Desde hace un tiempo, he comenzado a no creer en la Justicia. Ustedes dirán que las sentencias siempre han de acatarse. Y es cierto, yo las acato. Qué otro remedio me queda, ¿ir al patio a gritar que no estoy de acuerdo, cuando no me sirve para nada? Las acato, como todo hijo de vecino. Pero yo antes no era así. Me congraciaba casi siempre con los fallos judiciales. Ahora, cada vez menos. Pero acatar, lo que se dice acatar, sí que las acato. Empezó la cosa cuando el Tribunal Constitucional sentenció al Grupo Rumasa, (expropiación mediante Real Decreto Ley, siendo una potestad meramente administrativa con posibilidad de que los afectados interviniesen en defensa de sus derechos, que se excluye en el supuesto en que se acuerde la expropiación directamente en una norma con rango de ley). El R.D. 2/1983 de 23 de Febrero, convalidado por el Congreso de Diputados el 2 de Marzo de 1983, inició este proceso. El Grupo Rumasa constituía un conglomerado de sociedades con una unidad de “riesgo y dirección” suponiendo según el Gobierno, un peligro para la estabilidad del sistema financiero por lo que “se decreta la expropiación forzosa por causa de utilidad pública e interés social”. El gobierno de Felipe González entra en tromba, toma posesión inmediata de las sociedades y procede a la adquisición en pleno dominio de sus acciones, asumiendo las potestades de sus órganos de gobierno que quedaban suspendidos en sus funciones. Contra el R.D. Ley se interpuso recurso de inconstitucionalidad por 54 Diputados y el Tribunal Constitucional, en sentencia del Pleno (12 magistrados) 111/1983 de dos de Diciembre desestimó el recurso pero seis magistrados formularon un voto particular en sentido contrario, la sentencia fue aprobada gracias al voto de calidad de su Presidente. El hecho de que un R.D.L pudiera afectar a los derechos de los ciudadanos, como es el de propiedad, en contra de lo establecido en el artículo 86 de la CE, originó una polémica que aún se recuerda y que ha manchado el devenir de este Tribunal. La tesis de la sentencia era que no afectaba al derecho de propiedad. Hubo varias sentencias conexas y una de ellas fue recurrida ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que en sentencia de 23 de Junio de 1993 declaró la violación de derechos a un proceso en plazo razonable y la violación del derecho a la igualdad de trato en el proceso al no haber dado la oportunidad a los demandantes en vía civil, para intervenir en la cuestión de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional. Si escandaloso fue el proceso de expropiación, también lo fue el de reversión al que tenía derecho el Grupo, en el Contencioso Administrativo y posteriormente en el Constitucional. Muchas de las propiedades fueron enajenadas a bajo precio y el proceso fue una ruina económica para el Grupo y otra de credibilidad para el Gobierno y los tribunales sumisos, fundamentalmente el Constitucional.
Después llegaron las sentencias de los diversos tribunales superiores de las CC.AA en relación con la enseñanza. El mero hecho de que no se pueda estudiar en español en todo el territorio nacional ya es de por sí algo insólito y vergonzoso, que no ocurre en ningún país y mucho menos si este es civilizado y pertenece a los denominados del primer mundo. Y esto teniendo una herramienta fundamental como es la Constitución. Incluso cuando ha habido alguna sentencia algo favorable, no ha sido obedecida. El poder judicial, la Fiscalía general, los órganos de control del ministerio de Educación, ninguno sirve para nada. Y no es que los magistrados de estos tribunales sea legos en la materia, todo lo contrario, son verdaderos especialistas en cualquiera de las ramas del Derecho. Pero tienen el maldito barniz tentador de la política. Así entran y salen de la judicatura cuando les prometen el oro y el moro, por ejemplo ser ministros, con lo que eso viste. Así se ha visto a formidables jueces devenidos en auténticos desastres como ministros, miren ahora el Consejo de Ministros. Pero luego vuelven a la judicatura y ¿cómo van a juzgar con neutralidad a sus antiguos compañeros? La política entra de lleno en el nombramiento de los magistrados de los tribunales superiores, de ahí las “Rumasas”. Los jueces van a las tribunas del Congreso o del Senado, vuelven después a sus tribunales y al final los convierten en tribunalillos.
Por eso aceptan como normal, por ejemplo, la discriminación entre hombres y mujeres. Si el autor de un delito es un hombre, pena superior que si el mismo delito lo ejecuta una mujer. ¿Tanta civilización a cuestas para esto? Por favor, que vengan los clásicos a salvarme. Claro que yo tengo un problema, soy una persona crítica conmigo mismo. Imagínense si puedo criticar y critico las tontadas que aparecen en esos aparatos maravillosos llenos de colores llamados televisores. Ahí tratan de conducirte de la manera más suave y sibilina posible hacia sus intereses, para que te sumes a esa gran banda de ángeles “si señor”. Todo sea por la secta. Fuera, hace mucho frio. Entonces es difícil decir que todo el sistema es inservible, que hay que cambiar de rumbo, que hay que tirar senados, tribunales, partidos políticos por la ventana, y empezar desde cero, que nada de lo que tenemos va a ayudarnos a salir del atolladero, que solo se salvan ellos, como acaba de ocurrir en el pueblo andaluz de Huerva de Aljarafe, donde el anterior alcalde ha empleado a todos los ciudadanos que le votaban. Viva la sumisión. Hace tiempo que empecé a leer a Kafka y ahora es cuando realmente le comprendo. Cualquiera de sus obras, al principio pueden parecer increíbles, pero con el caminar de la vida, al menos en este paraíso español que gozamos, se revelan tan cristalinas como los tribunales de justicia.
El hecho de autorizar la exhumación de una persona y negar la posibilidad de inhumar a la misma donde le parezca oportuno a la familia , por parte del Tribunal Supremo, me parece un verdadero escándalo, ya no estamos ante verdaderos magistrados sino ante políticos que se han puesto una toga. El hecho continuado de ponerse siempre del lado de los criminales y nunca de las víctimas, como acaba de ocurrir en el caso de la pelea contra unos miembros de la Guardia Civil y sus familias, reduciendo las penas, una vez más el Tribunal Supremo, ignorando determinadas agravantes, es otra piedra en el camino. Se nos dirá que usted es que no es jurista, hombre sí, pero tampoco lego.
Y qué decir de la tardanza en la resolución de recursos “una justicia lenta no es una buena justicia. Y más si es constitucional” dijo Pascual Sala, antiguo presidente del TC que no hizo nada para acelerar los recursos pendientes. Ha habido varios recursos que han tardado más de trece años en resolverse ( diez recursos en total, por ahora) , el hecho de tener todavía empantanados recursos de diez años o más, como si fuera algo normal, demuestra lo politizado que está este Tribunal. Ahí están tirando de la toga los partidos políticos que presentan un recurso y después cambian de idea, por lo que presionan para retrasar las sentencias. ¿Pero no habíamos creído que el poder judicial es independiente? Así, no se han resuelto los recursos contra la ley educativa catalana, presentado el 16 de Octubre de 2009; el de la ley del aborto de 1 de Junio de 2010; tampoco los presentados contra la denominada “ley mordaza”, ni el presentado contra la reforma del Código Penal que incluye la prisión permanente revisable . El escándalo sobre la tardanza en el TC llegó, por ahora a su culmen, cuando abordó el asunto 14 años más tarde y la legislación recurrida ya había sido retirada, ¿no deberían haber sido destituidos los magistrados de un Tribunal que retrasan tanto la sentencia que el efecto que produce es completamente nulo?
Los tribunales ordinarios tienen la fama de ser los más eficaces y se tiene la creencia que la Justicia, donde funciona mal por su politización es la impartida por los Tribunales Superiores, pero no en los ordinarios de instrucción o primera instancia. Sin embargo un juicio es más una representación teatral, donde los actores son los abogados, el fiscal, los testigos y el acusado, y dependiendo de cómo actúen en esa representación, de la veracidad de sus palabras, de la fuerza de las mismas el juez mueve un dedo señalando arriba o abajo, es la buena representación la que se prima, no la justicia o injusticia del caso representado. Pero es la justicia que en una civilización como la nuestra existe, por lo que para tener una justicia más “justa”, deberemos exigir fundamentalmente mejor formación a jueces y fiscales e imposibilidad de pase de estos a la política, a no ser que sea irreversible.
Pero qué decir cuando la Justicia es inaplicable porque el sujeto dice que sabe mucho y a pesar de haberse declarado ya culpable de determinados delitos, ay si destapa todo lo que sabe, como es el ejemplar ejemplo del Muy Honorable ejemplar Don Jordi Pujol. O de la justicia europea donde las euro órdenes para capturar al prófugo de la Justicia imputado por rebelión Monsieur Puigdemont y otros más de la banda , los estados amigos y vecinos de UE como Bélgica y Alemania, se las pasan por el arco de Belvedere.
Mientras la sentencia del proceso de los políticos golpistas en Cataluña ya hace un tiempo que empezó a destilar caramelo. El delito de rebelión con violencia (delito contra el orden constitucional) al parecer era opinión inicial de todos los magistrados y coincidía con la petición de los Fiscales y la del Juez Instructor Llarena, pero el caramelo político progresista, tan dulce, inició su camino y al poco tiempo ya se impuso una rebaja, no a la rebelión, ¿por qué no sedición? . La sedición (delito contra el orden público), propuesta de la Abogacía del Estado (el anterior Abogado del Estado propuso la rebelión y por ello fue cesado) pudiera parecer muy poco en principio, pero es lo que demandaba el Vacío según sus emisarios, la sedición junto a la conspiración para la rebelión alcanzaría penas inferiores a la rebelión pero superiores a la sedición. Finalmente por alcanzar la unanimidad, no la Justicia, el presidente del tribunal agachó la cabeza, dejó la violencia que todo el mundo vio, y bendijo la sedición y para que no pareciera que se había plegado en exceso , en algunos casos la acompaña de malversación de fondos públicos, pero ni siquiera ha tenido en cuenta la propuesta de la Fiscalía de no permitir el tercer grado hasta cumplir la mitad de la pena, con lo que los primeros permisos no tardaran en llegar, esto es lo que se ha abierto paso, porque él ha visto en lontananza un puesto harto interesante y su coro de arcángeles también tienen el camino expedito para ascender, ya que en poco tiempo hay que nombrar Presidente del Tribunal Supremo, Vocales del CGPJ, Magistrados eméritos, prórrogas de jubilaciones. Al parecer, la declaración de independencia de una parte de España no va en contra de la Constitución. ¿Pasteleamos?
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