El Duque del Infantado antes de la entrega de la “Bandera” al Jefe del Grupo de Regulares de Ceuta, pronunció un discurso en la que expresó lo siguiente: Discurso del Duque del Infantado “Con la venia de Vuestra Majestad.
En los días de Julio de 1.921—los más asiagos quizá de nuestra historia militar -, en que un huracán de desgracias y cobardías esterilizó el fruto de doce años de esfuerzos y sacrificios, en Melilla todo se hubiera perdido, hasta el honor, - si no se hubiera acudido pronto, con fuerzas leales y arrojadas, en su socorro. Que en los momentos críticos parece adoptar la ciudadanía española, no hubiera inspirado al Alto Mando la que en apariencia peligrosa, pero necesaria resolución, de llamar en su auxilio al Grupo de Fuerzas Regulares Indígena de Ceuta nº 3. La mayor parte de sus tropas moras, en efecto, habíase reclutado en las cabilas. Y así lo hicieron estos leales al lado de sus compañeros españoles, mandados por sus heroicos Jefes y Oficiales; y con ello la fe, tan quebrantada, se fortaleció al soplo del valor, colectivamente desaparecido en Julio, y volvió a ondear la “Bandera” de la Patria en los lugares donde fue arriada por el desastre. Más ¡a que precio! 651 soldados salieron de Ceuta, y al regreso 481 habían sido muertos o heridos; 33 Jefes y Oficiales los mandaban y sólo 3 volvieron ilesos a Ceuta. Proporción trágicamente gloriosa, que acaso no haya alcanzado ningún otro Cuerpo, y en la que éste superó su propio pasado, con el que sumó en toda la campaña 1.750 bajas de tropa y 99 de Jefes y Oficiales, de los cuales D. Diego Pacheco Barona, D. Santiago González Tablas, D. Manuel Ruigómez Velasco, D. Francisco Araciel Garbayo, D. José Gómez de Arteche y Martínez de Velasco, D. Ramón Jordán de Urries y Patiño, D. Luís Baquera Álvarez y D. Ricardo Quiroga Pérez todos “Laureados”. Esta proporción acaso no haya sido igualada por otros Cuerpos. Hazañas semejantes merecían también especial premio, y Su Majestad otorgó por vez primera, a las Fuerzas Indígenas la “Bandera Española”, “porque ellos mismos habían bordados sus colores con la sangre generosa vertida” El Duque del Infantado alude seguidamente a la suscripción nacional para la adquisición de la “Bandera” y tiene un sentido recuerdo para la memoria de D. Santiago González-Tablas, y para todos los españoles muertos en los campos de África, enterrados unos, y otros, lo que es mucho peor para vergüenza nuestra, con sus cadáveres insepultos. Su Majestad el Rey- termina diciendo- me ha ordenado que en su Real nombre entregue esta “Bandera” al Teniente Coronel Jefe de los Regulares de Ceuta D. Eliseo Álvarez Arenas y os exprese el reconocimiento de la Patria, necesitada del amor de todos sus hijos.
El teniente coronel jefe del Grupo de Regulares recoge la Bandera
Sr. Teniente Coronel: esta “Bandera”, que para vuestro Grupo de Regulares de Ceuta, ha labrado el agradecimiento nacional y el amor al Ejército y a la Patria, os la entrego de ese amor y del espíritu de sacrificio de sus hijos. Al entregar la “Bandera” al Jefe de los Regulares de Ceuta, Teniente Coronel D. Eliseo Álvarez Arenas, el Duque del Infantado dijo: “Yo os pido a los que habéis de enarbolar con orgullo esta “Bandera” que al llegar a tierra africana la inclinéis respetuosamente ante la tumba de vuestros compañeros como corona, no funeraria, sino de “laurel”, que España les envía en prenda de más duraderas demostraciones del agradecimiento nacional.
Y entregó la “Bandera” al Teniente Coronel D. Eliseo Álvarez Arenas , el cual dirigiéndose al Rey, pronunció las siguientes palabras:
Discurso del teniente coronel
“Señor: yo, que desde hace muchos años conozco la fidelidad y la bravura de estas fuerzas, ofrezco a Vuestra Majestad que esta “Bandera” tremolará, siempre victoriosa, en los campos africanos, y que nunca será abandonada a los enemigos, porque los Oficiales españoles inculcarán en los que van a llevarla y defenderla, la lealtad y el amor a España y a sus Reyes, que ya han acreditado. Mi mando es una continuación del camino que dejó trazado el glorioso D. Santiago González Tablas. Inspirados todo en su ejemplo, en su nobleza y en su heroísmo, seguiremos luchando por España. Tengo la seguridad de que del honor que hoy nos hace el Rey, no se arrepentirá nunca, porque las tropas a mi mando, sabrán acreditar siempre, peleando, como siempre lo han hecho con lealtad y bravura. Termino dando las gracias al Duque del Infantado, promotor y alma del homenaje que recibían las fuerzas.
El Teniente Coronel entregaba la “Bandera” al Teniente abanderado D. Luís Baquera Álvarez. Es el primer abanderado de la “Enseña Nacional” del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta nº 3, y que alcanzó a título póstumo la “Cruz Laureada de San Fernando” en 1.924 en Coba Darsa. Delante del altar el Capitán Ayudante Sr. Martínez Zaldivar, y en representación de los donantes el Duque de Tetuán y el Capitán D. Telesforo Montejo.
El desfile
Los Regulares volvieron al lugar de la ceremonia para desfilar a la cabeza de las demás Fuerzas, ante los Reyes, mientras el Soberano se dirigió hacia la tribuna regia, y se había colocado a la izquierda de ésta, con todo el séquito detrás. A las doce menos veinte dio comienzo el desfile. A la cabeza de las tropas marchaba con su Cuartel General, el Capitán General de la Región, Seguía, a caballo, el Teniente Coronel Arenas con los Regulares, que marchaban a los sones de su “nuba”. Al pasar muy de cerca de la tribuna regia, un Oficial Indígena se cayó del caballo, debido a que patinó sobre el asfalto sin que afortunadamente tuviera consecuencias el percance. Este Oficial era considerado como un magnífico jinete. A continuación desfilaron, mandadas por sus Generales, todas las Fuerzas de la guarnición. Comenzó dicho desfile en dirección a la Glorieta del Ángel Caído por este orden:
Como ya hemos indicado, en primer lugar, el Cuartel General, y el Grupo de Regulares Indígenas de Ceuta. A continuación la División de Infantería mandada por el General Suárez Inclán. Y entre otras Fuerzas: Regimiento del Rey, Regimiento de Saboya y Wadrás, Regimiento Infantería Covadonga, La división de Caballería mandada por el General Cavalcanti, y compuesta por los Regimientos primero y 12 de Artillería ligera; Regimiento de Húsares de la Princesa y de Pavía, y el primer Tercio de la Guardia Civil. El General D. José Sanjurjo (Primer Jefe de Regulares Indígena de Ceuta), que estaba entre el público, de paisano, fue reconocido y aclamado por la muchedumbre. Fue muy aplaudido por el público, los Regulares de Ceuta durante el recorrido. Pasadas la una de la tarde, terminado el acto del desfile, los Reyes abandonaron el Retiro en la misma forma en que habían llegado. Tanto el Soberano, cuando marchaba a caballo rodeado del Ministro y su Estado mayor, como las reinas, fueron muy ovacionados en las calles llenas de públicos. También los Regulares, al dirigirse a la Cuesta de la Vega, para marchar a Carabanchel, en cuyo campamento se alojan, fueron muy aplaudidos.
Bendición de la Bandera y Misa
Acto seguido, se hizo desfilar a las Fuerzas Indígenas de Infantería y Caballería, que lo hicieron a los sones de su “nuba”. La última Sección de los Regulares compuesta tan solo por fuerzas españolas, vino a quedar al pie del “Altar” como dando guardia a la “Bandera” que seguía sosteniendo su Jefe. Las Fuerzas Indígenas quedaron a cierta distancia del lugar del acto religioso, puesto que con ello se respetaban sus creencias religiosas. El Obispo de Salamanca bajó entonces del Altar, y con un ramo de laurel bendijo la “Enseña Nacional”, que el Teniente Coronel entregó al Oficial desde ese momento “abanderado” del Grupo, D. Luís Baquera Álvarez, considerado el primer abanderado de la “Bandera Nacional” del Grupo de Regulares de Ceuta. Este Oficial (Teniente), alcanzó a título póstumo la “Cruz Laureada de San Fernando”, en 1.924 en combate en Coba Darsa (Marruecos). Continúa el acto con la celebración de la “Misa de Campaña” que fue oficiada por el Teniente Vicario castrense D. Delfín Salgado, a quien asistía el clero de Palacio. Durante la “Misa”, la banda de música del Regimiento del Rey ejecutó a la perfección bellísimos trozos de Príncipe Igor. Terminado la Santa Misa, avanzó hasta colocarse al lado derecho del altar, un grupo de heridos de África, que fue aplaudido por el público. La Sección española de los Regulares de Ceuta con el Jefe y el Abanderado dirigiéndose al lugar donde se encontraban las tropas indígenas. Allí formadas las Fuerzas, el Teniente Coronel Sr. Arenas las arengó enseñándoles la “Bandera” y diciéndoles: “Soldados: España nos entrega esta “Bandera”, que prometemos defender hasta verter la última gota de nuestra sangre. ¡Viva España!” Tras de lo cual, los Regulares, con sus fusiles y tercerolas, hicieron ocho salvas, y marcharon a colocarse para tomar parte en el desfile.
Detalles del desfile
Al pasar el Comandante Jefe del Tabor de Regulares de Ceuta, Sr. García Martínez, por frente al grupo constituido por los Oficiales que habían pertenecido a dichas tropas y por el Teniente Coronel Millán Astray, todos los que formaban dicho grupo vitorearon con entusiasmo al Comandante, que, como es sabido, resultó herido en un combate, sufriendo la pérdida del ojo izquierdo, habiendo sido ascendido por sus heroicos actos de guerra. Todas las fuerzas salieron del Retiro por las puertas indicadas y desfilaron por las calles de Madrid, con dirección a los cuarteles. Los Regulares fueron calurosamente aplaudidos. Ya en Palacio los Reyes, se asomaron a uno de los balcones para presenciar el desfile del Tabor de Regulares de Ceuta hacia la Cuesta de la Vega. Un gran gentío., que llenaba la Plaza de Oriente, aclamó a los Soberanos y a los Regulares, teniendo que permanecer un rato los Soberanos en el balcón para contestar, saludando a las ovaciones que se tributaban.
Por la noche, banquete en Palacio
Por la noche, a las nueve, se celebró en el comedor rojo de Palacio el banquete con que sus Majestades han obsequiado a los Jefes y Oficiales de Regulares de Ceuta.
Asistieron además, la Duquesa de la Victoria y el Comandante González-Tablas, (hermano del héroe de Tazarut), que la Real familia quisieron asociar al acto, y los Jefes del Ejército que se hallan en Madrid, y que han pertenecido a dicho Grupo. He aquí algunos de los principales puestos de la mesa:
Derecha de S. M. el Rey; la Reina Dª María Cristina, Capitán General de la Región, Condesa de Almodovar, Coronel D. Emilio Canis, Duquesa de la Victoria, Comandante González-Tablas, Señorita Margot Beltrán de Lis, Comandante D. Gabriel de Benito….
A la izquierda de S. M. el Rey: Infanta Dª Isabel, Subsecretario del Ministerio e la Guerra, Marquesa de Hoyos, Teniente Coronel D. Manuel Carrasco y otras personalidades invitadas… Derecha de Su Majestad la Reina: Infante D. Alfonso de Borbón, Duquesa de Talavera, Gobernador Militar Duque de Tetuán, Marquesa de Viana……..
A la izquierda de S. M. la Reina.: Duquesa de San Carlos, Jefe del Grupo de Regulares de Ceuta Sr. Álvarez Arenas, Marquesa de Bendaña, Teniente Coronel D. Luís Pareja y diversos invitados.
Ocuparon las cabeceras de la mesa los Marqueses de la Torrecilla y Viana.
Durante el acto, la banda de alabarderos interpretó un selecto programa Los Regulares dan Guardia en Palacio
El Tabor del Grupo de Regulares de Ceuta prestó el 28 de Mayo, el servicio de la guardia exterior de Palacio.
Por este motivo, a la hora del relevo acudió a presenciar éste un público muy numeroso, que ocupaba gran parte de la Plaza de la América. Los Reyes, el Príncipe de Asturias, los Infantes y el Presidente del Consejo, que en aquellos, que en aquellos momentos se encontraba despachando con Su Majestad, lo vieron también desde la terraza del Regio Alcázar. Las Reales personas y los Regulares fueron muy ovacionados.
Manda la guardia como Jefe de parada del Grupo, el Teniente Coronel Sr. Álvarez Arenas.
Y finalizaron los actos, el Ayuntamiento de Madrid, que a las séis y media de la tarde, se invitó a un “té” en honor de los Jefes y Oficiales del Grupo de los Regulares de Ceuta.
Creo que en esta crónica, llena de patriotismo y amor a España, es el fiel reflejo de lo que representa para el Ejército Español, estas Fuerzas de Élite.