Desde Fuente Caballos al
Sarchal, con el objetivo de ir recuperando el estado original en los lugares que han sido objeto de asentamientos. Los operarios de
Tragsa en Ceuta, encargados de las labores de
limpieza vertical, llevan toda esta semana tirando de cuerdas para llegar a los recovecos de estos acantilados e ir retirando toda la basura que encuentran: desde colchones a ropas, pasando por maletas, restos de todo tipo y placas de madera. Se están topando con un auténtico vertedero vinculado directamente a los asentamientos que han ido ocupando toda esta zona. Y lo peor de este trabajo es que una vez que han limpiado muchos de estos lugares ven cómo, de nuevo, se vuelven a formar asentamientos con lo que toda la labor cae en un pozo sin fondo. Llenan bolsas y bolsas de basura sin descanso.
El peligro llega de la posibilidad de que se produzcan incendios debido a la acumulación de tanto resto entre las propias malezas. La labor encomendada topa hasta con asentamientos curiosos como los que se han hecho dentro de recovecos con difícil acceso o túneles. Allí viven quienes llegaron a Ceuta con motivo de la crisis de mayo, que fueron los que convirtieron toda esta zona en su vivienda particular. A pesar de que muchos fueron trasladados a las naves del Tarajal, otros optaron por quedarse generando problemas indirectos de insalubridad al terminar toda la basura que producen en los acantilados o, directamente, llegar al mar.
Objetivo: recuperar la zona tal y como estaba
Los operarios de Tragsa tienen la encomienda de seguir trabajando en la zona para dejarla lo más limpia posible y sin riesgos. Porque de eso se trata precisamente, de tratar de ir recuperando los espacios tal y como estaban antes de esta situación sobrevenida que sorprendió a todos. Desde primera hora de la mañana descienden por los acantilados cuidando las medidas de seguridad para ir subiendo poco a poco todo lo que encuentran por el camino, en una zona transformada por completo y que cuando empiece la jornada de lluvias podrá empeorar debido a la inestabilidad de las casetas que pueden desplomarse y terminar en el mar.