Una vecina de Ceuta, víctima de
violencia de género, ha querido denunciar públicamente los
fallos producidos en los protocolos de actuación en el
Palacio de Justicia, que quedaron evidenciados este jueves.
Para entender lo ocurrido, hay que remontarse al mes de septiembre cuando se ejecutó una orden de alejamiento sobre el marido de la víctima que afectaba también a su hija mayor de edad. Esa orden estaba impuesta hasta la celebración del juicio y dictado de posterior sentencia por un supuesto delito de maltrato en el ámbito familiar. Según la misma, no se podía acercar a una distancia inferior a 100 metros, así como comunicarse con ella y con su hija por cualquier medio.
Este jueves, esta mujer tenía un juicio con su excuñada por un enfrentamiento previo. El problema ocurrió cuando su exmarido entró en la sala, saltándose el control de seguridad habiendo manifestado previamente que iba como testigo cuando no era así. Este hombre, a pesar de que tiene una orden de alejamiento, se sentó en la sala hasta que esta mujer y su hija lo vieron. Esta última empezó a llorar tras sufrir un ataque de ansiedad, llevando a que un abogado advirtiera de que esa persona no podía estar ahí ya que le pesaba una orden de alejamiento desde hacía dos meses.
Esta ceutí va a presentar una denuncia en el Juzgado
La
jueza ordenó su expulsión de la sala, sin haberse dictado otra medida sancionadora. Una situación que ha enfadado y mucho a la mujer, ya que entiende que debería haber sido detenido de inmediato al haber incurrido en un delito de quebrantamiento de una orden judicial. Esa vista, que se graba, viene a demostrar que así sucedieron las cosas. Este viernes la afectada presentó una denuncia por esos hechos y además tramitará una queja formal en el Juzgado ya que se permitió la entrada de este hombre como si fuera un testigo, sin serlo.
La afectada no quiere que otra víctima de violencia de género vuelva a sufrir lo que ella y su hija padecieron este jueves, y reclama que se refuerce la seguridad, que se activen los protocolos para que no ocurra una desgracia mayor.