Ceuta no es, ni mucho menos, la capital del yihadismo en Europa. Tampoco es la cuna de España. Con esa línea de argumentación, el ceutí Luis de la Corte quiso explicar su situación en nuestra ciudad, cómo ha podido penetrar en la misma y el desarrollo que ha tenido este movimiento terrorista en los últimos años.
En una conferencia que realizó en las Jornadas Gutiérrez Mellado de la UNED, el Director de Estudios Estratégicos e Inteligencia del Instituto de Ciencias Forenses y de Seguridad de la Universidad Autónoma de Madrid recordó cómo a partir de 2014 Ceuta empezó a aparecer en medios nacionales e internacionales por operaciones y detenciones yihadistas, que, sin embargo, con los datos no refleja que la ciudad fuera el principal foco de España.
De la Corte no negó que sí existan evidencias e indicios sobre penetración yihadista en Ceuta, como personas que puedan dar su apoyo al movimiento, ya sea de forma identitaria o adoctrinaria o como ayuda de desplazamiento de residentes o nacidos aquí a zonas de conflicto, pero quiso también explicar que no es ni mucho menos el lugar con más peligro yihadista.
El profesor De la Corte citó cuatro ejemplos muy influyentes para relacionar en el exterior a Ceuta como gran foco yihadista: la 'Operación Cesto', la más importante en este sentido hasta ahora, los casos de Rachid Wahbi, un taxista de El Príncipe que atentó en Siria, y el de ‘Kokito’, residente en Castillejos pero con relación con una ceutí. y la "muy pintoresca" serie de televisión 'El Príncipe'.
De la Corte expresó que existen indicadores que reflejan el “altísimo riesgo” de yihadismo en Ceuta y Melilla (según se reflejó estaba en el 89%), pero que sin embargo esto contrarrestaba con los datos que se vienen dando en los últimos años. El papel de las dos ciudades autónomas por parte de los movimientos yihadistas serviría, desarrolló, como santuario o refugio, como la puerta de entrada a España y Europa y, especialmente, como punto de exportación de voluntarios a las zonas de conflicto.
El profesor ceutí, una de las voces a nivel nacional más reputadas en asunto de yihadismo en nuestra ciudad, explicó que existen tres tipos de factores de riesgo: los genéricos, los compartidos y los distintos. A los datos de Ceuta, aseguró, hay que contextualizarlos por su situación geográfica y la influencia que en este ámbito tienen las ciudades marroquíes cercanas. Por ejemplo, la mayoría de las redes desarticuladas son transfronterizas, aquellas que al mismo tiempo operan en Ceuta y en las ciudades vecinas de Castillejos, Tetuán e incluso Tánger (y el mismo caso de Nador con Melilla). Junto a Casablanca, son todas estas las ciudades de Marruecos con más detenciones y en las que más voluntarios salen para combatir en Siria.
De la Corte recordó que desde 1995, cuando ya se registraron las primeras en España, hasta 2005, Ceuta no tuvo ninguna operación yihadista y que de 2007 a 2012 tampoco se registró alguna. Fue a partir de 2013, teniendo el 2014 como año más alto, cuando creció. Pero nada más distinto de lo que ocurrió en el resto de España, donde también crecieron. Sin embargo, mientras que en nuestra ciudad baja a partir de 2016, en el resto del país sigue creciendo hasta la actualidad.
El repunte registrado en 2014 se debe principalmente a la movilización hacía Siria a partir de 2012, explicó. Reflejó también que la principal actividad de las redes en nuestra ciudad se centra en la captación y el adoctrinamiento, el envío de voluntarios o como propaganda. Junto con Melilla, es un “caldo de cultivo para el radicalismo” como base logística, pero lejos de ser focos de posibles atentados.
Se analizó también los factores que pueden llevar a esa captación y en el caso de Ceuta especialmente es notorio las características de su población, la marginalidad en la que viven algunos e sus habitantes y las supuestas tensiones identiarias. También se mencionó a los MENA como posibles destinatarios de toda la propaganda yihadista.
En 2016 fueron cinco las operaciones que se registraron, pero hay que tener en cuenta que son trabajos de fenómenos producidos en los años anteriores. A partir de ahí, el número ha ido bajando, solo registrándose una en este 2019 y ninguna en 2018. Son datos que contrastan con los registrados a nivel nacional, que fueron aumentando. Además se recordó que la Justicia se dotó de más mecanismos, con la reforma del Código Penal, para luchar contra el yihadismo, lo que también provocó que el número de operaciones, detenidos y condenados crecieran.
Para De la Corte, un elemento que correlaciona el incremento de vocaciones yihadistas en Ceuta entre 2012 y 2016 coincide con un importante momento de influencia de movimiento salafistas, que más tarde ha decrecido. “La mayoría no inducen a la violencia, pero sí promueven una serie de valores que son compartidos con la ideología yihadista”, aseguró. “Allí donde se da un incremento de las corrientes salafistas, que tienen legítimo derecho a expresar sus creencias, es motivo de preocupación”, añadió.
Manuel Llamas, que vivió la eclosión del yihadismo siendo Comandante de la Guardia Civil en Melilla entre 2000 y 2006, también participó en la conferencia. Actual general jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil, expresó que vio que su ciudad, por Melilla, "no era solo mi ciudad de infancia sino un entorno que se podría volver hostil".
Explicó que su trabajo también se basa en “desinflamar esas expectativas, esa lupa sobre las dos ciudades autónomas”. Llamas explicó que “su situación geoestratégica juega en contra de su reputación” y que ni a Ceuta ni a Melilla sería justo aplicarle los mismos parámetros que cualquier otra ciudad peninsular porque “están basadas en una comunidad musulmana en contexto occidental que se ha sabido integrar”.
Estas comunidades musulmanas no han sufrido el proceso de migración. “La realidad de un lado y a otro de la valla es tan cercana que hablar de inmigración de la comunidad musulmana de Mellilla es estirar mucho el concepto hasta desfigurarlo”.
“Están compartiendo espacio laboral o educación con cristianos, pero eso no les evita volver a su entorno. Esa familia no ha sufrido esa migración que le ha producido ese desarraigo. Esa es la gran diferencia con Cataluña”, desarrolló Llamas. Cataluña, junto con Madrid, son las comunidades donde más operaciones yihadistas se han llevado a cabo en los últimos años, superando a las siempre estigmatizadas y condenadas Ceuta y Melilla.
Para Manuel Llamas, si bien todo cambia con el 11S y en nuestro entorno con los atentados de Casablanca de 2003, más cambio se desató entre 2011 y 2014, coincidiendo con los movimientos de primavera árabe y sus consecuencias en Siria y Libia.
Explicó cinco grandes teorías, aplicadas a Melilla pero también relacionadas con Ceuta: la del aprendizaje social, que es estar rodeado de un entorno radicalizado; la de la frustración/agresión, que es mirarse a su entorno y sentirse privilegiado; la de la privación relativa, su contexto está infinitamente mejor, que no es el caso; la de la opresión, estar en un régimen de libertad y derechos que no es comparable al otro lado de la frontera; y la de movimientos sociales, única, a su juicio, que podría tener sentido, ya que hay una corriente que lleva a sentirse llamado por el Islam, a protagonizar un cambio radical.
Cada 22 de noviembre se conmemora el Día de Santa Cecilia, patrona de la música,…
Han pasado casi tres años y medio del último encuentro mantenido en Moncloa entre el…
La Brigada Regional de la Policía Judicial de Rabat remitió a 22 personas a la…
Destrozos, robos y uso de los portones para defecar y consumir droga. Esta es la…
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha cerrado este viernes su ronda de reuniones con…
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha denunciado al tiempo de condenar agresiones…