Se ha celebrado en la Universidad Politécnica de Valencia el I Congreso Internacional sobre Fotografía. Ha versado sobre “Nuevas propuestas en investigación y docencia de fotografía”. Ha sido un evento muy oportuno, dada la precaria situación de las enseñanzas medias y universitarias de fotografía en nuestro país. Por esta razón, ver un salón de actos abarrotado de especialistas, tanto del campo privado, como público, ha sido todo un toque de atención de hacia dónde deben de caminar estas disciplinas.
Nuestra aportación, fruto de una tesis doctoral leída en la Universidad de Barcelona en enero de 2016, en la que yo colaboré dirigiendo la parte jurídica y estadística, se ha referido a dos aspectos importantes de la situación de esta disciplina en nuestro país. Por un lado, se han expuesto los resultados de una encuesta efectuada a los profesionales de fotografía de los más importantes centros, públicos y privados, que tienen relación con la materia. Por otro, se ha llevado a cabo un análisis jurídico del tratamiento que da la actual Ley de la Propiedad Intelectual, además de la jurisprudencia y la doctrina, a la protección legal de la fotografía.
En el primer aspecto, se ha destacado que el avance del automatismo y la sofisticación de las cámaras digitales, han hecho que muchos profesionales pierdan, en parte, el interés en la preparación de la toma fotográfica. Hoy se confía todo al retoque posterior mediante ordenador, y se olvidan temas esenciales de la técnica fotográfica. Sin embargo, los resultados de la encuesta han sido muy alentadores, pues, tanto los profesionales más experimentados, como los nativos digitales, reconocen la necesidad de volver a los orígenes y prestar más atención al proceso técnico de la fotografía. En este sentido, los centros que se dedican a la docencia de la fotografía tienen un campo importante de investigación y desarrollo.
En segundo lugar, hemos resaltado las dificultades legales que existen en la actualidad para dar la debida protección a las obras fotográficas de los profesionales. Al contrario que puede ocurrir con una pintura, o una escultura, a la fotografía se le exigen importantes dosis de originalidad y creatividad, en la mayoría de los casos, difíciles de medir, para dar el carácter de obra artística a muchas fotografías a las que se le dedican mucho tiempo, conocimiento y esfuerzo. En una época en la que las nuevas tecnologías y lo digital está suprimiendo el papel, no proteger adecuadamente las obras fotográficas, deja el campo libre a los plagiadores y farsantes, como en parte ha ocurrido con la música y el cine, para que se aprovechen del trabajo de cientos de profesionales. La propuesta que se ha hecho es introducir cambios en la Ley de la Propiedad Intelectual, en la que se valore también el buen hacer fotográfico y, por tanto, el aspecto técnico, a la hora de definir las condiciones para esta protección.
Pero ha habido ponencias muy interesantes en el congreso. Una de ellas ha sido la presentación del proyecto de la Fundación Universidad de Barcelona-Photographic Social Visión, sobre “Educación vidual en el ámbito de la salud mental. Experiencias de fotografía participativa”. El proyecto parte de la idea de que la difusión de la fotografía documental puede ser una forma de cambiar el mundo. Su objetivo era hacer que una persona con algún tipo de problema mental, trasladase algo de su mundo interior al exterior, ayudándose para ello de la fotografía. Y todo en cuatro meses, que era el tiempo de duración del proyecto. Los resultados han sido espectaculares, sobre todo porque no han utilizado la fotografía como terapia, sino que han hecho fotografía con efectos terapéuticos, desde el momento en que han dejado a estas personas relacionarse libremente con los que iban a fotografiar y decidir qué imágenes se mostraban en la exposición y cuáles no. De ahí que el proyecto sea de “fotografía participativa”. Interesante visión docente, trasladable a otros campos del conocimiento.
Pero lo que más nos ha sorprendido ha sido escuchar la radiografía que han hecho los expertos de la situación de la enseñanza de la fotografía en nuestro país. A nivel universitario, no sólo no existen estudios al respecto, sino que solo hay algunas asignaturas optativas dentro de los estudios de Bellas Artes. Y a nivel de Enseñanzas Medias, pocos centros, pocos profesores y peores medios. Si comparamos nuestra situación con el Reino Unido, en donde existen más de cien grados distintos de fotografía, en sus distintas especialidades, con una creciente importancia a las especialidades digitales, vemos que la distancia que nos separa con ellos es enorme.
Que en plena era digital, en la que desde el salón de nuestra casa podemos acceder a los más importantes museos del mundo vía internet, o que los archivos históricos y las bibliotecas están disponibles on-line en la mayoría de los casos, que no se potencie la enseñanza de la fotografía a todos los niveles y en todas sus especialidades, es un error estratégico de primer orden, del que nos costará mucho salir. Por eso, estas iniciativas de congresos, o las reuniones de docentes de la fotografía que desde aquí se han planificado para los próximos años, son tan importantes.
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