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Ceuta y Tangermed

Hace días trataba sobre las conexiones marítimas de Algeciras y el norte de África con una universitaria que preparaba su tesis  y surgió la duda sobre si el puerto de Tánger había supuesto un perjuicio para el de Ceuta. Por mi parte estaba seguro que la ciudad marroquí está ganando el pulso en el tráfico de pasajeros, importante activo del puerto ceutí. Las razones son evidentes ya que, por un lado, en Tánger se realizaron importantes inversiones, no solo al construir un nuevo puerto muy versátil y bien dotado como Tangermed y, por otro, está especializando las instalaciones situadas en el centro de la Ciudad, a las que llaman Tanger City, en otros tráficos como el de cruceros turísticos, además de los vehículos y pasajeros. Para terminar el cuadro, conectaron dichas instalaciones mediante autopista y ferrocarril, además del aeropuerto existente, con lo que la situación es cada vez más preocupante. Todo esto denota que se aplica en la zona una política de Estado, a la que se viene dotando de grandes inversiones.
En el caso de Ceuta, esas inversiones fueron las habituales, afectadas por los recortes propios de la crisis y hasta la conexión aérea dejó de funcionar sin muchas esperanzas de recuperarla, dejando baldía una costosa infraestructura, mientras que las compañías marítimas solicitan un oneroso contrato con el Estado  para garantizar servicios que en Tánger prestan sin ayudas y a precios más económicos.
En 1991 Ceuta doblaba en pasajeros y vehículos a Tánger y, desde entonces, esa diferencia ha ido disminuyendo hasta igualarse e incluso retroceder. En 2012, por ejemplo, los vehículos a Tánger supusieron en la OPE más del 60% de total y la diferencia aumenta si sumamos el tráfico desde Tarifa.
La razón hay que buscarla también en los precios que aplican las distintas navieras,  ya que un adulto viaja de Algeciras a Tánger en la tarifa más económica por 20 euros y a Ceuta por 30 euros. La diferencia sigue siendo definitiva cuando se trata de un auto y tres pasajeros, ya que la línea de Ceuta costaría 185 euros y por Tánger 135 euros.  Y eso que la distancia es mayor al puerto marroquí que a Ceuta.
Algeciras es la gran beneficiada de todo este tráfico. Un puerto provisional, siempre en obras, con rotondas que cambian con frecuencia e itinerarios que confunden a propios o extraños y accesos incómodos, es cita obligada para los residentes en Ceuta, los emigrantes con sus vehículos e incluso los  camiones de carga. Es difícil molestar más al viajero pues en el regreso a la Península, hasta la Aduana para vehículos unifica el tráfico de Tánger y Ceuta, uniendo a todos en pasos insuficientes y algunas veces en interminables obras.
No cabe duda que Ceuta lo soporta todo. Con una legislación aduanera medieval para los tiempos que corren, con la frontera de Marruecos colapsada incluso para los clientes particulares que vienen a comprar y cada vez más lejos de Europa, casi es un milagro que las empresas subsistan en un entorno tan complejo e injusto.

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