“Ceuta puede ser la capital universitaria del alumnado del noroeste de Marruecos”

Rector de la Universidad de Granada desde 2007, Francisco González Lodeiro (Madrid, 1949), volvió a Ceuta el viernes para presidir el acto académico de Santo Tomás de Aquino. Fue su despedida de la Facultad de El Morro, que el próximo otoño ya estará en el campus, un paso trascendental de entre los muchos retos que tiene la institución nazarí en la ciudad autónoma a corto y medio plazo: llevar la Facultad de Ciencias de la Salud al Hospital Militar, implantar la titulación de Fisioterapia y atraer a un mayor número de estudiantes marroquíes, entre otros. “Si lo gestionamos bien”, asegura el geólogo, “creo que podemos hacer de Ceuta un centro de enseñanzas universitarias capital para la parte occidental de Marruecos”.
– El pasado verano, en plena vorágine de la crisis económica, fue un momento complicado. ¿Cómo ha lidiado la UGR con él? ¿Cree que ha pasado lo peor?
– Realmente no lo hemos notado en nuestros presupuestos. Los precios de primera matrícula han subido muy levemente, más en los casos de segunda y siguientes. El número de estudiantes matriculado ha sido el razonable... Con nuestros recursos hemos mantenido el programa de becas para estudiantes con problemas económicos y han subido mucho, un 10%, las peticiones de ayudas al Ministerio. Quizá, eso sí, lo estamos estudiando, no hemos calculado bien los precios de los másteres.
– ¿Son demasiado caros?
– Hemos hecho un estudio comparativo con los precios públicos de otros países y no somos de los más caros, estamos en un nivel medio dentro del país, pero en comparación con otros países sí.
– ¿Cuál es el precio medio de un Máster en la UGR?
– Dos mil, tres mil euros... No obstante, hay que hacer una matización importante.  En los másteres que dan atribuciones profesionales, como los casos de ingenieros de Caminos, Canales y Puertos o Industriales, y son imprescindibles para ejercer vamos a mantener los precios de los Grados o parecidos. En el caso de otro muy profesional, como es el de enseñanza Secundaria, queremos reducir su precio y mantener igualmente bajos los de investigación, para hacer tesis doctorales. El resto, de Administración de Empresas, Márketing u Odontología, sí pueden tener otros precios. No se trata de equipararlos todos sino de modular las tarifas.
– ¿Cuál es el presupuesto de la UGR este año?
– Alrededor de 400 millones de euros.
– ¿Y el de la UGR en Ceuta?
– Tengo el dato de las dos ciudades autónomas, que disponen de unos 12,5 millones de euros. Hemos mantenido el presupuesto a pesar de perder parte de la aportación ministerial, que ha caído de 10 a 8,5 millones.
– El año pasado se salvaron dos problemas de calibre, los de Enfermería e Informática. ¿Están definitivamente resueltos?
– Sí.  En el caso de Enfermería hemos suscrito, tras la integración de la Escuela, un convenio que regulariza la situación del profesorado, que lentamente se irá  incorporando a las categorías ‘normales’ de la Universidad. Se hizo un buen trabajo y está regulado porque, además, no ha sido el primer caso de esta naturaleza al que nos enfrentamos. Ya sucedió con el Instituto Nacional de Educación Física en Granada.
–¿El mantenimiento de la titulación de Informática está asegurado?
– Estamos trabajando mucho para conseguirlo. Este año ha habido un incremento importante de alumnos, quince, aunque los números no lo parezcan. Esto es Ceuta y ésta es una de sus singularidades.  En este momento se están implantando los módulos de Educación Profesional Superior en Informática y los estudiantes, sin Selectividad, se pueden incorporar desde la Formación Profesional y continuar su formación reconociéndoles una parte importante de lo realizado. Eso puede atraer a más alumnos porque es la continuidad natural de su formación. Tenemos que ser inteligentes y ya hemos creado un grupo de trabajo para combinar ésta con otras titulaciones como Administración de Empresas. La Informática es importante en Ceuta porque estamos en una posición estratégica y geográfica muy particular: en el Norte de Marruecos no hay esta titulación con la especificidad que se ofrece en Ceuta y ya tenemos un estudiante tangerino.
– En el horizonte está el problema de cómo cubrir la carga docente que exige la implantación del EEES, sobre todo en el Grado de Educación Social, con su extensión a cuatro años.
– No hay problemas de fondos económicos. El problema de profesorado no es económico sino legislativo. Los Presupuestos Generales del Estado limitaban la tasa de reposición de funcionarios. Con respecto al personal contratado la norma es la Ley de Estabilidad Presupuestaria de la Junta. En el caso de Ceuta, teniendo en caso que estamos fuera del territorio andaluz y que la financiación de estos campus viene directamente de Madrid, pediremos autorización al Ministerio para la contratación de docentes.

– ¿Lo de Fisioterapia va realmente en serio? ¿Cuánto le va a costar a la UGR implantar esa titulación en Ceuta?
– Por su puesto que va en serio. Debemos hacer un cálculo a cuatro años vista... Aproximadamente dos millones de euros porque debemos tener en cuenta que las infraestructuras ya las tenemos... Alrededor de 1,5 ó 2 millones de euros.
– ¿Para cuántos estudiantes cree que merece la pena hacer ese esfuerzo?
– Me remito al ejemplo de Granada, donde tenemos entre 50 y 55 por curso.
– ¿Usted cree que en Ceuta es posible llegar a ese número?
– En Ceuta tenemos  160 estudiantes de Enfermería y más del 90% no son ceutíes, sino que vienen aquí a estudiar desde otras regiones.

Fisioterapia, ya
– ¿La titulación de Fisioterapia es, definitivamente, la primera carta para ampliar las titulaciones que se ofrecen en Ceuta?
– Sí. No tenemos ‘competencia’ cerca y es una titulación demandada. Tiene muchas partes comunes con Enfermería y ahora lo que hay que ver son las posibilidades de que los estudiantes tengan clínicas para hacer prácticas porque el sector público no tiene capacidad para absorberlos, a diferencia de Enfermería.
– ¿Y la de Turismo?
– Es un tema a estudiar. Estamos con el Máster... Hay que hacer un estudio de mercado, realizar encuestas... Yo creo que atraería menos que las de Ciencias de la Salud.
– Hablando de másteres. ¿Prosperará la idea de implantar el de Abogacía?
– Aquí no se estudia Derecho pero creemos que puede haber muchos ceutíes que hayan cursado la titulación  en otras facultades y estén interesados en hacer aquí el Máster y otro tipo de cursos de formación continua y de reciclaje. Ya hemos firmado un convenio en Melilla con el Colegio de Abogados y queremos hacer lo mismo en Ceuta.
– Pongámonos en el mejor escenario. ¿En cuánto tiempo puede estar en marcha la titulación de Fisioterapia?
– En un año y medio, dos... Hay que ser prudentes porque está la incógnita de las infraestructuras. La Facultad de Ciencias de la Salud no puede seguir donde está y debemos esperar para saber qué pasa con el Hospital Militar.
– ¿Qué le ha transmitido al respecto el presidente Vivas?
– El presidente está muy decidido y muy entusiasmado con esa opción. Podría ser este verano... Quizá el siguiente. Nuestros técnicos ya han visitado la zona y no creen que haya que hacer muchas obras. Si los trámites legales se hacen rápido podríamos estar allí en un año porque además en un sitio espléndido en una ubicación privilegiada, muy cerca del Hospital, donde los alumnos de Enfermería hacen prácticamente toda su vida a partir del segundo cuatrimestre de tercer curso.
– Hablando de traslados, ¿cuál será el mayor problema para llevar la Facultad de Educación al nuevo campus?
– Los traslados siempre llevan aparejadas sorpresas. La instalaciones están muy bien y a mí lo que más me preocupa es el tema informático... Nuestros técnicos ya han visitado el inmueble, que está muy bien, y han propuesto algunos cambios. A mí lo que más me inquieta es que ese tema no genere problemas.
–¿Cómo se van a repartir las competencias de gestión del cuartel rehabilitado?
– Todo está recogido en el convenio que firmamos con la Ciudad, el Ministerio y la UNED. Hay una parte que será registrada a nombre de la Universidad de Granada y después tendremos que formar una ‘comunidad de vecinos’ con la UNED, el Instituto de Idiomas, los servicios que se gestionen por concesión... No creo que haya ningún problema.
– Antes hablaba del papel que puede jugar Ceuta como ciudad, casi como capital, universitaria de su entorno geográfico más próximo. Para atraer estudiantes de la Península parece evidente que lo que hay que hacer es ofrecer más titulaciones. ¿Qué hay que hacer para traer alumnos marroquíes?
– En Granada hay muchísimos más estudiantes del país vecino que en Ceuta... Es un problema político, no se puede negar, pero también académico, y he tenido la oportunidad de hablarlo con el presidente Vivas.
– ¿En qué terminos?
– Pensemos en Melilla, que con un campus más pequeño que éste tiene un número de estudiantes marroquí mucho mayor. ¿Por qué, si el problema político es el mismo? Por un lado, porque Melilla está rodeada por una parte de Marruecos sin ninguna universidad cerca. La más próxima es la de Oujda, a 180 kilómetros, que ha montado dos ‘antenas’ recientemente en Alhucemas y Nador con unas enseñanzas casi preuniversitarias y muy específicas ligadas a la Ingeniería Civil. Los marroquíes del este tienen a Melilla como centro de referencia universitario porque allí se enseña Empresariales, Relaciones Laborales, Graduado Social... Ceuta, sin embargo, tiene muy cerca equipamientos universitarios importantes en Tetuán, Tánger y Larache, con lo que el estudiante marroquí, salvo para acceder a una titulación que allí no exista, difícilmente viene aquí.
– ¿Qué hacer, entonces?
– Le voy a poner un ejemplo muy concreto. En Martil hay una buena Escuela Superior en la que se forman personas que ya tienen una titulación universitaria para ejercer como docentes de Secundaria. Es el estilo francés, que carece de la formación de maestro como nosotros. Eso podría atraer gente, pero tenemos un gran punto débil: no enseñamos en árabe, y si hay que formar a un maestro marroquí es imprescindible hacerlo. Se trata de reflexiones que hay que ir haciendo al margen del problema político.
– ¿Cómo se ha hecho en Melilla?
–  El problema político se puede sortear. En Melilla lo ha conseguido la sociedad civil. Las Cámaras de Comercio de Melilla y Nador llegan a acuerdos, los estudiantes van a formarse a uno u otro lado y ya está. No es que se sortee el problema, sino que se evita que surja. El tema es ver cómo funcionar. La Universidad de Granada tiene unas relaciones magníficas desde hace 30 años con la de Tetuán y el 70% de sus profesores en la Facultad de Ciencias se han formado con nosotros... Es un tema que hay que ir resolviendo poco a poco, conseguir que los alumnos no tengan pegas administrativas o legales para dormir en la ciudad, contar con residencias a precios razonables... Si lo gestionamos bien creo que podemos hacer de Ceuta un centro de enseñanzas universitarias capital para la parte occidental de Marruecos.
– ¿Por qué no tiene la Fundación Empresa de la UGR una sede en Ceuta y sí en Melilla?
– Nosotros estamos abiertos a constituir aquí todo eso...
– ¿Y qué falta para cerrarlo? ¿Dinero?
–  Esto es un problema de hacer la obra, nada más, porque la colaboración institucional está asegurada, aunque no debemos olvidar que la sede de la Fundación en Melilla está en una situación difícil. Mi delegado para la Transferencia, Innovación y Empresa, Jesús Chamorro, ha estado o estará aquí durante las próximas semanas para analizar estos y otros asuntos.