A la carrera, saltándose los controles del Tarajal II. Trepando, hasta coronar las puertas que aislan el perímetro fronterizo de los polígonos. Estas son las nuevas vías que, porteadores o no, utilizaron en la mañana de ayer para entrar en Ceuta sin pasar por control documental alguno –aunque fuentes policiales negaron este extremo–. Todo delante de las autoridades tanto españolas como marroquíes. Una picaresca que evidenció los puntos flacos del nuevo paso fronterizo.
Después de que se prohibiese la entrada a Ceuta de más porteadores por el Tarajal II, dos jóvenes a toda velocidad consiguieron colarse ante la mirada atónita de la Guardia Civil y los vigilantes de seguridad que, pese a alertar sobre los intrusos, finalmente, no fueron interceptados, como confirmaron miembros del operativo.
Escasos metros más allá, junto a la antigua piscifactoría, los más astutos encontraron otra fisura en el Tarajal II. Porteadores, y también algún inmigrante, según los testigos, alcanzaron suelo español evitando el control de los aduaneros marroquíes en el paso de mercancías, desviándose hacia las naves hasta obtener vía libre. A uno de los infiltrados le identificaron como argelino ya que, tras pasar desapercibido entre el gentío, se dirigió hacia el Príncipe Felipe desorientado, según coincidieron los presentes.
Mientras, el funcionamiento del Tarajal II continúa a golpe de improvisación, con giros de timón que todos desconocen hasta que el paso de mercancías abre por la mañana. Salvo por algún amago de avalancha, que otros describieron como tales, las colas de porteadores mantuvieron ayer un frágil equilibrio en medio del alboroto al que acostumbra el comercio transfronterizo. Sobre las espaldas de camalos y mulas, según manifestaron los comerciantes, solo bultos de las consignas irregulares y ni un paquete de mantas de los negocios legalmente establecidos.
La afluencia de porteadores a los polígonos no paró en toda la mañana pese a que la posibilidad de alcanzar Ceuta por el Tarajal II cesase en torno a las 10.30 de la mañana. Algunos aseguraron que los porteadores, por razones que desconocen, siguen entrado por la frontera del Tarajal hasta mediodía como si tuviesen pases fronterizos. Una entrada por goteo que impide que los polígonos puedan desalojar a todos los porteadores que llegan, por encima del cupo de 4.000 personas establecido por la Delegación del Gobierno. Solo a las 7.00 horas, según los guardas de las naves, cerca de mil personas ya aguardaban su turno dentro del recinto.
La Confederación Española de Policía (CEP) confirmó que, como ya ocurriese antes de la interrupción de la actividad por reajustes en el Tarajal II, “se está superando el número de personas” autorizado y, de nuevo, el cupo estipulado por la Delegación del Gobierno “se está incumpliendo”. El sindicato desechó la apertura durante una franja horaria determinada como hasta ahora y apostó por limitar el número de personas que entran como medida que facilitaría cuantificar ese máximo de 4.000 portadores. “La frontera y zonas aledañas no tienen capacidad para absorber a más personas”, advirtió la central.
Curiosamente, la Policía Nacional y la Policía Local estuvieron ayer ordenando filas como hacían tiempo atrás con los porteadores. Imágenes que no se veían salvo que hubiese habido una incidencia, pero este martes lo hicieron sin que se produjeran desórdenes públicos. Por su parte, la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local negaron que hubiese algún cambio en los protocolos respecto a lo acordado por ambas administraciones. En el lugar de los hechos estaba, además, el asesor de Fronteras de la Delegación del Gobierno.
Bloqueo en el lado marroquí: “Esto es la guerra”
En medio del caos, una mujer sufrió lesiones que ensangrentaron su hiyab
“Esto es la guerra”. Así se expresó ayer una joven transfronteriza que consiguió entrar en Ceuta “a la fuerza”, pasadas ya las 10.30 horas. “Tenía que hacerlo a las 8.30, no hay derecho”, explicó. ¿El motivo? Que los porteadores bloquearon el paso por el Tarajal impidiendo que los trabajadores que están contratados, con su Seguridad Social y que tienen que cumplir su horario laboral en Ceuta, pudieran entrar a su hora.
Las autoridades fronterizas llevan días sin entender de distingos y mezclaron un día más a porteadores, transeúntes y trabajadores con lo que se hace imposible la entrada. Una “ensalada” en la que, como captan los vídeos a los que ha tenido acceso este periódico, incluso hubo heridos, como denota el hiyab lleno de sangre que muestra una mujer. Al parecer, habría sufrido un golpe que le causó las lesiones que denuncian quienes le rodean.
En la mañana de ayer, los vehículos tardaron hasta tres horas para cubrir a distancia entre el Hotel Ibis y Bab Sebta, convirtiéndose la zona en un escenario caótico, tercermundista y muy peligroso. “La gente está encima de los coches y sentados en la calzada”, declararon quienes contemplaban el desorden que se extendía ante ellos. Niños sin poder acudir al colegio, personas que telefoneaban a sus trabajos para advertir de que otra vez llegarían tarde o ruegos porque iban a perder el ferry a la Península eran algunos de los dramas personales que confluyeron en la espera en la antesala de la frontera.
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