La entrada en funcionamiento de la nueva sede digital en la Administración local que pretende suprimir el uso del papel, ha provocado que el Registro de la Ciudad se haya convertido, para muchos, en “un caos”. La implantación del programa GRETA, de uso interno para los empleados públicos, ha supuesto una ralentización de los trámites, ya que tal y como explican algunos trabajadores, “lo que antes tardabas un minuto, ahora tardes siete u ocho”.
Es un problema que no sólo afecta a los usuarios, sino a los mismos trabajadores que están cara al público, ya que además de los retrasos que está provocando este cambio del sistema, deben aguantar las quejas, a veces insultos, de los usuarios que protestan por las largas esperas y los colapsos que ha llegado a registrar la oficia del Ceuta Center esta semana.
Los empleados reconocen que ahora tardan más, pero porque para ellos también es un programa nuevo que ha cambiado su forma de trabajar. El programa de Gestión de Recursos y Tareas (GRETA) se implantó en el Registro el pasado lunes, día desde el que comenzaron los colapsos.
Relatan que el martes, coincidiendo con la apertura de las inscripciones de los campamentos de verano, “esto fue horrible”, ya que los registros eran por orden de entrega y “vimos a la gente hasta golpearse en las manos por conseguir un número”, relataba un trabajador.
Describen que antes de las 12.00 horas ya se han agotados los números, pero que extienden sus jornadas hasta después de las 14.00 para solventar todo el trabajo, evitando que las tareas pendientes se sigan acumulando, algo que se ha convertido en un imposible en cada jornada laboral. “Desde las 9.00 horas ya vamos con retraso”. Por ello han propuesto que se aplique el sistema de citas, con la finalidad de que la gente no se agolpe sobre las mesas y, a causa de las esperas, reproches a los trabajadores la tardanza.
“La gente nos dice de todo”, agregaba otra empleada, narrando que el martes varios usuarios insultaron a una compañera suya por salir a por un café. “No podemos ni levantarnos de las mesas”, reclaman. “No podemos correr más”, inciden, explicando que además la formación que han recibido fue hace ya ocho meses, un curso de apenas tres horas y aunque durante algunas semanas estuvo disponible una zona de pruebas, no contaban con el tiempo suficiente para poder explorar el nuevo sistema.
Además, agregan que el programa está bajo cambios constantes, por no hablar de los fallos del escáner, una pieza imprescindible en este nuevo sistema digital que pretende suprimir el papel de las administraciones públicas.
Los usuarios se quejan, protestan, se enfadan y hasta gritan, pero los empleados del Registro insisten en que ellos son los primeros afectados por estos cambios y piden paciencia y comprensión. “Nos gustaría hacerlo más rápido, pero no podemos. Tenemos que escanear cada documento uno a uno y a veces, cuando has hecho todo, el programa se te cierra sin poder guardar”. Un cúmulo de hechos que han derivado en colapsos que van a peor.