“¿Es necesario concienciar a la sociedad sobre la radicalización violenta del yihadismo?”. Era la primera pregunta que se lanzaba a Fernando Reinares, Carola García y Álvaro Vicente, los autores del libro ‘Yihadismo y yihadista en España quince años después del 11-M’. Sin duda la presencia en el salón de actos del Palacio Autonómico era una clara respuesta a esa cuestión. Políticos de muy diferente índole dejaban el porcentaje más alto de la asistencia, seguidos de miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad, de alguna entidad musulmana, docentes y algún que otro interesado del tejido social. No fue elevada, aunque tampoco insignificante. Hay cierto interés, pero no por parte de toda la sociedad. Esa fue precisamente la respuesta del director del programa de Radicalización Violenta y Terrorismo Global del instituto Elcano, Fernando Reinares.
No existe una conciencia constante, adelantaba Reinares. “El terrorismo yihadista aparece entre las principales preocupaciones de los españoles cuando se produce un episodio cruento y se distancia cuando este decae”. Pero insistía Reinares que lo relevante del asunto no es solo crear una conciencia en torno a la prevención de la lucha, sino para frenarlo.
El director del programa que ha dado como resultado doscientas páginas de una minuciosa investigación, relataba la necesidad que surgió, transcurridos quince años de los atentados del 11-M, de analizar el yihadismo global en España, “donde nos ha golpeado en dos ocasiones. La última, en el verano de 2017”. Un estudio para distinguir cómo ha variado la transformación social y evolución que ha experimentado. Así, desde 2004, los investigadores han distinguido dos períodos bien diferenciados en el que las variables sometidas ha estudio sufren característicos y notables cambios. “El periodo Al-Qaeda que comprende hasta 2013 y el del Estado Islámico, que llega desde esa fecha hasta nuestros días”.
Reinares quiso destacar, dentro de la primera de las tres partes en las que se divide el estudio y que se encuentra dedicada a la caracterización social, que hasta el año 2011el yihadismo en España era un hecho relacionado con individuos nacidos y crecidos fuera de nuestras fronteras. “Emprendido por inmigrantes económicos que mantenían el contacto con sus países de origen”. Sin embargo a partir de 2012 se produce una transformación fundamental que invierte esa dimensión social. “Seis de cada diez pertenecen a segundas generaciones o, incluso, una tercera como en el caso de Ceuta, que son exponentes de un fenómenos endógeno”.
Por qué existen, dentro de un mismo entorno, individuos que se radicalizan y por qué otros no, queda reflejado en la segunda parte del estudio que se enfoca a los procesos de radicalización. En ellos juega un papel fundamental la presencia de un agente de radicalización, “que dinamiza y capta a individuos más vulnerables”, expresaba Carola García, y la existencia de relaciones interpersonales, “de carácter afectivo, familiar o de vecindad”. Tal fue el caso de la Operación Cesto, desarticulada en Ceuta en el año 2013, “que tenía a un agente de radicalización residente en el Príncipe y captó, no solo a vecinos que conocía de toda la vida, sino también a sus familiares y amigos”.
Fue precisamente esta operación la que hizo ascender a la ciudad en el ranking de lo que se denominan bolsas de radicalización, para distinguir que estos procesos se agrupan en municipalidades o entornos. En ellas se diferencian dos períodos y tan solo cinco municipios. Si Madrid ocupaba la primera posición en esa primera etapa por su condición de capital que atraía a un grueso importantes de inmigrantes, Ceuta se situaba en la tercera posición. Una serie de operaciones que en la ciudad se suceden la elevan a la primera. “En el segundo periodo cobra importancia hasta situarse como la principal bolsa de radicalización yihadista por haber sido escenario de importantes operaciones antiterroristas”. No obstante, hay que establecer una diferencia entre las bolsas y los escenarios en los que estas acciones se suceden y que, en la actualidad, sitúa a Cataluña como el principal foco de nuestro país.
Otro dato importante que posiciona a Ceuta en el punto de mira de este segundo bloque se establece en la cifra de condenados y fallecidos por yihadismo radical (esta es la variable que se somete a estudio durante toda la investigación), “ya que alrededor del 12% eran residentes en Ceuta durante el segundo período, un dato que se multiplica por tres respecto al primero”.
Pese a la creencia popular, las células en España, aclaraba Álvaro Vicente, funcionan de forma independiente y sin conexión. “Solo hubo un caso excepcional que se produjo con la Operación Cesto que se coordinó con una célula de Madrid de la Operación Gala”. Así lo refleja el tercer bloque de la investigación que se centra en las pautas de radicalización yihadista.
El libro, que ha sido escrito con las víctimas del terrorismo yihadista y sus familias, busca ofrecer una dimensión global a la vez que se concibe la individualización de los casos y ha querido marcar la diferencia “entre ser musulmán y tener una vinculación con el terrorismo yihadista”.
El 'Torneo de Navidad' organizado por el CD Polillas bajo el nombre 'Un juguete, una…
El Papa Francisco hizo un llamado urgente a la paz en su tradicional bendición Urbi…
El World Football Summit (WFS) 2025 se celebrará en Rabat, la capital de Marruecos, los…
Marruecos está intensificando sus esfuerzos de cara a la organización del Mundial de Fútbol 2030,…
Esta pasada madrugada, Papá Noel ha recorrido los hogares de Ceuta dejando regalos y sorpresas…
El rey Mohamed VI ha decidido prorrogar la estancia del contingente enviado desde Marruecos a…