“Hoy por la tarde de 5 a 7, con motivo de la solemne fiesta de coronación de su Real Majestad de Polonia y Serenísimo Príncipe Elector de Sajonia, se ejecutará respetuosamente por el Collegium Musicum de Bach en el Café Zimmermann una solemne música”
(Nota de prensa del “Leipziger Zeitungen”, Leipzig 19 de febrero de 1734)
Ésta y otras notas de prensa nos sirven hoy como testimonio y evidencian los conciertos que el gran genio de la historia de la música, Johann Sebastian Bach, concedía junto a los miembros de la orquesta del “Collegium Musicum” en el café Zimmermann de Leipzig, en Alemania.
Años atrás, en 1702, el compositor G. P. Telemann, amigo personal de Bach, había fundado entre los alumnos más aventajados de la Universidad de Leipzig, una orquesta conocida con el sobrenombre de “Collegium Musicum”.
Posteriormente y en otro orden de cosas, en 1720, se inauguró en el número 14 de la calle más elegante de la ciudad, la Katharinenstrasse, una cafetería regentada por el señor Zimmermann. El café se había puesto de moda en Europa, así que, en muy poco tiempo, la citada cafetería llegó a ser un local exclusivo al que la burguesía acudía para degustar esa bebida exótica y adictiva.
En este contexto, la música se adentró, como de costumbre, en la sociedad de Leipzig cuando el señor Zimmermann decidió acoger, tras la inauguración de su novedosa casa de café, a la orquesta del Collegium Musicum con el fin de amenizar sus jornadas, deleitando con conciertos semanales a un sin fin de clientes mientras disfrutaban de su aromático café, así como de otras delicias culinarias locales. Desde 1729 y hasta la muerte del señor Zimmermann, acaecida en 1741, Bach estuvo al frente de este Collegium Musicum, elevando sus conciertos a una categoría artística sin precedentes, cuyos ecos perduraron durante largo tiempo en la memoria de aquellos afortunados oyentes, quedando constancia hoy por escrito de muchos de sus testimonios.
Bach supone el paradigma, lo incuestionable, la cima más alta de cuantas existen en la Historia de la Música; el resultado de la culminación de un pasado, ya lejano, que se remonta al canto gregoriano; y al mismo tiempo, la puerta que orienta la música hacia un nuevo lenguaje que evoluciona hasta el siglo XX.
Es el compositor del que más se ha escrito y, sin embargo, paradójicamente, del que menos datos autobiográficos existen. Apenas unas cuantas cartas personales, las actas municipales de los lugares donde trabajó y los testimonios de terceras personas, como sus hijos, constituyen la mayor parte de las fuentes. De ahí la importancia de acudir a su música para conocer más en profundidad a este genio.
La primera biografía de Bach se publicó en 1802 y fue escrita por Johann Nikolaus Forkel, padre de la musicología histórica moderna, tras entrevistar varias veces a los hijos mayores de Bach, los también compositores Wilhelm Friedemann y Carl Philipp Emmanuel.
Johann Sebastian nació en 1685, en el seno de una gran familia de músicos que se remontaba al S.XVI. La música en esta época tenía una función clara: acompañar todos los acontecimientos de la vida, desde un bautizo, un cumpleaños, un baile, una boda, una alabanza a Dios o la despedida de un difunto. Los músicos eran empleados, contratados por los más altos estamentos de la sociedad: la nobleza, los ayuntamientos y la iglesia, estando sujetos a estrictas leyes de servidumbre.
Así, Bach nació en una familia que servía a aquella sociedad con su arte: la música. Los “Bach” vivieron y trabajaron en el corazón de la Alemania protestante, Thuringia y Sajonia. Estas circunstancias históricas marcaron toda la existencia y la razón de ser de Johann Sebastian como músico.
Bach viajó poco. Apenas se movió en un radio de 350 Km. Podría decirse que fue un músico de pueblo. Sin embargo, he aquí una de sus sorprendentes cualidades: sin salir apenas de su tierra natal, se las ingenió para conocer todos los estilos de música existentes en su época, los llamados internacionales "francés" e "italiano".
A través de las bibliotecas y de la escucha de estas músicas en directo, absorbió con tremenda facilidad todo el conocimiento necesario para que, junto a su herencia familiar, basada en el severo estilo del contrapunto alemán, diera como fruto una síntesis perfecta de los tres estilos imperantes en la Europa de los siglos XVII y XVIII.
Desde niño arrastró el dolor de ser huérfano de madre y padre, algo que le marcaría para el resto de su vida y que se vería reflejado en su música.
Fue compositor de más de 1100 obras, cultivando todos los géneros, a excepción de la ópera. Escribió para el órgano, el clavecín y otros instrumentos solistas. También compuso música de cámara, cantatas sacras y profanas, motetes, oratorios y pasiones. Su lema como músico era uno: "Soli Deo Gloria", sólo a la Gloria de Dios.
Su música nunca fue olvidada tras su muerte, aunque sólo era conocida en un círculo reducido de músicos profesionales. De hecho, fueron el genial compositor Felix Mendelssohn y su ilustrada familia, quienes ayudaron a rescatar en el XIX la música de Bach, divulgándola entre el gran público. Desde entonces, su fama y grandeza nunca han dejado de crecer. Muchas de sus composiciones se encuentran entre las mejores de la historia.
Pero ¿qué tiene su música para suscitar el interés y la pasión de generaciones desde hace más de 270 años? ¿Por qué su obra supone un legado sin igual para la humanidad?
¿Tal vez porque su música es el "Ars Perfecta"?, ¿porque su estructura guarda proporciones simétricas?, ¿porque tiene un conocimiento profundo de una armonía que nos atrapa? o ¿porque su música está llena de humanidad y penetra en lo más hondo de la psique, despertando todas las posibles emociones humanas, sirviendo también como bálsamo que nos alivia, nos consuela y nos llena a la vez de esperanza?
Embriagados por estas cuestiones e inspirados por el espíritu de aquellos encuentros musicales en el café del señor Zimmermann, surge la idea de crear un Club formado por alumnos y profesores del Conservatorio Profesional de Música de Ceuta “Angel García Ruiz”, así como por padres de alumnos y melómanos entusiastas, con el objetivo principal de promover y fomentar la música del insigne compositor alemán y de sus contemporáneos. En el año 2012 el equipo de biblioteca llevó a cabo una exposición sobre la figura de Bach en la que se expusieron, con carácter público, partituras, libros y materiales muy diversos relacionados con el compositor. La exposición fue muy bien avenida y supuso el germen de lo que, años más tarde, el 15 de diciembre de 2017, se constituiría formalmente como Club “Café Zimmermann”.
Pero además del objetivo divulgativo de referencia, nace la idea de crear un fondo monográfico para la biblioteca del Conservatorio, de ahí que el único requisito imprescindible para pertenecer al Club sea la donación anual de cualquier libro, Cd, partitura, Dvd o material relacionado con Bach o sus contemporáneos. Así, en sus casi 2 años de vida, el club “Café Zimmermann” ha reunido 2 dvds, 20 libros, 204 cds, y 675 obras en partituras, además de otro material de diversa índole.
Los 55 miembros que en la actualidad conforman el Club le han brindado, con creces, altas dosis generosidad y solidaridad en todos los aspectos, no sólo en lo que a donaciones se refiere. Más allá, han colaborado de forma activa en todos los actos organizados por el mismo.
En cuanto a la dinámica de funcionamiento y a las actividades realizadas, el Club se reúne una vez al trimestre en el Conservatorio para disfrutar de una clase magistral dirigida por profesores o alumnos miembros que se ofrecen por vocación. Se han tratado temas muy diversos, como “la vida de Bach”, “comparativa sobre su música interpretada con instrumentos originales y modernos”, “Bach, entre la Ciencia y el Arte”, o “la vida y trascendencia de su segunda esposa, Anna Magdalena”, tema tratado a colación del día Internacional de la Mujer.
Al finalizar cada clase, todos los miembros del Club se dirigen a la biblioteca del Conservatorio para disfrutar de un delicioso café o chocolate, acompañado de alguno de los muchos postres que ellos mismos preparan con cariño para este día. Durante el festín se inicia “la tertulia”, el momento en el que todos comparten sus impresiones sobre la clase, sus descubrimientos, opinan y debaten, aprendiendo unos de otros con un dinamismo inusual y hermoso.
Pero además de las clases magistrales, El Club “Café Zimmermann” ha organizado actividades muy heterogéneas e interesantes desde el punto de vista cultural.
En febrero de 2018 hizo un viaje a Jerez para conocer tres de sus órganos. La visita estuvo guiada por el Maestro organista titular de la Santa Iglesia Catedral, Don Ángel Hortas, gran músico que además es director de la Orquesta “Ciudad de Ceuta” desde el año 2002 y miembro de Honor del Club.
En mayo de 2018 se celebró el “I Concurso Kapellmeister del año”. Tres equipos lucharon por hacerse con el título de “Kapellmeister” contestando a preguntas muy variadas sobre la vida y obra del compositor alemán. El equipo ganador recibió el título y todos fueron obsequiados, en proporción a sus posiciones en la clasificación final, con regalos muy diversos relacionados con Bach.
También se han celebrado dos conciertos, pues uno de los objetivos del Club consiste en realizar al menos uno al año, destacando la colaboración especial de Don José Bastardés, violinista virtuoso afincado en Estados Unidos desde hace más de 30 años, que además es hijo de uno de los componentes del Club y miembro de Honor del mismo. Interpretó y deleitó a los asistentes con la célebre Chacona para violín sólo. Así mismo, participó un alto número de profesores y alumnos miembros del Club, que no escatimaron esfuerzos y entusiasmo en los muchos ensayos que se llevaron a cabo.
Como colofón, en abril del presente año, el Club viajó a Alemania para hacer una ruta por las principales ciudades en las que vivió Bach: Eisenach, donde nació, Weimar, Dresden y Leipzig, donde acabó sus días en 1750. El viaje fue todo un éxito y estuvo lleno de momentos emotivos, como la visita a la tumba del compositor, en la iglesia de Santo Tomás de Leipzig, donde los miembros del Club hicieron una ofrenda floral, símbolo del cariño y la admiración que le profesan.
Todas estas actividades han gozado de la colaboración del equipo directivo del Conservatorio, que en todo momento ha creído en el proyecto y apoyado cada una de sus necesidades.
Para el nuevo curso que en breve comienza, son varias las actividades que ya están en marcha, como una clase sobre los maestros de Bach, otra sobre la aplicación de su obra en la musicoterapia, un concierto didáctico sobre el clavecín o la representación de la famosa “Cantata del Café”.
La Música como vehículo para descubrir nuevos horizontes, para crecer como personas, esta es la cuestión; de la mano de uno de los grandes en la historia de la música, Johann Sebastian Bach, un genio cuya profundidad cautiva y enamora. Ojalá el club “Café Zimmermann” consiga mostrar al mundo una parte, por pequeña que sea, de ese universo inmortal.
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