El pasado día 13 el Presidente del Gobierno presentó el Plan “España Puede” que guiará la ejecución de 72.000 millones euros de fondos europeos hasta 2023 y movilizará en los próximos tres años el 50 % de los recursos con los que contará nuestro país gracias al instrumento Next Generation EU. Este Plan ha surgido como respuesta de la UE al fuerte impacto que ha tenido sobre la economía europea la irrupción de la pandemia del COVID-19. Los países que forman parte de la UE han extendido durante este último año una red de seguridad para sostener el tejido productivo, el empleo y los ingresos de muchas familias en toda Europa. No obstante, estas medidas paliativas no son suficientes para reactivar la economía y recuperar el gran número de puestos de trabajo que ha desaparecido como consecuencia de la grave crisis sanitaria que viene azotando al mundo desde hace algo más de un año. Para lograr esta recuperación la UE ha considerado imprescindible diseñar e implementar un plan de inversiones con un triple objetivo: “apoyar a corto plazo la recuperación tras la crisis sanitaria, impulsar a medio plazo un proceso de transformación estructural, y llevar a largo plazo a un desarrollo más sostenible y resiliente desde el punto de vista económico-financiero, social, territorial y medioambiental”.
La propuesta española se articula en cuatro grandes ejes: la transición ecológica, la transformación digital, la cohesión social y territorial, y la igualdad de género. Estos cuatro ejes orientan las diez políticas palancas llamadas a dibujar la España del futuro y que son: la agenda urbana y rural y la lucha contra la despoblación y el desarrollo de la agricultura; infraestructuras y ecosistemas resilientes; transición energética justa e inclusiva; una administración para el siglo XXI; la modernización y digitalización de las empresas; el pacto por la ciencia y la innovación y el refuerzo del Sistema Nacional de Salud; la educación y el conocimiento; la nueva economía de los cuidados y políticas de empleo; el impulso de la industria de la cultura y el deporte; y la modernización del sistema fiscal para un crecimiento inclusivo y sostenible. Estos objetivos, a su vez, se declinan en treinta componentes.
Teniendo en cuenta que el plan se ha dividido en dos trienios, en el primero, que arranca este mismo año, las reformas e inversiones se van a concretar en los ámbitos de la transformación verde (39,12 %) y digital (29 %) y el sector de la educación y la formación (10,5 %). El objetivo es que “los recursos públicos lleguen cuanto antes a la economía real, priorizando para ello la inversión en proyectos maduros y con un fuerte potencial tractor, como la estrategia de movilidad sostenible, segura y conectada, los programas de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana, de techos solares y de puntos de recarga, de saneamiento y depuración e infraestructuras de gestión de residuos en municipios de menos de 5.000 habitantes, la rehabilitación de costas y biodiversidad, o el plan de digitalización de pymes”.
Los programas de inversiones mejor dotados desde el punto presupuestario durante el primer trienio (2021-23) son el de “la estrategia de movilidad sostenible, segura y conectada” (13.203 m€), el de “rehabilitación de vivienda y regeneración urbana” (6.820 m€), el de “modernización de las administraciones públicas” (4.315 m€) y el “plan de digitalización de Pymes” (4.066 m€). Si entramos en el detalle de las inversiones previstas observamos que el programa de movilidad sostenible incluye un plan de incentivos a la transformación de flotas de transporte de viajeros y mercancías para favorecer los vehículos de cero o bajas emisiones. Este plan de incentivos contempla ayudas para la renovación del parque de vehículos mediante la adquisición de vehículos eléctricos y de pilas de combustible, para la implantación de infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos y para la creación de sistemas de préstamo de bicicletas eléctricas para su uso en la movilidad obligada en medio urbano.
En cuanto al segundo de los grandes programas del Plan “España Puede”, el de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana, contempla importantes inversiones en operaciones de rehabilitación, regeneración y renovación urbana de gran escala, en barrios o zonas delimitadas en función de su nivel de renta y que tendrá especial incidencia en colectivos vulnerables; la construcción de viviendas en alquiler social en edificios energéticamente eficientes; la rehabilitación energética de edificios privados y públicos; y ayudas para la elaboración de proyectos piloto de planes de acción local de la Agenda Urbana Española para impulsar la aprobación de los planes de acción local.
El gobierno central ha querido dar prioridad a estos programas partiendo de la premisa de que se tratan de líneas de trabajo maduras en nuestro país. No sé qué grado de conocimiento tiene el gobierno central de Ceuta, pero los que vivimos y trabajamos en Ceuta sabemos que la premisa gubernamental para priorizar estos programas es completamente errónea en el caso de nuestra ciudad. Aquí no se ha hecho absolutamente nada en materia de movilidad sostenible, más bien hemos avanzado en sentido contrario. La tasa de motorización en Ceuta es la cuarta más alta de España, superando a la de las grandes capitales, como Madrid o Barcelona. Se ha peatonalizado el centro de la ciudad descargando la presión del tráfico a vías perimetrales que no tardan mucho en colapsarse en determinadas horas del día. El vehículo privado es el dueño y señor de las calles relegando a la miseria al transporte público, los peatones y las bicicletas. No contamos ni con un metro de carriles bicis y las personas que se desplazan en bicicleta se pueden contar con los dedos de la mano.
Un síntoma claro del desinterés del gobierno autonómico por la movilidad sostenible es que somos el único ente autonómico que carece de un plan dedicado a este importante asunto ambiental. Hace dos años el Pleno de la Asamblea aprobó por unanimidad, a propuesta del grupo socialista, impulsar un plan de movilidad sostenible para la ciudad. El Consejero de Medio Ambiente, por aquel entonces, declaró en el Pleno que el plan de movilidad se encontraba en su fase final de redacción, pero han pasado dos años y nada se sabe de este documento. La conclusión es que llegamos a un momento clave de la transición ecológica en Europa sin los deberes hechos y todo apunta a que, una vez más, vamos a suspender por la falta de previsión y planificación de nuestras autoridades autonómicas. Unas autoridades a las que nunca les ha interesado el medioambiente. Nos atrevemos a hacer esta afirmación después de los veinte años que acabamos de cumplir como asociación dedicada a la protección y conservación del patrimonio natural y cultural de Ceuta.
Los planes de movilidad no se pueden improvisar y mucho menos un programa para la implantación de infraestructura de recarga de vehículos eléctricos. Para ello es requisito previo renovar las instalaciones eléctricas de los aparcamientos públicos y privados, así como de las estaciones de servicio, para que soporten los puntos de recarga. También se requiere contar con empresas especializadas en el diseño de los proyectos de ingeniería que deben aprobar la Consejería de Industria y de profesionales capacitados para la instalación de los puntos destinados a la recarga de los vehículos. La falta de profesionales en este campo es similar a la de operarios especializados en eficiencia energética de los edificios. Somos conscientes de que aquí también nos han pillado fuera de juego, PROCESA ha anunciado esta semana la puesta en marcha de un plan masivo de formación en materia de eficiencia energética del que podrían beneficiarse entre cuatrocientos o quinientos jóvenes de nuestra ciudad. Esperemos que este plan tenga éxito, pero tengo serias dudas de su viabilidad debido a la escasez de empresas ceutíes dedicadas a la rehabilitación de viviendas. Aquí lo que se lleva es tirar edificios históricos y ganar un pastizal en poco tiempo. El impulso a la rehabilitación de edificios ha sido muy tibio en Ceuta. Igual es un buen momento para revisar los fines de una empresa pública como EMVICESA y enfocarla al sector de la rehabilitación de viviendas. De esta manera aprovecharíamos el capital humano de la mencionada empresa municipal que lleva muchos años sin construir un edificio.
Respecto a las inversiones en regeneración urbana, el enunciado que las describe en el documento “España Puede” parece que lo ha redactado una persona que conociera la realidad urbana de Ceuta, en especial de barrios como el Príncipe o Patio Castillo. Si tuviéramos aprobado el nuevo PGOU y avanzados los planes de rehabilitación integral de los barrios en los que se concentran los colectivos vulnerables de nuestra ciudad podríamos ponerlos encima de la mesa de las autoridades europeas para su financiación y ejecución.
Los planes existieron, pero llevan años cogiendo polvo en las estanterías de los despachos de nuestras excelsas autoridades, si no se han perdido entre mudanza y mudanza. En el año 2008, por encargo de la Consejería de Medio Ambiente, redactamos el Plan de Acción de la Agenda 21 Local de Ceuta que incluía toda una planificación estratégica para la consecución de los objetivos de la Agenda 21 Local que ha conducido a la Agenda 2030. También elaboramos desde el Observatorio de la Sostenibilidad de Ceuta varios estudios monográficos. El último de ellos lo dedicamos a la ordenación del territorio y tomamos como referencia el Libro Blanco de la sostenibilidad aprobado por el Ministerio de la Vivienda. El trabajo de todos estos años lo volcamos en nuestras alegaciones al documento de avance de la revisión del PGOU de más de doscientas páginas que mereció, por parte de la Ciudad, media carilla de un folio como respuesta.
No es por falta de iniciativas de colectivos ciudadanos y de colectivos profesionales por lo que Ceuta ha llegado a este momento clave de nuestro futuro con las manos vacías. El gobierno de la Ciudad presidido por el Sr. Juan Vivas ha actuado con mucha prepotencia en su ejercicio de la política local. No ha querido escuchar a nadie que no aplaudiera sus decisiones y ha desaprovechado las aportaciones de quienes, desde distintos campos, llevamos muchos años expresando nuestra opinión, en muchas ocasiones críticas, pero siempre constructivas y propositivas, movidos por el amor a esta tierra. Nos duele el alma cuando observamos todas las oportunidades desaprovechadas para avanzar hacia un futuro equilibrado para Ceuta en su aspecto ambiental, económico y social. Ceuta se merece una oportunidad para recuperar su esplendor perdido gracias a la implementación de un ambicioso plan de recuperación y restauración de su patrimonio natural y cultural. Un plan que haga de nuestra ciudad un lugar idóneo para el desarrollo de una vida significativa, plena y saludable.
"Yo confío de manera plena en las posibilidades latentes de esta tierra mágica y sagrada. Ella guarda entre los estratos arqueológicos de épocas pasadas las semillas de un futuro sustentado en la contemplación y disfrute de su generosa naturaleza y de unos bienes culturales que nos hablan de un tiempo en el que todo era sagrado y animado”
Respondiendo a la pregunta que planteamos en el título de este artículo, creemos que Ceuta no puede, en las actuales circunstancias, aprovechar todos los fondos que van a venir de la UE para darle un impulso definitivo a la transición ecológica y digital. No estamos preparados para ello, simplemente y llanamente porque nuestras autoridades locales nunca han creído ni creen en un modelo económico alternativo al actual, basado, este último, en la depredación del territorio, la destrucción del patrimonio arquitectónico, el vehículo privado y la dilapidación de los recursos naturales. Tampoco tengo muchas esperanzas de que cambien de pensamiento, ya que han demostrado su total incapacidad para escuchar a quienes piensan de manera distinta, incluso cuando quien lo hace es la propia UE. Su capacidad de evolución y adaptación a los cambios de tendencia política hacia la sostenibilidad ha sido nula.
Creo que el momento histórico que nos ha tocado vivir merece que todos los ceutíes dejemos atrás las rencillas personales, la rivalidad política y las menudencias para centrarnos en lo importante y fundamental como es el futuro de Ceuta. Me entristeció ver las crónicas periodísticas del reciente Pleno sobre el Estado de la Ciudad. La conclusión que saqué es que nuestros representantes políticos no están a la altura de los retos que tenemos por delante. No obstante, no quiero entrar en el terreno de los reproches. Dejemos atrás este tipo de hechos y fijemos la mirada en el futuro. Por ello instamos a nuestros representantes políticos, empresariales, sindicales, profesionales, vecinales y, en general, a todos los ciudadanos de Ceuta a trabajar de manera conjunta en el diseño y puesta en marcha de un plan de recuperación económica acorde a las directrices nacionales y europeas para aprovechar al máximo las ayudas incluidas en el plan Next Generation EU. Al gobierno de la Ciudad corresponde la responsabilidad de tomar la iniciativa en el planteamiento de este plan y la promoción de su discusión. Aunque sea por esta vez, escuchen a todos aquellos que podemos aportar nuestros conocimientos y experiencias en beneficio del futuro de Ceuta. Estamos ante lo que griegos llamaron un momento “Kairós”, es decir, ante una oportunidad única e irrepetible que si la dejamos pasar nos arrepentiremos toda la vida y no los reprocharán, como toda la razón, las generaciones venideras.
Yo confío de manera plena en las posibilidades latentes de esta tierra mágica y sagrada. Ella guarda entre los estratos arqueológicos de épocas pasadas las semillas de un futuro sustentado en la contemplación y disfrute de su generosa naturaleza y de unos bienes culturales que nos hablan de un tiempo en el que todo era sagrado y animado. Necesitamos que todos los que vivimos en este lugar despertemos y abramos los ojos para que a través de ellos tomemos conciencia de la belleza de Ceuta. Su extraordinaria luz atrajo a muchos sabios durante la Edad Media lo que le valió el sobrenombre de “fuente de todas las ciencias” y reunión de los sabios (Majma‘ al-‘ulama’). Mi sueño es que esta semilla que se plantó entonces germine y dé nuevos frutos en nuestro tiempo.
Sí, Ceuta puede, pero es imprescindible que trabajemos para liberar su espíritu dormido. Considero todo un signo profético la llegada a Ceuta de su Dama esculpida por Ángel Ruíz Lillo. La Dama de Ceuta simboliza el espíritu de un lugar ignorado -a pesar de su sabiduría y belleza- que espera con gesto melancólico que alguien se acuerde de ella y la rescate de su injusto olvido.