Mensaje de Navidad del presidente de la Ciudad
Estas son unas fiestas especialmente familiares y entrañables. En su celebración si echamos la vista atrás, algunas cosas en algunos hábitos han cambiado. En muchas casas no se hacen los pestiños, los roscos, los cortadillos, el pollo y el pavo han dejado de ser el protagonista de la cena de nochebuena. La tarde y el mediodía del 24 se ha convertido en una feria en nuestras calles, pletóricas de gente de bullicio de abrazos de felicitaciones. Las luces y los adornos son distintos, muy distintos diría yo. Pero afortunadamente aunque hayan cambiado algunas cosas, lo importante es que lo fundamental no ha cambiado, el espíritu de la Navidad sigue estando presente. Estos valores universales siguen estando vigentes. Unos valores capaces de superar el tiempo y el espacio, capaces de sacar a relucir lo mejor de la condición humana. Capaces de compartir personas pertenecientes a distintas creencias, etnias y culturas. También la Navidad es una oportunidad y una ocasión para evocar estos valores, para que nuestro corazón esté impregnado de los mismos y para que hagamos el firme propósito de que continúen durante todo el año. Merece la pena cultivar durante todo el año la humildad, para que nadie se considere superior a nadie, para que seamos capaces de reconocer nuestros errores, para que sepamos disculpar y perdonar. Merece la pena cultivar el espíritu de la concordia, para que nadie esté dispuesto a tirar la primera piedra, el de la fraternidad para estar al lado de los que sufren, de los marginados, de los excluidos, de los pobres, de los desconsolados. De alguna manera también es una fiesta muy propicia para el recuerdo, ese hueco que queda en el alma y en el corazón y deja un hueco que no se puede llenar.
Ilusión y esperanza
También son unas fiestas para la ilusión y la esperanza, para lo que nace auténtico, limpio, claro y reparador. Ilusión y esperanza colectiva respecto a nuestros objetivos como sociedad ceutí. Ilusión y esperanza para afrontar retos y desafíos de extraordinaria envergadura pero que necesiten ilusión y esperanza frente al abatimiento, desánimo, el espíritu destructivo, la resignación. Juntos hemos sido capaces de hacer cosas importantes, hemos sido capaces de avanzar en estructuras urbanas, de avanzar de una manera notable en infraestructuras urbanas, en equipamientos sociales, culturales educativos, de avanzar en la calidad de servicios públicos fundamentales. Juntos hemos sido capaces de consolidar la presencia de nuestra ciudad en los foros autonómicos de mayor relevancia. Juntos hemos sido capaces de dotar a nuestra Hacienda de seguridad y estabilidad. Juntos hemos sido capaces de ampliar de una manera muy notable los incentivos económicos y fiscales de nuestro régimen especial. Y juntos hemos sido capaces de poner en valor nuestro rico valor patrimonio histórico y cultural. Por lo tanto, confianza en nuestras posibilidades, confianza y unidad.
El valor de la tierra
Una unidad que tiene que estar soportada en el vínculo común del cariño a esta tierra. Esta tierra tiene motivos para ser querida, es una tierra amable, hospitalaria, generosa, solidaria fecunda, diversa, luminosa, atractiva, mágica. Por tanto, es una tierra que merece ser querida y ese cariño lo tenemos que traducir en unidad, en unidad para afrontar esos retos a los que antes me refería y que estoy seguro van a marcar el futuro de nuestra ciudad . Por tanto, unidad para hacer valer donde corresponda el importantísimo y trascendental papel que Ceuta juega al servicio de la casa común de España y de Europa. Juntos y unidos para amoldar la inaplazable modernización de nuestra frontera. Juntos y unidos para abordar la inaplazable modernización de nuestra frontera, juntos y unidos para ofrecer oportunidades de formación y empleo a nuestros jóvenes. Para hacer una apuesta decidida por la educación y por la herramienta digital, para apoyar el comercio de siempre y también para fomentar el emprendimiento. Unidad como valor fundamental y sobre todo unidad para preservar este bien tan preciado de la convivencia. Unidad para que todos los ceutíes juntemos las manos los corazones y las voluntades en favor de la convivencia. Unidad para evitar con altura de miras y responsabilidad que la sociedad ceutí pueda quebrarse o fracturarse por razones de índole cultural, social, política o religiosa. Estoy convencido de que lo vamos a lograr pero también estoy convencido de que esta es la principal amenaza, el principal riesgo que tiene la sociedad ceutí de cara al futuro.
Unidad
Y también estoy convencido de que juntos podemos satisfacer estos retos y desafíos porque siguen estando vigentes las dos grandes fortalezas que han caracterizado la personalidad y el deselvovimiento de Ceuta a lo largo de toda nuestra historia. Una de ellas el amor a España traducido en la inquebrantable voluntad de servir a la patria cualquiera que sea el precio y para lo que sea menester y el segundo también absolutamente constatable el apoyo solidario del resto de los españoles. Apoyo que además de ser solidario, es legítimo es constitucional, es legal e insustituible. Quiero aprovechar esta oportunidad para además desear de todo corazón para Ceuta en el año próximo bienestar, progreso y prosperidad, para también decirle a los ceutíes que pueden contar con nuestro compromiso al margen del aciertos y errores poner al servicio de la causa hasta nuestra última gota de sudor, todo nuestro esfuerzo y capacidades. En el ámbito personal, con el corazón en la mano, mi deseo de salud, de trabajo, consuelo de paz y amor para todos. Feliz Navidad y próspero año 2018