Este incidente ha sido la gota que ha colmado el vaso para el colectivo argelino que reside en el CETI. Según ha podido saber este periódico, salvo pocas excepciones, todos los residentes del centro de esta nacionalidad han iniciado una huelga de hambre como protesta al trato que dicen recibir en estas instalaciones. “No somos delincuentes”, expresaba uno de ellos al anunciar este propósito emprendido por un gran número de argelinos que debido a la falta de un acuerdo migratorio entre España y los países del Magreb, se encuentran ante un bloqueo para que puedan ser trasladados a la península, como sí ocurre con los subsaharianos que llegan a cruzar la frontera española.
La supuesta agresión sufrida esta madrugada, aseguran desde este colectivo, no es más que un ejemplo del trato al que presuntamente están sometidos por parte de las instituciones encargadas de atender a los inmigrantes. Insisten en que, en este caso concreto, independientemente de si los guardias de seguridad agredieron o no a la víctima, una cosa que les quedó claro es que sí vieron cómo se precipitaba por el barranco y pese a ello, no llamaron a los servicios de emergencias, sino que tuvo que hacerlo otro residente al enterarse de que el hombre permanecía tirado en la vaguada sin atención.
Este incidente ha caldeado los ánimos entre los usuarios de esta nacionalidad, que han decidido emprender la huelga de hambre hasta que se resuelva su situación y la relación hacia este colectivo mejore. Aseguran que son cerca de 200 personas las que van a continuar sin ingerir alimentos, casi todos los residentes argelinos.
Hasta la noche de ayer, se supo que los mismos manifestantes, que horas antes denunciaban a los guardias del centro por la supuesta agresión, habían pedido hablar con la dirección para dialogar sobre el tema.
Tras ver el registro de las cámaras del centro, sus compatriotas presentaron una denuncia en la Jefatura acusando de lo sucedido a dos guardias de la seguridad privada del lugar
La Policía Nacional investiga los hechos ocurridos en la madrugada del 1 de enero en la que un argelino, residente del Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes de Ceuta, cayó por un barranco cercano a sus instalaciones. El varón, de aproximadamente 30 años, se precipitó por el desnivel que hay junto a la carretea de acceso al centro, teniendo que acudir hasta el lugar el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento para proceder a su rescate.
Aunque se sospecha que el hombre se cayó sobre las 07.30 horas, no fue hasta las 11.30 cuando Bomberos, a través de la llamada de otro argelino, recibió el aviso por medio del 112. Todo ello derivó en una serie de hipótesis de lo que podía haber ocurrido, cobrando fuerza la versión de un grupo de residentes, quienes aseguraban que habían sido los mismos guardias de seguridad los que habían empujado al varón por el barranco.
Una vez que concluyó el rescate y traslado de la víctima al Hospital Universitario, el colectivo argelino del centro solicitó a la dirección el visionado de las grabaciones hechas por las cámaras de vigilancia, para así salir de duda de lo que pudo haber ocurrido. “Vi a dos vigilantes pegándole, se cayó por el barranco y lo dieron por muerto. Y menos mal que han pasado unos chicos subsaharianos que los han encontrado y un argelino ha llamado a los Bomberos y vinieron a las 11”, explica Said Maloum, integrante de este colectivo, que pudo ver las imágenes junto al director del CETI y quien posteriormente ha sido el encargado de interponer esta denuncia como representante de todo el grupo.
Y es que ya desde por la mañana, mientras se efectuaba el rescate, se barajó la conclusión de que el hombre no podía haber caído solo en esa zona y que alguien tuvo que empujarle. Fue la alerta de un grupo de subsaharianos, quienes presuntamente vieron a los guardias pegando al argelino, lo que hizo que sus compañeros solicitasen ver las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Una vez comprobada su teoría, la indignación por lo sucedido llevó a más de medio centenar de argelinos a iniciar una macha a pie desde el CETI hasta la Jefatura Superior de la Policía Nacional, donde presentaron, sobre las 15.00 horas, una denuncia con base a las grabaciones que dicen haber visto. “Había gente comentando eso. Decían que le habían pegado los agentes de seguridad, pero no quieren venir y dar la cara, decir que es verdad, que lo han visto. Yo no creía, pero cuando vi los vídeos, ya creo lo que han visto mis ojos”, reconoce Said, quien una vez vista las grabaciones, no dudó en acudir a la Policía.
Aunque en un principio en la Policía les dijeron que tenía que ser la víctima quien denunciase, finalmente han aceptado la denuncia presentada por el colectivo. En esta se constatan que tras el nerviosismo provocado por el incidente, fue el mismo director del CETI quien manda a llamar a Said, “porque entiende perfectamente el idioma castellano”. En esta reunión, el director, según se recoge en la denuncia, reconoce que “un interno de nacionalidad argelina ha tenido un problema con varios vigilantes” y con la finalidad de “calmar los ánimos” del colectivo argelino, iban a proceder al visionado de las imágenes en presencia de Said.
La testifical del denunciante también recoge que es en la proyección de las imágenes cuando “se ve como dos vigilantes de seguridad, trabajadores del CETI, propinan una paliza a un amigo, S.G. y se cae por un barranco próximo que hay en el lugar”. Al ver las imágenes, el denunciante “sale al exterior del local e informa a sus compatriotas del visionado de las imágenes, tomando la decisión de denunciar los hechos ya que su amigo S.G. está ingresado en el Hospital Universitario de Ceuta”, se detalla en el documento policial. Una vez interpuesta la denuncia, en la comisaría les han comunicado que hoy iniciarán las investigaciones pertinentes para esclarecer lo ocurrido y depurar la responsabilidad de quiénes hayan tenido que ver con este incidente.
Ya con la denuncia en la mano, los argelinos fueron hasta el Hospital Universitario a comprobar el estado de salud de su compatriota quien, según fuentes hospitalarias, presentaba erosiones y policontusiones en varias partes del cuerpo. Tras efectuarle las pruebas necesarias para asegurar su estado de salud, fue dado de alta en la tarde de ayer.
Este medio ha intentado, sin éxito, conocer la versión del CETI sobre lo ocurrido y sobre el señalamiento hacia los trabajadores de seguridad del centro.
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