Categorías: Sucesos y Seguridad

Cierres del paso tras avalanchas de porteadores

UPR y UIP contuvieron el avance masivo de coches y porteadores en zona internacional. Las colas, provocadas por el censo marroquí y no por CNP ni Benemérita.

La zona internacional de la frontera del Tarajal –entre Ceuta y Marruecos– se ha convertido en una trampa en la que pueden quedar atrapados tanto los transeúntes como los efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el ejercicio de su labor ante el repunte en la afluencia de personas que cruzan el paso. De hecho se tuvo que cerrar en la mañana de ayer la frontera española en el conocido como puente internacional por una avalancha de porteadores que, tanto a pie como en vehículos, pretendía acceder a la ciudad autónoma antes de las 10.00 horas.
Ya por la tarde este periódico tuvo conocimiento de la existencia de un encuentro que reunió a autoridades y miembros de las fuerzas de seguridad españolas y marroquíes en la que se trató, en un buen clima, la problemática que se está sucediendo en estos días para concretar así soluciones.
Los efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) y de la Unidad de Intervención Policial (UIP), ambas del Cuerpo Nacional, contuvieron el avance masivo de los marroquíes que se dirigían, como cada mañana, a los polígonos del Tarajal con el fin de cargar los bultos a través del Biutz –único punto autorizado para este comercio atípico–.
Solo tuvieron autorizada la entrada los marroquíes con visado y los trabajadores transfronterizos, según explicaron las personas que superaban el lado español de la frontera. Cuando la presión se relajó, la Policía Nacional ejerció de válvula, levantándose el bloqueo a pequeños grupos que caminaron hasta Ceuta.  
Los coches con intención de transportar productos también fueron obligados a dar la vuelta hacia Marruecos. Las explanadas en suelo español que normalmente ocupan estos vehículos estaban prácticamente vacías en la mañana de ayer. En las inmediaciones del centro de salud del Tarajal, las bicicletas que se dedican a la mercancía esperaban su oportunidad de superar el control de la Guardia Civil –filtro encargado de determinar qué se ajusta a bienes y enseres de uso personal– alcanzando el puente internacional a partir de las 11.00 horas. Las autoridades españolas no fueron las únicas que controlaron a los porteadores. En el lado marroquí, la bolsa de personas que habían pasado con sus productos aguardaba su turno para, con cuentagotas, desembocar en la explanada de taxis de Bab Sebta. Como también ocurre en el paso fronterizo cuando el acceso directo con los polígonos queda abierto, los ‘camalos’ entregaron –por encima de una tapia– sus bultos a otros compatriotas con el objetivo de eludir el control aduanero marroquí, recuperándose la famosa técnica del voleibol que antes se estilaba en el Biutz.
Una de las consecuencias de los controles supuso la formación de colas de vehículos en sentido español y marroquí. Sin embargo, la distancia de las retenciones tampoco alcanzó las cotas de este martes, cuando las filas superaron el Hotel Ibis en Castillejos y Juan XXIII en Ceuta–. Ayer solo provocaron embotellamientos hasta la Almadraba y en los alredores del Hospital Universitario, especialmente con el cierre de la frontera y momentos posteriores de acumulación de personas en los carriles de entradas a Marruecos, aunque el tráfico ganó fluidez a mediodía.
Tanto a la entrada como a la salida, CNP y Benemérita no tuvieron responsabilidad sobre los atascos a la frontera ya que, entre otros muchos factores como la presencia masiva de porteadores, en el lado marroquí  se realiza en estos momentos un censo de porteadores y vehículos, tanto de entrada como de salida, lo que termina traduciéndose en estas retenciones que ayer noche continuaban.
La presencia de menos porteadores que en días anteriores, en parte por el control en la zona internacional, contribuyó a que el tráfico no sucumbiera al caos que predomina en el Tarajal desde hace unas semanas.
Los porteadores, tanto marroquíes como residentes en España y ceutíes, criticaron la prohibición de entrada por el Tarajal porque, aseguraron, por el Biutz también tienen cortado el paso debido a la influencia de los plantos sobre la UIP –colaboradores de la Policía Nacional que ponen y quitan las vallas en los polígonos además de ejercer de intérpretes–. “Parece que los plantos mandan más que los agentes”, lamentaron.
“Contra el hambre no se puede hacer nada”, confesaron algunas de las personas que se afanan por trasladar productos a las localidades vecinas como única forma de subsistencia.

La coordinación de Guardia Civil, Policía Nacional y Local mejora la situación

El dispositivo de seguridad, control de mercancías y regulación del tráfico desplegado ayer en la ‘antesala’ de la frontera contrarrestó el desorden extremo al que peatones, conductores y pasajeros de vehículos se enfrentaron este martes. La Guardia Civil continuó con su labor de inspección como primer filtro de entrada de personas con mercancías, además de habilitar un ‘carril rápido’ destinado a transfronterizos y otros peatones sin pertenencias que se consideren expedición comercial. Como novedad, se situaron en una posición más alejada de la frontera que en días anteriores, junto a los establecimientos que colindan con la escalera derribada. No obstante, los intentos de avalancha desbordaron el espacio habilitado con vallas en algunos momentos. La Policía Local reguló el tráfico y ordenó el paso de peatones para garantizar la seguridad de los transeúntes. El CNP también estuvo presente impidiendo que la situación se descontrolara.

El 80% de las mercancías que sale de Biutz o Tarajal es de las consignas

La cifra de porteadores aumenta porque hay una bolsa formada por ceutíes y marroquíes residentes que viven en Castillejos

“Parece que quieren sacrificar a la gallina de los huevos de oro”. Ésta es una de las impresiones que pudieron oírse ayer durante una conversación de los comerciantes sobre la aportación de los polígonos del Tarajal a la recaudación por el Impuesto sobre la Producción, los Servicios y la Importación (IPSI) de la Ciudad Autónoma. “Si quieren acabar con nuestros negocios, que lo digan, que las autoridades lo hagan público para que podamos tomar una decisión y marcharnos a otro sitio”, manifestaron algunos empresarios de la Fase I , II y Alborán.
Mohamed Ahmed, portavoz de los polígonos, sostuvo que el principal problema al que se enfrenta el colectivo apunta a las naves pirata o consignas ilegales que almacenan bultos ajenos a los empresarios de los polígonos y que contienen mercancía procedente de China. Asimismo, este representante de la Comunidad de Propietarios apuntó también a los garajes y otras naves ubicadas en barriadas próximas al Tarajal y en las que se conservan más paquetes del mismo origen. Ahmed habló del Príncipe y la Almadraba, aunque también recordó la intervención de la Comisión Antifraude en el Puerto y el llano sobre la carretera nacional.
“El 80 por ciento de los bultos que pasan por el Biutz o Tarajal es de fuera de los polígonos”, sentenció Ahmed. Unas consignas, tanto en los polígonos como en otros puntos de la ciudad, que son de marroquíes pero están representados en testaferros españoles. “La Ciudad Autónoma tiene que meterle mano a este asunto porque es el origen de todos los males”, indicó Ahmed.  
A pesar de que los porteadores se contaban por centenares en los aledaños de la frontera, la N-352 y la explanada que corre paralela a esta vía hasta la cuesta del Príncipe Felipe, los polígonos amanecieron ayer sospechosamente vacíos. En la cola de mujeres, las porteadoras accedían al recinto sin productos y, una vez en la Fase II, recogían los bultos ajenos a los comerciantes en las consignas antes de encaminarse al puente del Biutz –único paso reconocido para mercancías–.
“Quien intenta entrar a la Fase I y II con mercancía de otros establecimientos, es redirigido por la Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional (UIP) a la frontera del Tarajal, con el consecuente colapso del paso fronterizo que todos conocemos”, coincidieron los empresarios consultados. Esto en cuanto a los porteadores, pero aseguraron que los agentes tampoco permiten el acceso a otros clientes.
El grupo reunido lamentó que, pese a mantener este martes una reunión con el mando del nuevo grupo policial, la situación persistía ayer. “Hemos hecho unos carnés de identificación para propietarios, arrendatarios y empleados pero no sirven para nada. Hay veces que ni los aceptan”, se quejaron.
Agentes de la UIP informaron a este periódico que su misión es garantizar la seguridad en el recinto pero subrayaron que los empresarios no explican que, aquellos clientes para los que piden el acceso, son en realidad porteadores que transportan las mercancías de estos establecimientos a Marruecos. Asimismo, aclaró que las autoridades vecinas comunican los productos cuyo pase está autorizado y que existen cierres esporádicos del Biutz desde hace algunos días.
El perfil del porteador es muy dispar y, en la actualidad, existe una bolsa de porteadores no controlados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ya que no viene de Marruecos, sino que están asentados en la ciudad autónoma. Por un lado, se encuentran los marroquíes residentes en España pero que viven en Castillejos debido al nivel de vida más bajo en el país vecino. Por otra parte, se encuentran aquellos ceutíes que se dedican a cargar mercancías y que ellos mismos atribuyen a las dificultades para encontrar un empleo en la ciudad.
Esta bolsa de porteadores no controlados, sumados a los camalos marroquíes, incrementan la cifra de personas que intentan introducir a diario productos –mantas, galletas, bolsas de frutos secos...–  por la frontera del Tarajal.
También cabe recordar que hace unas semanas se llevó a cabo una actuación en la frontera que terminó con varios aduaneros apartados de su servicio, tal y como ya informó El Faro en su edición correspondiente de finales de diciembre, con lo que se ha cambiado la presencia de los agentes que tradicionalmente se encontraban ejerciendo esas labores.

La Fase I y II se declaran asfixiadas. “Tendremos que devolver la mercancía a los fabricantes si no dejan llegar clientes”

Uno de los sectores más perjudicados por el control policial a los polígonos es el de la alimentación y droguería. Varios comerciantes lamentaron ayer que se deé preferencia a los bultos –en referencia a los productos de China- antes que a la producción nacional. “Tendremos que devolver la mercancía a los fabricantes si no dejan llegar clientes”, confesaron algunos de ellos, tanto porque se aproxima la fecha de caducidad como por el pago de IPSI, el cual no pueden afrontar porque desde hace cuatro meses se ha acentuado la caída de los ingresos.

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