En ciudades como Ceuta, los habitantes también se ven afectados por un problema que no distingue fronteras: las llamadas comerciales no deseadas. Ya sea por teléfono móvil o fijo, la aparición de números desconocidos en la pantalla, seguidos de grabaciones automáticas o incluso la desconexión de la llamada, es una molestia habitual para los usuarios.
A pesar de la legislación vigente, que prohíbe las llamadas comerciales sin previo consentimiento, los sondeos telefónicos y encuestas siguen siendo una práctica permitida, aunque muchos de estos contactos son molestos y persistentes.
Una reciente encuesta realizada por Facua revela que el 98% de los encuestados reciben llamadas comerciales de forma recurrente. Aunque la Ley General de Telecomunicaciones, promulgada en 2023, establece que las llamadas sin consentimiento son ilegales, las encuestas telefónicas, muchas veces invasivas, siguen siendo una excepción.
Estas llamadas, generadas de manera automática por sistemas informáticos, permiten a las empresas recopilar datos sobre la satisfacción del cliente o las opiniones de los consumidores. Sin embargo, su persistencia ha generado una gran incomodidad entre los usuarios, especialmente cuando se combinan con llamadas fraudulentas, como informa el portal Tellows.
¿Por qué las encuestas telefónicas siguen siendo legales?
Aunque las encuestas de satisfacción o las investigaciones de mercado son legales, los usuarios se ven afectados por su carácter invasivo. Las llamadas no solo son molestas por su frecuencia, sino que también resultan difíciles de bloquear completamente, ya que las empresas continúan usando sistemas de marcación automática para intentar contactar a los usuarios. Sin las herramientas adecuadas, la intervención de estos números en el día a día parece inevitable.
Aunque los teléfonos inteligentes ofrecen herramientas como la detección de spam o alertas de llamadas sospechosas, estas opciones no siempre son suficientes para eliminar el problema. Las recomendaciones de expertos y asociaciones de consumidores pueden ser la clave para reducir la cantidad de estas llamadas, pero, en ocasiones, parece que no hay forma de escapar de esta práctica persistente.
Cómo gestionar las llamadas comerciales sin ceder
En lugar de cortar la llamada de inmediato, lo más recomendable es no ofrecer información personal al encuestador. Esto dificulta que puedan verificar si están hablando con la persona correcta, y reduce las probabilidades de futuras llamadas. Según los expertos, también es mejor evitar dar excusas como "no tengo tiempo", ya que esto podría ser interpretado como una apertura para continuar la conversación en otro momento.
Por otro lado, algunas asociaciones de consumidores aconsejan respuestas más directas como "no me interesa" o incluso "ese número está equivocado". Este tipo de respuestas cortas y claras son más efectivas para frenar la insistencia de los vendedores. Otra opción que algunos consideran efectiva, aunque algo extrema, es simplemente levantar el teléfono y dejarlo a un lado hasta que el interlocutor termine la llamada por su cuenta.
Qué hacer si las llamadas no cesan
Si a pesar de todas estas estrategias, las llamadas comerciales no disminuyen, existen recursos legales a los que los usuarios pueden recurrir. En primer lugar, Facua recomienda presentar una denuncia ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), el organismo encargado de velar por el cumplimiento de las normativas en materia de privacidad y protección de datos. Las empresas que incumplen las normativas relacionadas con el consentimiento de los usuarios están expuestas a sanciones.
Otra opción efectiva es inscribirse en la Lista Robinson, un servicio gratuito en el que los usuarios pueden registrarse para evitar recibir publicidad de empresas con las que no han consentido tener contacto. Sin embargo, los usuarios deben tener en cuenta que el proceso de inscripción puede tardar hasta dos meses para ser completamente efectivo, ya que las campañas publicitarias en curso podrían seguir utilizando los datos de los usuarios registrados.
La obligación de las empresas
Las empresas tienen la responsabilidad legal de consultar la Lista Robinson antes de realizar cualquier tipo de publicidad personalizada. Esto significa que, si un usuario está inscrito en este registro, las compañías deben abstenerse de contactarlo para fines comerciales. Sin embargo, aunque este sistema protege a los consumidores, aún existen lagunas que permiten a algunas empresas eludir la normativa.