La celebración del Día de la Mochila debe servirnos para reflexionar sobre las medidas que deben tomarse para evitar que un día festivo se convierta en un día para avergonzarnos de ser y vivir en esta tierra. Medidas fáciles de tomar y de cumplir que van desde pedir permiso para acampar hasta vigilar y denunciar a las personas que arrojan basura al monte o dejen la basura cuando se marchan.
Estas medidas no me las estoy inventando, porque se llevan a cabo en muchos ayuntamientos de nuestro país, donde los que pretenden acampar en el monte piden autorización y se les indica la zona donde podrán hacerlo, pero eso sí, cuando terminan su jornada de campo deben dejar la zona igual o mejor que cuando la ocuparon. Esta autorización previa posibilita identificar y denunciar a los ciudadanos incívicos e incapaces de respetar el medio ambiente. Estos mismos mecanismos se llevan en las playas para las conocidas “moragas o sardinadas”, controladas por la Policía Local para evitar su deterioro y, por supuesto, para educar a los vecinos de que el que no respeta, ensucia o no tiene autorización será sancionado por el Ayuntamiento.
La mochila es un día al año, pero las mierdas de perros es un continuo por los paseos de Ceuta. En la tarde de ayer paseando por el Monte Hacho era imposible caminar sin dejar de mirar al suelo para saltar con destreza las mierdas de los perros. Mierdas que impiden a las madres que pasean con carritos de bebés pasar sin mancharlos de heces de perros, mierdas que impiden a las familias pasear con hijos pequeños, porque los niños se mancharían inevitablemente al ser imposible pasar sin llenarse.
Mierdas que podrían evitarse sacando al perro a la zona de monte que rodea todo el paseo, pero los pobres perros no tienen culpa de tener dueños incívicos, flojos, amantes de los animales y enemigos de Ceuta por capricho, porque con su comportamiento dan una imagen pésima de la ciudad pudiendo evitarse apartando al perro a la cuneta o, simplemente, si no ha dado tiempo, apartar la mierda del perrito a la cuneta. Fácil y de esta forma no se fastidia a tus vecinos.
El Día de la Mochila se puso en marcha un dispositivo de 300 personas para que todo saliera a la perfección, pero no ha sido así, porque han destrozado nuestro patrimonio, han abandonado miles de kilos de residuos y no ha salido bien, porque hemos dado una imagen pésima de la ciudad. No ha salido bien, porque los gamberros o incívicos vecinos no han sido sancionados, como tampoco se denuncian a esos vecinos que ensucian con sus perros nuestros paseos por el Hacho, los Pantanos o cualquiera de los bellos rincones que tenemos en nuestra ciudad.
Educar a los ciudadanos que respetar el campo, la playa, en definitiva, tu ciudad o lo público, pasa por pedir autorización para acampar en el campo o la playa; pasa por controlar a las personas que no cumplan con las normas y, desgraciadamente, pasa por sancionar a las personas que no respetan el medio ambiente y lo público. Todo lo demás serán quejas en los medios de comunicación, quejas de miles de ceutíes que nos preocupa nuestra tierra, el medio ambiente... que nos preocupa dejar una ciudad mejor y un país mejor a nuestros hijos y nietos.
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