El hábito penitencial se ha transformado con el devenir de los siglos hasta el estilo de túnica que procesiona en la Semana de Pasión. El Costurero de la Hermandad del Sagrado Descendimiento abre las puertas de su Casa de Hermandad y Oratorio en Pasaje del Silencio para explicar cuáles son las prendas que componen un atuendo cargado de significado puesto que supone una penitencia y un acto público de fe en Jesucristo.
África Murcia, vicehermana primera y camarista desde el año 1980, se encarga de preservar la misión del Costurero del Descendimiento tras más de 20 años ocupándose de mantener en condiciones todo el ropaje de la Hermandad. El grupo de costureras que tiene este cometido también realiza capirotes de rejilla desmontable para otras hermandades. Nazarenos de la Pollinica o las Penas confían en su maestría, como atestiguan los encargos que han estado recibiendo hasta finales de esta misma semana. Con lo recaudado, han ido adquiriendo progresivamente tres columnas de pintura cuzqueña de las cuales una se estrena esta Semana Santa.
Este gorro puntiagudo o cucurucho que confeccionan con tanta habilidad se denomina capirote y alude al acercamiento del penitente al cielo. Mientras que la tela que cae sobre la cara y sirve para preservar el anonimato es el antifaz. El capirote estándar es de 80 centímetros pero el del Descendimiento es de 95, y el antifaz está rematado con el escudo de la Hermandad.
El color de la vestimenta de los nazarenos forma parte de la idiosincrasia de cada hermandad. Cada una tiene matices que la particularizan y diferencian. Los hábitos de la Hermandad del Silencio son elaborados desde cero con tela-lana fría inglesa negra sujetos con un cíngulo –cinturón– con diversos detalles como es la botonadura de terciopelo morado y su escudo en la capa. El Descendimiento tiene reglamentada hasta la ropa en el interior –totalmente negra en el caso de ellas y con camisa blanca y gemelos o jersey negro para ellos– en consonancia con unos zapatos negros unisex. La austeridad del Silencio les lleva a procesionar sin reloj, joyas o las uñas pintadas. Sí se permite la alianza.
El pasillo hacia el Costurero del Descendimiento conserva en armarios acristalados el ropaje con el que procesionarán en la Madrugada y otras vestiduras singulares y personalizadas. Llama la atención la solemnidad de una casulla en la que puede leerse ‘Per crucem ad lucem’. En otra de las dependencias del Oratorio está el ropero donde, pulcramente, aguardan la Salida Penitencial el uniforme de turiferarios, inmaculistas y el limitado –por exclusivo– cuerpo de pajes pequeños.
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