Hablamos de Yoga, y todavía, a día de hoy, a veces nos encontramos con un nivel importante de desconocimiento, todavía hay quien lo vincula a la postura del loto y el cántico del mantra Om (los mantras y kirtans son una parte de Yoga, pero Yoga es mucho más) y por otro lado hay quien lo relaciona con posturas imposibles que no todo el mundo puede realizar.
Yoga es en realidad una filosofía de vida que entiende al ser humano como un ser holístico, que cuida al cuerpo, serena la mente y armoniza la energía y que facilita la conexión con uno mismo y con todo lo que nos rodea, la unión entre el hombre y el Ser, el equilibrio, la armonía y la salud.
Dentro de la disciplina de Yoga, hay múltiples escuelas, ramas y sendas, que facilitan que distintas personas conecten con distintas formas de practicarlo, y además hay distintas corrientes que permiten que personas de cualquier edad y condición física lo puedan incorporar a su vida, con el beneficio que esto supone.
Pero...¿hablamos de Yoga terapéutico, adaptado, restaurativo o Yoga específico para la tercera edad?
En realidad podemos hablar de las 4 variantes, ya que cada una brinda un matiz y amplía la posibilidad de que muchísimas personas se acerquen y conecten con esta práctica milenaria de auto conocimiento y auto cuidado.
Yoga terapéutico presenta una práctica dirigida a mejorar o superar algún cuadro físico concreto de forma natural y progresiva. Tiene que ver con incorporar movimientos y ejercicios específicos dirigidos a la mejoría de distintos problemas, de movilidad de músculos o articulaciones concretas, de los distintos sistemas internos, respiratorio, circulatorio, digestivo, nervioso, etc. y puede desarrollarse en clases grupales con objetivos generales comunes (de bienestar global) o de forma individual con ejercicios específicos en base a las necesidades de la persona.
Yoga adaptado es el tipo de práctica que, como su nombre indica, se adapta a personas con necesidades especiales, sin que estas se conviertan en un impedimento para la incorporación de los beneficios que esta práctica aporta, basado en la premisa de que si tienes un cuerpo y una mente, puedes hacer yoga.
Yoga restaurativo parte de las enseñanzas de B.K.S. Iyengar y es desarrollado por Judith Lasater, busca un estado de relajación profunda a nivel físico, mental y emocional a través de la activación del Sistema Nervioso Central Parasimpático, según su creadora tiene más que ver con ser que con hacer, y se ayuda de diferentes complementos para facilitar que se mantengan las posturas de forma pasiva,. En la actualidad por la suma de otras técnicas, como el método Fledenkrais o el Método Alexander, el Yoga restaurativo ofrece otra forma activa de trabajar cuerpo, mente, emoción y energía.
Finalmente, cuando hablamos de Yoga para la tercera edad, casi podríamos decir que puede ser cualquiera de las modalidades anteriores e incluso una combinación de todas ellas. La práctica de Yoga en personas de edad avanzada ofrece múltiples beneficios. En primer lugar mantiene el sistema musculoesquelético en mejor estado, potenciando la flexibilidad, manteniendo y aumentando la movilidad y frenando los procesos degenerativos asociados a la edad. Con respecto a las funciones respiratoria, digestiva y circulatoria, la práctica de ejercicios suaves de Yoga favorece el funcionamiento armónico de cada uno de esos sistemas, ayudando a mantener un mejor estado de salud general. Finalmente, con respecto al estado mental, la práctica de los ejercicios de relajación y meditación que se incluyen en las clases de Yoga para personas mayores sirve, por un lado, para un manejo más eficaz del estrés y lo estados de ansiedad y, por otro, para favorecer la memoria y un estado mental más activo y despierto.
Y podríamos seguir hablando de tantas formas de hacer Yoga, tantas escuelas, tantas prácticas diferentes, que es posible entender que, más allá de diferencias de forma, la esencia es la misma en cada una de ellas, y que este abanico amplio y rico hacen que Yoga sea , realmente, una práctica para todos.