La luna estaba llena.
El ánimo en todo lo alto.
Las cámaras veían atónitas.
La apertura de la verja.
Aquellos añorados años.
Las bellas playas.
Las casas de gente de aquí.
Los pensamientos sobre los del otro lado. La pandemia tuvo la culpa.
Las malas interpretaciones volaban.
Mientras tanto entraban como podían.
El nadar se hizo deporte olímpico.
El rechazar igualmente.
Pero se puso en entredicho.
La entrada pacífica a pie.
No se sabía lo que hacer.
Todas las ideas eran malas.
Hasta el defender nuestra Patria. Y es que la vecindad era buena.
Pero solo con un pensamiento.
Defenderse a costa de otro.
Es dar pie a un zorro.
Dentro de un corral de gallinas.
Nadie irá por ellas.
Pero ellos si comerán hasta hartarse.
Cuanta incredulidad.
Cuanta ignorancia.
Cierre es bonito, cuando no hay diálogo.
Pero pensar solo en verde.
Llega a ser una tontería.
Y de ellas ya estamos hasta la coronilla. Bienvenido sea el nuevo día.
La hoja de ruta debe de ser consensuada.
Y no una fórmula matemática.
Con un solo resultado.
Y es que solo ha triunfado un valor de vecindad.
Ni un Danone.
Ni un tomate.
Aquí solo esperamos algo que nos alegre el día.
Y como diría mi tía: "con una calaita nos alegra el día".
Y todo gira en torno a la María.
O podríamos decir: " Fátima".
Y no por las chachas.
Que también tienen sus derechos. Y que al final se echan de menos.
Y para muestra una frase que recorrió medio mundo.
Pero seguimos con la misma.
Pero seguimos siendo las marionetas de los de siempre.
Cambiar para mejorar.
No dar el brazo torcido y a la vez perdido.
Sintámonos un poco hombres de vez en cuando.
Busquemos soluciones a corto, medio y largo plazo.
Pero no seamos los primos tontos. La Caperucita Roja del cuento.
Nos enseña los dientes.
Nos da que pensar.
Y más adelante eliminamos al lobo.
Cuando no nos haga falta.
Los drones son eficaces.
Las patrullas conjuntas son evidentes.
El rechazo antes de la valla va de retro.
Acompañar a los ilegales a sus casas es pensar.
Ayudar a esos países mucho mejor.
Todos debemos de pensar en una solución.
No vale la lástima.
No vale tener corazón.
Vale defender nuestros intereses.
Nadie nos va a ayudar.
Nosotros debemos de pensar.