“Pasaremos a la historia por hacer dos pruebas con papel higiénico en la frontera”. Palabra del diputado de MDyC Mohamed Alí Duas, que este lunes ha interpelado al Gobierno de Ceuta sobre la caótica y nada clara gestión en torno al paso del Tarajal.
Nada claro y concreto ha obtenido de una Ciudad que, ha insistido, no es competente en la materia y, al igual que la formación localista, confiesa querer disponer de una frontera normalizada, así como mantener unas buenas relaciones con el país vecino.
La popular Kissy Chandiramani ha reconocido que la gestión de la frontera es muy complicada por la situación de actuación de dos países en un entorno pequeño en donde tiene que haber diálogo.
“Aunque no somos competentes, hay colaboración absoluta con el Estado en cuanto a medios económicos para que la frontera funcione de manera ágil y ordenada”, ha defendido en alusión a las prestaciones en materia de seguridad privada y la zona de embolsamiento.
La Ciudad defiende que se mantenga la exigencia del visado, pero también reclama la activación de la aduana comercial y el régimen de viajeros. “Se lo hemos pedido al gobierno central y esperamos respuesta cuanto antes”, ha insistido, pero la realidad es que “no tenemos competencia, podemos sugerir, demandar… pero quien tiene que dar instrucciones es la Delegación y el Gobierno central”.
MDyC se ha ceñido a trasladar al foro plenario la situación que causa quejas entre los ceutíes, insistiendo en que, aunque la institución municipal no tenga competencias, sí que puede hacer algo mostrando interés para el funcionamiento más adecuado.
“Tenemos constancia de las quejas de la ciudadanía, la opacidad con la que el Estado maneja este tema porque nadie sabe ni fecha ni cuándo ni cómo se implantará la aduana comercial”, ha recalcado el diputado.
“Queremos saber las instrucciones”, ha insistido, dibujando una frontera tercermundista sin infraestructuras siquiera para protegerse de la lluvia, el calor o la ausencia por ejemplo de baños.
Para MDyC no se entiende el “exceso celo” que ponen los guardias civiles en la frontera por orden de la Delegación, algo que no se da en Melilla, en donde “no hay balanza ni se pesa la compra que traen”.
Los criterios son “ambiguos” incluso en el traslado de enseres y muebles desde Marruecos de personas que hacen mudanzas de sus casas o de aquellas que quieren adquirir un tipo de mueble árabe que no venden ni en Ceuta ni en la Península. Necesitadas de furgonetas, estas no pueden pasar más que una vez.
MDyC ha pedido a la Ciudad que le exija a la delegada del Gobierno ser “clara y concisa”. “No vale decir que la Asamblea no es competente, debe preocuparse de nuestros problemas, no nos podemos escudar en falta de competencia”.
“La situación que atraviesan los ceutíes no pasa desapercibida y no solo por las colas sino también por las instrucciones de Delegación sobre alimentos y enseres”.
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