"Seguridad y estabilidad" ¿para Ceuta?

Desgraciadamente para poder analizar el futuro de Ceuta solo disponemos de las declaraciones realizadas por el presidente Sánchez en su visita a Ceuta, la lectura de la inusitada carta que publicó Marruecos y la comparecencia ante el Parlamento del ministro Albares. En los tres casos tenemos que adoptar el mensaje como una “cuestión de fe”. Ni sus palabras, ni su carta, ni las declaraciones de Albares, en mi modesta opinión, aclaran lo acordado ni aseguran la seguridad y estabilidad de nuestra ciudad.

Sánchez reconoció ante las autoridades locales que durante estos diez meses la comunicación con Marruecos era “poca por no decir ninguna”, luego es difícil que se hayan podido concretar los puntos que nos hubieran permitido alcanzar un acuerdo, o pacto, entre nuestros respectivos gobiernos. Quizás ese sea el motivo por el que no ha informado de ellos ni respondió de forma concreta a las pocas preguntas que se permitió realizar a los medios locales y nacionales en su comparecencia.

En cuanto a la carta firmada por Pedro Sánchez, como “Presidente del Gobierno de España”, necesitaríamos cientos de páginas para analizar tamaño desatino, solo genera preguntas:

¿Quién la redactó? Impensable que fuera en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Sin entrar a evaluar los errores gramaticales, destaca un error de bulto, escribieron mal el nombre del ministerio, en la carta figura Ministerio de Asuntos Europeos, Unión Europea y Cooperación. Error que no cometería el funcionario de menor nivel del Palacio de Santa Cruz.

En su comparecencia ante el Parlamento Albares justificó los errores de la carta alegando que la publicada en castellano originalmente había sido redactada en francés, pues miren, a diferencia del castellano, en el idioma francés las cartas y documentos oficiales tienen un formalismo y unas reglas muy estrictas, reglas a las que no se ajusta la carta publicada. El problema es que ni el propio Albares conoció de antemano el contenido de la misiva, posiblemente se enteró de su contenido por un medio de comunicación, como el resto de parlamentarios. Tremendo y penoso al tratarse de un asunto de Estado. La pregunta sigue en el aire, quién y donde se redactó.

Estos días hemos podido conocer las críticas a que dicho documento no recogiera garantías sobre la españolidad de Ceuta y Melilla, en el texto de la carta leemos: “todas estas acciones se llevarán a cabo con el fin de garantizar la estabilidad e integridad territorial de nuestros dos países”. Cualquiera que conozca mínimamente Marruecos entenderá que de haber intentado introducir Ceuta y Melilla en el texto habría sido imposible el acuerdo. Marruecos nunca reconocerá la españolidad de las ciudades españolas a las que habitualmente se refiere como “presidios ocupados”.

Sigamos con la carta, en otro párrafo Sánchez asegura: “España siempre cumplirá sus compromisos y su palabra”. Señor presidente, usted no es España, es el Parlamento el que representa la voluntad de los españoles, ayer pudo ver como nuestros parlamentarios, de todos los colores, reprobaban su decisión unilateral, ni en el seno de Consejo de Ministros pudo obtener el respaldo unánime a su decisión. Ayer tuvo a España en su contra.

Nos queda la segunda parte de ese párrafo, su palabra, es su palabra la que pone en juego en esta carta, no la de España, y de su palabra mejor no hablar. Aseguró que Argelia estaba informada de su decisión, lo que las autoridades de Argelia desmienten, basta con ver los medios argelinos para conocer el nivel de irritación que ha provocado en las autoridades argelinas, medios oficialistas en los que, en países como Marruecos, o Argelia, leer determinados diarios es como acceder al BOE.

La prueba de ello es la reacción del presidente de la República de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, de forma inmediata llamó a consultas a su embajador en Madrid, una de las más duras respuestas en el sutil lenguaje diplomático; el mismo gesto y con las mismas consecuencias que realizó Marruecos al conocer la entrada ilegal a España de Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática. Seguramente continuará llegando el gas argelino a España, pero veremos a qué precio.

Sánchez se escuda en que esta decisión es similar a la adoptada por las principales potencias europeas, como Francia o Alemania, pero obvia que Francia siempre ha sido el gran valedor de Marruecos, incluso contra España, en el seno de la Unión Europea; en cuanto al cambio de posición de Alemania, este se produjo tras la salida de Angela Merkel del gobierno, la señora Merkel nunca consintió el chantaje de Marruecos, no tengan duda de que si Merkel hubiera seguido siendo la canciller de Alemania jamás hubiera claudicado ante la presión de Marruecos, además, no son comparables los vínculos, intereses y problemas con Marruecos de Alemania con los de España.

En resumen: prudencia, no sabemos nada de lo que supuestamente se habría acordado.

Las fronteras se abrirán, más tarde o más temprano, pero Ceuta debe tener con anterioridad los deberes hechos, empezando por una verdadera frontera inteligente que controle el acceso de forma eficaz.

Es posible que finalicen por un tiempo los asaltos a nuestra frontera, pero solo hasta que Marruecos se sienta “ofendido”, es una de sus mejores armas, es Marruecos quien tiene “la sartén por el mango” en este asunto.

En su edición de hoy, el diario el Mundo publica un artículo con el siguiente titular: Marruecos reventó la estrategia de Sánchez al revelar la carta sobre el Sáhara "en el peor momento". Sin tener resuelto el acuerdo ya vemos la lealtad al acuerdo por parte de Marruecos, en definitiva, más presión para ir preparando la visita de Albares a Rabat, anunciada para el próximo 1 de abril. No olvidemos que los españoles conocimos la existencia de la carta al ser publicados sus términos en medios marroquíes a los que se las remitió el propio Gabinete Real de Mohamed VI.

Nadie duda que es necesario el diálogo con Marruecos, pero ese debe hacerse en términos de igualdad, solo así podrán sentarse las bases de una relación necesaria y productiva para ambas partes. Ceuta siempre ha sido respetuosa con Marruecos, nadie como los ceutíes y melillenses conocen y aprecian el hecho de disfrutar de una buena relación, pero, por desgracia, también de lo contrario.

En definitiva, precaución y un hilo de esperanza en que la situación de Ceuta y Melilla pueda mejorar.