seguridad. Un proyecto que contempla la anexión de todos los polígonos en uno y situaría a una única persona encargada de gestionar la recaudación y posterior inversión del ‘peaje’ que abonan los porteadores. Un gestor con carácter rotatorio entre las diferentes comunidades de propietarios. Sin embargo desde el principio la ‘Fase II’ rechazó cualquier unión con el resto de comunidades. El polígono de Dadi se niega a renunciar a su propio sistema de financiación (a través del tique que vende a los porteadores), y por tanto, que sea una única persona la encargada de gestionar la recaudación de las cuatro comunidades.
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