“Incertidumbre”. Esa es la sensación que une a todos agentes de la comunidad educativa de Ceuta en el comienzo del año escolar 2020-2021, que arrancará este jueves de forma escalonada con el regreso a las aulas, en primer lugar, de los estudiantes de Infantil de 5 años, 6º de Primaria, 4º de Secundaria y 2º de Bachillerato.
En un escenario incierto, el generado por la pandemia del coronavirus, que además registra precisamente ahora sus peores datos epidemiológicos en la ciudad autónoma, familias, estudiantes y docentes afrontar el restablecimiento de las clases presenciales, suspendidas hace ya casi seis meses, con dudas sobre cómo evolucionará la crisis de la enfermedad del coronavirus y, sobre todo, sobre cómo funcionarán todos los protocolos preventivos establecidos, que con el paso de las semanas se irán reforzando en medios humanos con la entrada en funcionamiento de los Planes de Empleo de la Ciudad y de la Delegación, que dejarán a cero las listas de paro de enfermeros, por ejemplo, en Ceuta.
Las familias (un 80% de los progenitores de estudiantes de Infantil y Primaria y casi la mitad de los padres y madres de los de niveles superiores) lamentan haber tardado tanto en conocer que los horarios se reducirían con carácter general a solo tres horas de clases presenciales al día, generando conflictos de conciliación que a los más pudientes costará cientos de euros al mes resolver con la contratación de cuidadores o matrículas en centros privados.
Otros recurrirán a familiares para que se hagan cargo de los pequeños durante su jornada laboral y para el resto el MEFP ha prometido soluciones ágiles y eficaces.
El alumnado, sobre todo en los niveles post obligatorios, duda de que los espacios escolares estén preparados para garantizar respeto a todas las medidas de seguridad establecidas y esperan soluciones para que sus periodos de prácticas no se vean alterados de modo irreparable.
Los docentes han venido exigiendo desde la primavera pasada (en realidad llevan años haciéndolo por las necesidades estructurales no cubiertas de la ciudad) un incremento del número de maestros y profesores disponible que todavía no se ha materializado en el ‘cupo COVID’ que, si Hacienda da finalmente su visto bueno, permitirá contratar a alrededor de 160 docentes extra para apoyos y refuerzos.
Yamila Mohamed
AMPA CEIP Federico Gª Lorca
La presidenta de la AMPA del CEIP Federico García Lorca, Yamila Mohamed, lamentó ayer la “precipitación” con la que a su juicio se ha preparado el inicio del curso 2020-2021, que las familias afrontan “en la incertidumbre y con desconfianza”. “Esperamos que las normas sanitarias de los protocolos se cumplan a rajatabla y durante todo el curso, pero la Administración no debería haber programado la vuelta a las aulas cuando los docentes y el PAS todavía no se han hecho los tests de detección rápida y los centros aún no tienen los refuerzos de profesorado, limpieza y desinfección que necesitan”, opina. Desde su punto de vista ese tipo de tareas “esenciales” no deberían depender de los programas de los Planes de Empleo “y si no queda otro remedio las contrataciones tendrían que haberse adelantado”. “No sabemos exactamente cómo van a funcionar los’grupos burbuja’ y tampoco a quién vamos a poder pedir responsabilidades en el caso de que algún niño se contagie: nosotros tenemos que firmar una declaración responsable de no llevar a los alumnos al colegio si tienen fiebre, pero nadie ha asumido la responsabilidad hacia las familias”, compara la representante de la AMPA, que alerta de la “inquietud” que también ha generado la apertura de los centros “cuando el número de positivos en la ciudad es más alto”. En su centro el servicio de comedor no será presencial y los beneficiarios se llevarán los menús a casa.
Ramsés Mohamed
Estudiante universitario
Ramsés Mohamed, estudiante de Educación Social en el Campus de Ceuta, iniciará en semana y medio su último curso en el principio de año académico más complicado por la pandemia del coronavirus. Entre el estudiantado también se afronta este desafío con “incertidumbre”. “No sabemos qué va a pasar, si los Planes de Contingencia que se han preparado para poder volver a las clases presenciales suspendidas desde marzo se van a poder desarrollar o si la evolución de la emergencia sanitaria va a volver a obligar a paralizarlas”, explica el alumno de la UGR. Parte de la inquietud en los pupitres está ligada también a “la impresión de que no todos los espacios escolares están preparados para respetar todas las medidas de seguridad y distancia social prescritas por las autoridades”. “Si tuviésemos que volver a la enseñanza telemática no sabemos si las ayudas improvisadas durante el último trimestre del curso pasado para los estudiantes más afectados por la brecha digital serían suficientes para llegar hasta junio”, añade Mohamed. A estas dudas generales de los estudiantes se suman, en el caso de los universitarios, las relacionadas con sus prácticas. “En el curso 2019-2020 hubo que improvisar y deseamos que esta vez, con más tiempo, todo esté mejor planificado y previsto para evitar contratiempos”, manifiesta.
Lorena Díaz
Maestra
“Incertidumbre, inseguridad y miedo”. Así comienzan los docentes el curso 2020-2021 en Ceuta según la maestra y actual secretaria general de FECCOO, Lorena Díaz, que lamenta que “el gran retraso acumulado por la Administración ha derivado en que los espacios escolares no se perciban actualmente como totalmente seguros”. “A estas alturas de septiembre todavía no se han podido ni completar los horarios porque los Servicios Centrales del Ministerio todavía no han dado su visto bueno al refuerzo del cupo docente pendiente, lo que agrava el círculo vicioso de carencias que la Educación de Ceuta sufre desde hace años o décadas y que la crisis sanitaria de la enfermedad del coronavirus no ha hecho sino profundizar”, critica Díaz. Desde su punto de vista “las medidas y los protocolos de seguridad también han llegado tarde, por lo que los Claustros, los equipos directivos y los Consejos Escolares han tenido que abrir su propio camino individual de la forma que mejor han entendido, pero sin todos los recursos que serían necesarios en una coyuntura tan delicada”, añade. La respuesta de las familias y de la sociedad en general a las medidas preventivas establecidas por las autoridades también inquietan al colectivo docente en un contexto que se ve como especialmente incierto y difícil.