Cinco detenidos y varios heridos tras una reyerta en Claudio Vázquez

Hamido señala las cámaras con las que está rodeada la comisaría de Los Rosales. “Si quieren saber la verdad de lo que pasó, que las pidan, las vean y entonces sabrán que no mentimos”. Se refiere a la tangana que tuvo lugar en la noche del miércoles al jueves en la avenida Capitán Claudio Vázquez que ha dejado a cinco personas detenidas y varios heridos (algunos, sin número especificado, son vecinos y dos, agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que presentan una herida en un brazo y, el más grave, un traumatismo en una pierna). Tangana ocurrida justo al lado de la sede policial cuyas cámaras (salvo que no funcionen) tuvieron, necesariamente, que captar lo ocurrido. 24 horas después de los hechos, vecinos y Policía no se ponen de acuerdo. Los primeros hablan de extralimitación policial, acusan a los agentes de agredirles provocando que lo que inicialmente era un enfrentamiento entre menores terminara convirtiéndose en una auténtica batalla campal. Los segundos, mediante una nota oficial, niegan la mayor y hablan de hostigamiento vecinal hacia las fuerzas del orden público. El caso ya está judicializado y en la mañana de hoy se espera que todos los detenidos sean puestos a disposición del juez. De los cinco, uno es menor (tiene 17 años aunque cumplirá 18 en dos meses) y ayer fue puesto a disposición de la Fiscalía de Menores que decidió su puesta en libertad después de que este negara haber golpeado a los agentes y manifestara que, al contrario, eran ellos los que habían golpeado a los vecinos. La Jefatura Superior, no obstante, lo señala como la persona que habría sido autor material de la agresión a uno de los policías e iniciador de la reyerta.
Pero para saber los hechos hay que retrotraerse a la noche del miércoles al jueves, cuando una llamada teléfonica alertó a la Policía de que se estaba produciendo un enfrentamiento en Claudio Vázquez entre “un número considerable de personas”, buena parte de ellos menores. La discusión había comenzado de la manera más tonta. Dos adultos habían golpeado previamente a un menor y los hermanos de este habían acudido al lugar para defender al chico. Según los vecinos, la madre de los jóvenes había bajado a la calle para evitar que sus hijos se enzarzaran en una pelea mayor. Hasta este punto la versión de la historia es la misma, pero cambia radicalmente en el momento en que, producido el alboroto, aparecen en escena las primeras unidades de la Policía Nacional.
En una nota de prensa cuenta la Jefatura Superior que los agentes “desde un primer momento intentaron calmar los ánimos de los participantes e intentar separarlos. Lejos de su propósito los policías fueron increpados e insultados”, apuntan. Entre los alborotadores “un policía reconoció a una persona que estaba en busca y captura por un juzgado, con orden de detención e ingreso en prisión, por lo que se procedió a su detención y a informarle de los motivos de la misma. Este hecho recrudeció la hostilidad de los presentes, que de forma agresiva querían evitar la detención del individuo. No obstante y a pesar del hostigamiento, se redujo al individuo”, apunta la Jefatura.
La Policía señala que sus agentes fueron insultados y amenazados, advirtiéndole por ejemplo a uno de ellos de que le “iban a quemar el coche”, señala en nota oficial difundida a los medios en la tarde noche de ayer. “Lanzaron piedras y objetos, uno de los cuales impactó en el pecho a un agente. Ante la persistente actitud violenta de los congregados, se emplearon medios antidisturbios”, se indica en la nota. Además varios policías que estuvieron de servicio han comentado a ‘El Faro’ que el problema de sucesos como el de ayer es que los residentes no respetan ni reconocen a la autoridad, comienzan faltando al respeto de los agentes para terminar apedreándoles y luego denunciar agresiones. “A nadie que no se mete en follones le pegan o lo detienen”, espetaba un agente molesto.
Los vecinos de Claudio Vázquez dan una versión de la historia radicalmente distinta. Ayer, alrededor de 70 personas de Poblado Regulares, Los Rosales y el entorno, se concentraban a las puertas de la comisaría y en el lugar en donde se produjeron los hechos (a la altura del ‘Callejón de la Nena’) para hacer visible su protesta por lo ocurrido. Sopesan, incluso, organizar una protesta pacífica en la plaza de los Reyes, ante la Delegación del Gobierno. pedirán también las cintas de las siete cámaras que registran todos los movimientos de los alrededores y que los agentes que a su entender actuaron mal, paguen por lo que hicieron. “Que no queden impunes, que ante la ley todos debemos ser iguales. Incluso un compañero pidió a uno de ellos que dejara de pegar a la mujer cuando vió que la reacción no era la correcta”, relatan varios testigos.
Al grito de “somos personas, no somos animales” y “pedimos un trato justo”, los vecinos protestaron por lo que unánimente califican de brutalidad policial. Hombres, mujeres y chiquillería se reunieron para dar sus versiones. Una familiar directa de los detenidos manifestó que la agresión se produjo cuando la madre de los jóvenes bajó de su domicilio para evitar que sus hijos mayores se pelearan con quienes habían agredido al pequeño. Esta mujer señalaba ayer a las puertas de la comisaría, que los agentes fueron los que provocaron la tangana posterior al agarrar primero al menor para identificarle y, supuestamente, golpear después a la madre cuando quería proteger a su hijo y se puso en medio.
“Sólo había menores y mujeres... no tenía que haber ocurrido lo que ocurrió”, señala. Según los vecinos la tensión fue a más cuando otras personas que se encontraban por la zona, al ver lo que estaba pasando, quisieron mediar y también resultarono golpeados o detenidos. En total se detuvo a cinco personas, tres en el lugar de los hechos (entre ellos un matrimonio) y la madre y el menor en el Hospital, en donde también hubo tensión. “¿Por qué no los detuvieron aquí, y lo hicieron en el Hospital?”, denuncian los vecinos. “No habían hecho nada, pero los tienen que detener para justificarse”, añaden. “Si el policía dice que la mujer le agredió, que la detenga en ese momento, no horas después cuan do comprobaron que la mujer estaba en el hospital muy afectada”.  
Dicen que quieren justicia y que “si estamos aquí, concentrándonos por ellos es porque es verdad lo que estamos diciendo, la Policía se pasó... si hubiera sido lo contrario no saldríamos a la calle para denunciar lo que ha pasado. Ahí están las cámaras, que las enseñen...”, criticaban.
Hanna, una vecina que dijo ser testigo de los hechos, no podía creerse lo sucedido. “Si esto era una pelea nada más entre chavales... cómo terminó así”, denunciaba, criticando la acción policial. “Esto no es asunto de drogas, ni guerra islámica, ni mafias... ni ajustes... ni nada de eso que suelen contar después cuando ocurren cosas de este tipo”, añadía un vecino. “Esto era una pelea de chavales que ha terminado con detenidos que no han hecho nada”, completaba.
Los vecinos denuncian que no se sienten protegidos, sino amenazados por las fuerzas de seguridad y exigen responsabilidades a los causantes de las supuestas agresiones tanto a los menores como a las mujeres. Explican además que por la noche “los agentes se metieron con las pistolas por la barriada y todos corrimos hacia nuestras casas protegiendo a nuestros hijos”. Lamentan que el Poblado de Regulares “una barriada donde nunca se vivieron estas situaciones, pase ahora por esto. Anoche estas calles parecían Palestina y muchos no pudimos pegar ojo por los nervios”, lamentan. Aseguran sentirse “humillados y ofendidos” y van a luchar “para que la verdad salga a la luz... pero seguro que ahora dirán que las cámaras no funcionaban... qué casualidad”, dicen con sarcasmo.
Tres de los detenidos (el matrimonio en el que uno de sus miembros es agente de seguridad en el Hospital y otra persona) son únicos familiares de una mujer que está inválida en silla de ruedas y que ayer amenazaba con cortar el tráfico hasta que los soltaran. Lo hizo durante unos minutos, siendo desplazada a mitad de la carretera, pero miembros de la Asociación Vecinal de la zona le hicieron desistir ya que, dijeron, “este no es el camino. Hay que hacer bien las cosas”. De la mujer que salió en defensa de su hijo, dicen que es “una mujer ejemplar” y el joven, que se encontraba ayer en la manifestación, aún no podía creerse que de un enfado entre chavales “por tonterías de chicas, haya pasado todo ésto”, explicaba mostrando sus heridas y lamentando que su madre “fuera pegada sin que nadie pudiera ayudarla”. Una de las vecinas que intervino para mediar, tuvo que ser retirada por su marido “porque casi me pegan simplemente por insistir y decir que dejaran de pegar a la mujer”, relata.
Todos coinciden en que mediando se hubiese evitado una situación que temen vuelva a suceder “porque ahora los ánimos están muy caldeados y los vecinos ya no confían en las fuerzas de seguridad, que no acuden cuando realmente se las necesita sino para organizar esto”.
Una unidad de la UPR y otra de la UIP hizo acto de presencia en la comisaría sin que llegara a intervenir. Tan sólo tomaron los datos de un vehículo que se acercó al lugar para, haciendo uso de sus altavoces, amplificar las protestas de los presentes a los gritos de ‘esto es una injusticia’ y demás leyendas similares.
Al margen de las detenciones practicadas, la Policía ha denunciado a tres personas por obstaculizar la labor policial.