Colas, avalanchas y detenidos

Jornada de auténtico caos en el Tarajal. Tras los días festivos por la celebración del Mawlid, la frontera escupió su peor cara materializada en largas colas, amagos de avalanchas, cierres de frontera y hasta detenidos por portar armas blancas o atentado contra las fuerzas de seguridad.

Todo en el mismo día, todo envuelto en el mismo caos que ha convertido la zona en una auténtica ratonera sin salida.
Las fuerzas de seguridad no dan a basto, es imposible. La tensión entre los porteadores aumenta, hasta el punto de que ayer los que se dedican a pasar la mercancía en bicicletas promovieron una avalancha para salir todos a la vez, ya que estaban bloqueados. Este intento fue impedido con un amplio despliegue de la Policía y con el cierre de la frontera durante casi media hora.
La Benemérita siguió quitando la mercancía que en forma de grandes bultos quiere pasarse por la frontera y se impidió a los porteadores que se agolparan en el Tarajal. No obstante esto no evitó la formación de colas ni las situaciones de peligrosidad al entremezclarse porteadores con vehículos. En la jornada de ayer hubo además cuatro detenciones conocidas. Dos por parte de la Policía de individuos que estaban alterando el orden, a uno de ellos se le encontró un arma blanca de grandes dimensiones y fue trasladado del lugar esposado. La Benemérita detuvo a otros dos, los ocupantes de un coche cargado de mercancía que intentó superar la frontera a gran velocidad para evitar el decomiso de sus bultos. Pasó el filtro de la Guardia Civil pero no pudo llegar al de la Nacional. Ambos fueron detenidos por atentado ya que estuvieron a punto de atropellar a uno de los agentes.
Estos son episodios de tensión que van a más en la zona. Las fuerzas de seguridad se ven obligadas a estar centradas solo en este punto, así por ejemplo la UPR tiene que desplegar a sus agentes para contener los posibles picos de inseguridad contando además con el respaldo de la UIP. Lo mismo le sucede a la Benemérita. Y en el otro lado de la balanza están los porteadores que intentan a la desesperada sacar sus bultos porque tienen que ganar dinero para comer. Ejemplo de esta desesperación  es que los que entran en coches o bicicletas se apostan en la frontera marroquí a la una de la madrugada para conseguir llegar los primeros y aprovechar para hacer pases. Las madrugadas permanecen allí, colapsando todos los carriles, desesperados para comer, lo que hace que los ajenos a este tipo de porteo lo tengan complicado para cruzar.
Los decomisos de mercancía se están llevando a cabo también en el lado marroquí. Los porteadores denunciaban ayer que no entienden cómo Guardia Civil les deja pasar pequeñas bolsas que luego Marruecos se las decomisa.
El entendimiento entre ambos lados parece que no es tal como se informa, toda vez que el caos continúa siendo el pan de cada día.