El Gobierno de Ceuta ha mostrado en la noche de este domingo su “solidaridad y apoyo” con el Ejecutivo canario y los vecinos de la isla de La Palma, que desde esta tarde está viviendo la erupción del volcán situado en Cumbre Vieja. “El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, trasladará este mismo mensaje de ánimo y respaldo a su homónimo canario, con quien tiene previsto conversar esta misma noche”, ha informado la Ciudad.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya se encuentra en la comunidad autónoma y participa en la noche de este domingo en la reunión del comité que va a examinar la última información recabada por los distintos equipos científicos que vigilan la erupción, para actualizar los planes de evacuación y protección de los ciudadanos en las zonas potencialmente afectadas.
Después de más de 25.000 pequeños seísmos que no han dejado de sacudir La Palma durante ocho días y habían elevado la isla 15 centímetros, el magma que empujaba bajo el suelo se abrió camino: Desde las 15.10 horas La Palma vive su octavo volcán en tiempos históricos, de nuevo en la Cumbre Vieja.
La erupción ha estallado en el municipio de El Paso, uno de los cuatro que estaban en alerta por riesgo volcánico desde el lunes pasado, en una zona escarpada de pinares conocida como Cabeza de Vaca, sin viviendas en su círculo más próximo, por lo que no ha causado víctimas. Pero sí hay núcleos de casas ladera abajo, que ya han sido evacuadas porque están expuestas a las coladas de lava, y hay algunas viviendas afectadas.
El volcán comenzó a rugir en forma de una sacudida y una fuerte explosión que generó una columna de cenizas, a la que pronto siguieron borbotones de lava elevándose muchos metros sobre el suelo desde varias bocas eruptivas. Hasta siete han contado los expertos del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán).
Desde hace días, Involcán y el Instituto Geográfico Nacional (IGN), los dos organismos científicos que tenían monitorizada la isla, venían advirtiendo de que el proceso sísmico se estaba acelerando, de que los terremotos tenían focos cada vez más someros (20 kilómetros, 10, 8, 5, hasta solo 100 metros los últimos), por lo que no descartaban que pudiera terminar en una erupción.
Pero sus diferentes portavoces insistían que no se podía predecir ni dónde ni cuándo iba a estallar el volcán... Ni siquiera si iba a hacerlo, porque reactivaciones como la que había sufrido la Cumbre Vieja también se pueden detener de repente. Ha sucedido antes.
El Involcán calculaba que bajo el suelo se había acumulado un reservorio de magma de 11 millones metros cúbicos que presionaba por salir, la cuarta parte del volumen de materiales volcánicos que emitió en sus 24 días de fuego el Teneguía (1971), el último volcán que había vivido La Palma hasta la fecha (43 millones de m3).
Cuando el volcán estalló, las evacuaciones ya habían comenzado: en El Paso, Mazo, Los Llanos de Aridane y Fuencaliente las autoridades estaban sacando de sus casas a los vecinos con problemas de movilidad. Y el resto de habitantes de la zona había recibido charlas todos estos días de cómo prepararse para abandonar su casa.
"Me alucina y al mismo tiempo me da muchísimo miedo", ha relatado a Efe María del Pino Hernández, una de las vecinas evacuadas en Los Llanos de Aridane, consciente de que está presenciando "un espectáculo increíble, que da pánico".
Unas imágenes tomadas desde el aire facilitadas a Efe por su autor muestran que varias casas han sido arrolladas por las primeras coladas de lava ladera abajo del lugar donde estalló el volcán. Estas avanzan, en la mitad de su trayectoria, a aproximadamente unos 0,7 kilómetros por hora. Equipos del Involcan destacados en la zona han podido tomar imágenes térmicas de las coladas y determinar que tienen una temperatura de 1.075 grados centígrados.
La Guardia Civil prevé que será necesario evacuar a entre 5.000 y 10.000 personas, en un proceso que ya ha comenzado.
La Palma había sufrido hasta la fecha siete erupciones desde que hay registros históricos, desde la Conquista de Canarias del siglo XV, todas en el entorno de la Cumbre Vieja. Las últimas fueron en el siglo XX: el volcán de San Juan (1949), donde duró 47 días, y el volcán de Teneguía (1971), donde se prologó 24 días.
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