Ceuta se unió ayer a la iniciativa internacional que bajo el nombre de ‘5M, el abrazo de los pueblos’, ha celebrado una merienda reivindicativa y de convivencia en contra del fascismo y el racismo que pretende criminalizar al colectivo
migrante. El activista Reduan MJ fue el encargado de que este día no pasara desapercibido en nuestra ciudad y por ello se animó a convocar a un grupo de jóvenes, compuesto por menores y también adultos, a quienes les explicó las razones por las que se celebraba esta jornada, así como la imagen que algunos grupos ocupan de los inmigrantes para generalizar su actividad y “señalarlos como delincuentes”.
Justamente para evitar esta “criminalización”, el activista decidió organizar esta merienda para pasar un rato de convivencia y también, aprovechando la fecha, dar la bienvenida al
Ramadán, que muchos de ellos no podrán celebrar junto a sus familias después de haber salido de su país para vivir en la calle.
Este acto se ha replicado de manera internacional, en países como Francia, Gran Bretaña, Grecia, Italia, Serbia o Suecia, entre otros. En el caso de España, se ha celebrado en las principales capitales de provincia y Ceuta no ha querido ser menos.
Aunque en estas ciudades han logrado una mayor repercusión, en el caso de Ceuta, Reduan MJ ha querido transmitir al colectivo migrante que vive en nuestra ciudad que corren tiempos en los que los mensajes de odio, con tintes racistas y fascistas, se están propagando y que jornadas como esta lo que intentan es frenar ese tipo de ideologías.
La merienda también ha servido como bienvenida al mes de Ramadán
Al igual que les ha mostrado su apoyo, les aconsejó no unirse a grupos que luego puedan asociarles con actos delictivos, sino que intenten tener una vida tranquila en nuestra ciudad. De esta forma, les hizo ver que actualmente los inmigrantes “están siendo criminalizados y no se están respetando sus derechos”, ni siquiera el de los colectivos vulnerables como pueden ser los menores. Inciden en la situación que muchos de ellos sufren, viviendo en las calles y sin sustento. “¿A quién le gusta estar en la calle?”, les preguntó, obteniendo la respuesta unísona de “a nadie”.
Una vez transmitido el mensaje y después de conversar un rato con ellos, el activista ofreció una merienda a los
jóvenes que agradecieron, no sólo los alimentos, sino la preocupación mostrada.